Cavernícola invitado: Fray Rabieta
Los trogloditas escritores de esta Caverna somos pocos. Los miembros del consejo de redacción de InfoCatólica y algún espontáneo de vez en cuando. Pero hay muchas otras cavernas por el mundo, así que, de vez en cuando, traeremos por aquí a algún cavernícola invitado de otras grutas, compartiendo sus disquisiciones con nuestros lectores.
Puesto que la hospitalidad es un deber sagrado para nosotros, como cavernícolas y cristianos, intentaremos tratar bien a los que por aquí aparezcan, pero eso no implica que ofrezcamos una garantía sellada con siete sellos de estar de acuerdo con todo lo que digan, hayan dicho a lo largo de su vida o probablemente vayan a decir en el futuro remoto. Simplemente, serán textos que a) sean divertidos, b) arreen garrotazos, c) resulten cristianamente sustanciosos y/o d) todas las anteriores.
Hoy, por ejemplo, vamos a ver algunos párrafos bastante bruscos pero muy interesantes de un cavernícola de allende los mares llamado Fray Rabieta.
“Mis queridos pelmazos:
Esto lo dice San Pablo, a propósito de la Resurrección de Cristo… y de la nuestra. En efecto, miren cómo lo dice el Apóstol: “Si los muertos no resucitan, tampoco ha resucitado Cristo”. Ahora, dirán ustedes, y todo esto ¿a cuenta de qué? Bueno, de lo que el mismo San Pablo dice a continuación: “Si cristo no resucitó vana es nuestra fe (I Cor. XV:16)”
Fe vana, vanidad de la fe, fe en vano, vana fe… ¿les suena esto, aunque más no sea un poquito? O como dicen ahora, ¿no les hace un poquitín de “ruido”? A mí me parece un estrépito, como un rumor de muchedumbre, como una enorme y continua explosión, como una tormenta en el mar o un huracán desatado… ¿Qué cosa? Se los diré de una, antes de que se me queden dormidos, ahí sentaditos como chorlitos que son: la fe vana, la vana fe de los que en verdad no creen que Cristo Resucitó. Está lleno, están alrededor de nosotros, muchísimos son clérigos, muchísimas monjas, católicos de acción católica o de no sé qué Instituto Secular, laicos a montones, cientos, miles, cientos de miles de cristianos que en verdad no creen que Cristo Resucitó. Y por tanto su fe es vana. Por supuesto que todos ellos celebran la Pascua, desde luego que todos ellos profesan creer en la Resurrección de Cristo, y lo dicen quizá todos los domingos cuando recitan más o menos automáticamente el “Credo”… pero no es cierto, ché, mentira, se nota a la legua… creyesen ellos en semejante Portento, y no dirían lo que dicen, no se comportarían como lo hacen. Aquello de la Resurrección en sus labios no es más que formulismo mecánico, hábito inveterado a fuerza de repetición, atavismo que les viene de la niñez… pero no es, ni por pienso, verdad”.
Buf, a garrotazos no le gana nadie. Además, son totalmente imparciales. Todo el mundo recibe que es un gusto. Pero sigamos:
Y como prueba, en primerísimo lugar pondría yo la estrecha vinculación que estos cristianos establecen entre la acción y el resultado, entre la obra y sus frutos, entre los esfuerzos y los triunfos mensurables, entre el empeño y su recompensa […]. Por eso, desde hace unos cuatrocientos años, más o menos, el cristianismo retrocede, en todos los órdenes, en todas partes donde esta peste arraigó, llámenla si quieren semi-pelagianismo, voluntarismo, o simple estupidez, me da igual […].
Una vez, una señora me preguntó por qué compraba velas. Le dije que era para ponerle a la imagen de Nuestra Santísima Patrona y entonces me preguntó, con toda ingenuidad, si a mi “me daba resultado” también, como la devoción por San Expedito, la Virgen Desatanudos o no sé qué otra superstición de las tantas que andan por ahí. ¿Si me da resultado? Pues…
Es una pregunta bárbara, oscurantista, mágica, espiritista, masónica, judaica, calvinista, tonta, enferma, digna de reprensión y de nuestra parte, en lo que a nosotros nos concierne, no admite respuesta ninguna. Contestar esa pregunta, si la religión “me da resultado” denotaría irreverencia hacia Dios, impudicia hacia el prójimo, y locura para conmigo mismo. “Resultado”, ya te voy a dar a vos.
Y sin embargo, como digo, es lo más común entre los cristianos. Están los que cuentan sus devociones, están los que miden su estado espiritual, están los que sacan la cuenta o calculan, en base al número de almas reclutadas, en base a la repercusión que tuvieron, cuando no en base al dinero recaudado, je, je.
Quieren resultados, y resultados ¡ya! Y cuando no hay resultados a la vista concluyen que han fracasado, los muy imberbes. Y luego, ¿no van y tildan de fracasados a la distinguida legión de “fracasados” que no vieron los frutos, las consecuencias benéficas, los magníficos “resultados” de vidas frustradas, donde todo salió mal, cuando nadie les hizo caso, cuando nadie los entendió, cuando no obtuvieron ni un solo discípulo.
Pero, entonces, ¿qué debemos hacer los cristianos?
