La democracia sociocósmica
Leonardo Boff, el prestigioso ufólogo, digo teólogo, ha hablado hace poco de uno de sus últimos inventos: la democracia sociocósmica.
“El «vivir bien» implica una superación del antropocentrismo: no es sólo la armonía con los humanos, sino con las energías de la Tierra, del Sol, de las montañas, de las aguas, de las selvas y con Dios. Se trata de una democracia sociocósmica, donde todos los elementos se consideran portadores de vida y por eso incluidos en la comunidad, respetando sus derechos".
Según parece, este maravilloso ideal se cumplió en América antes de la llegada de los españoles y se identifica con la “democracia comunitaria” indígena, “característica de los pueblos originarios de América Latina”. Los españoles, como siempre, lo estropearon todo en cuanto llegaron.
Lejos de mí enmendarle la plana a tan prestigioso marxólogo, digo teólogo. ¿Qué podría decirle un atrasado cavernícola a alguien que es tan avanzado que encuentra su ideal en la América precolombina de hace más de quinientos años?
Me da la impresión, sin embargo, de que este prestigioso ecólogo, digo teólogo, se beneficiaría mucho de una temporadita viviendo en nuestra caverna prehistórica. No sé por qué, pero creo que cuando le picaran constantemente las pulgas, chinches, mosquitos y tábanos le iba a costar “respetar los derechos” de esos insectos. Y cuando un oso de las cavernas le mordisqueara amigablemente un pie, quizás no pudiera evitar quejarse un poquito de ese peludo “portador de la vida”.
Creo que si, en lugar de viajar en avión con aire acondicionado, tuviera que ir como nosotros, a pata, atravesando desiertos bajo un sol asfixiante, temblando bajo la nieve o calado bajo la lluvia, escalando montañas y desgarrándose los pies sobre la roca, hablaría mucho menos de la “armonía… con las energías de la Tierra, del Sol, de las montañas, de las aguas”.
Y cuando los lobos votaran por devorar sus ovejas, las chinches por dormir en una cama común, las tenias por hacer de okupas en su intestino, los pájaros por comerse sus frutas, el sol por agostar sus cosechas, las inundaciones por llevarse por delante su casa, las serpientes por compartir generosamente con él una amplia selección de venenos y toxinas… quizá la idea de una “democracia sociocósmica” perdiera un poco de su atractivo.
Como no soy más que un cavernícola brutote, reconozco que Leonardo Boff ha estudiado en grandes y prestigiosas universidades y se mueve en un nivel de sabiduría muy por encima de cosas tan prosaicas como la realidad. Es más, estoy convencido de que este tipo de majaderías, digo de teologías, sólo podrían pergeñarse en grandes y sesudas universidades, porque ni un sólo indígena precolombino se las habría tragado.
Arqueológico Brutote
9 comentarios
Me parece que se refería a la Era Tontozoíca donde él sería uno de los más grandes y barbudos jefes.
yo no quiero vivir en la sociedad sociocósmica del Sr. Boff. Les ruego que me admitan a vivir en su Caverna. Por favor.
Arqueológico Brutote
Arqueológico.
Arqueológico Brutote
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