Nuestro supremo ejemplo es Cristo, que durante los días que pasó en este mundo, no tuvo mayor éxito, como Él mismo puso elocuentemente de manifiesto al llorar, ¡llorar!, sobre Jerusalén. Eso sí que es fracasar para quien confesó que no había sido enviado sino para rescatar “a las ovejas perdidas de la casa de Israel” (Mt. XV:24). Y por eso le advierte a sus discípulos: “No os alegréis de que los espíritus se os sometan; alegraos de que vuestros nombres estén escritos en los cielos (Lc. X:20)”.
Así que, háganme el favor de terminarla con las estúpidas fanfarronerías del “estamos ganando”, “somos muchos más” y a poner las barbas en remojo. Pues nada más verdadero que lo de T. S. Eliot (que traduciré para mayor inteligencia de mi empobrecida audiencia): “Para nosotros está el intentarlo… El resto no es asunto nuestro”.
Es asunto, claro está, del Cristo Resucitado. Y de nadie más.
Amén.
10 comentarios
Y por el Prior que le deja escribir lo que escribe.
Y por el Cavernícola que nos trajo su ronca voz.
Esperamos que nos visite otras veces, y nos traiga un poco más de luz de su Caverna a la nuestra.
Bienvenido.
(La primera vez -todavía no hay confianza- el saludo es sin garrotazo).
No es fácil responder a su pregunta porque Castellani es un escritor que ha pasado por casi todos los géneros (ensayo, novela, poesías, cuentos, crítica literaria, etc.) y ha tratado un abanico de temas tan amplio como su genio y erudición le permitieron.
Pienso que una introducción general puede ser la antología de Juan Manuel de Prada.
Para mí Castellani tiene dos grandes temas: fariseísmo y Parusía. Para el primero, el libro puede ser “Cristo y los fariseos”; para el segundo, parece recomendable iniciarse con el trabajo del p. Alfredo Sáenz, disponible en el sitio de la Fundación Gratis Date, y luego pasar a los libros.
Espero le sea de utilidad.
Saludos.
Espero que aunque Luisfernadopitecus esté de vacaciones siga funcionando la caverna.
http://hjg.com.ar/txt/lc/obras.html
Y algunos otros bloggers infocatólicos han escrito y recomendado. Ahora sólo me sale éste
http://infocatolica.com/blog/espadadedoblefilo.php/vita-brevis-castellani
A ver, una guía de libros en orden que se pueden leer:
1. Primero, el Evangelio de Jesucristo. Un comentario a los Evangelios que trata de todo y de todos. Con una introducción que es realmente la puerta a una exegesis tradicional y a la vez dinámica de las Escrituras.
2. El Apokalipsis de San Juan. Un estudio personalísimo del Apocalipsis, con aplicaciones a los tiempos modernos y con el trasfondo del estudio exhaustivo de todos los grandes de la modernidad que se han ocupado de este libro (Newman, Berdiaeff, Lacunza). Y con el "milenismo" por el cual se intento perseguir a Castellani, inicuamente.
3. Los Papeles de Benjamín Benavídez. Desarrolla la exegesis del Apocalipsis, en forma novelada y ensayística.
4. Cristo y los fariseos. El mejor análisis sobre el fariseísmo que se ha hecho. Castellani sostiene la audaz tesis de que la misión específica de Cristo, como enviado a Israel, es el combate al fariseísmo.
5. Carta a Leonidas Barletta. Quien sostenga que Castellani es un "facha" y un reaccionario, haría bien en echarle una ojeada a esta carta, dirigida a un dirigente comunista en la década de los cincuenta.
Està en internet:
http://hjg.com.ar/txt/lc/lc_barletta.html
5 bis. De Kirkegord a Tomas de Aquino. Gran conocedor de Santo Tomas, Castellani tenía un excepcional afecto por Soren Kierkegaard, al que dedica este libro rarísimo, mezcla de ensayo intelectual, biografico y poesìa. Con una excelente valoración del existencialismo.
5 ter. Psicología Humana. Un curso de Psicología, en la que el Padre se especializò durante sus estudios europeos, desde una perspectiva acabadamente filosofica.
5 quater. "El ruiseñor fusilado". Una obrita teatral sobre la vida de Jacinto Verdaguer, cuya vida le interesó a Castellani cuando estuvo preso por la Compañìa (es una historia increíble, sobre todo su fuga) en Manresa. La obra en cuestión no es gran cosa, pero su gigantesco prólogo de mas de cien paginas, a lo Bernard Shaw, no tiene desperdicio: analiza las causas de la decadencia española, de la decadencia del catolicismo, y en general, las causas de la decadencia del universo.
6. Camperas. Un libro de fábulas sagaces y modernas, ambientado en el Chaco santafesino con los recuerdos de su infancia.
7. Cristo vuelve o no vuelve. Un libro de ensayos centrado en la Parusía. Castellani no es un apocalíptico, es un esjatoloketa, un profeta de las cosas últimas.
8. "Castellani", monumental biografía de Sebastián Randle sobre su vida. Llega hasta el año 1949, coincidente con la expulsión de Castellani de la Compañìa de Jesús. Imprescindible para conocer la azarosa vida de un hombre religioso torturado por su fidelidad a la verdad.
Excelente.
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