«Florecillas» del P. Arregi, ofm: el pecado original
El padre franciscano Joxe Arregi (José Arregui) nació en Azpeitia, Guipúzcoa, en 1952, y vive en el santuario de Aránzazu.
Se doctoró en teología en el Instituto Católico de París, con una tesis sobre la relación del cristianismo con otras religiones. Ha sido profesor de diversas materias en Pamplona, Vitoria y Deusto. Es autor de numerosos artículos y varios libros, y fundador y director de la revista HEMEN en euskera.
Servidor, Primitivo Rupestre, me veo completamente sobrepasado por la altura y el número de las publicaciones del padre Arregui. Reconociéndome incapaz de leer libros enteros –me entra sueño, no lo puedo superar–, y también incapaz de comprarlos –al precio que están–, apenas me atreveré a comentar aquí algunos artículos suyos, publicados en diversos lugares de internet, de acceso gratuito. No doy para más.
¿Pecado original? Así se titula un artículo del P. Arregui publicado en Fe adulta. Extraigo algunos párrafos que me han admirado más, y los comento brevemente.
«“Pecado original”: lo que tradicionalmente se ha entendido por tal, lo que la inmensa mayoría –sean creyentes o no lo sean– siguen entendiendo con esa expresión es bastante descabellado e imposible de “creer”.
«(Y diré de entrada, o de paso: ningún creyente ha de “creer” nada que le parezca contrario a la razón, y no pasa nada por ello, pues la fe no se juega en creencias; tan sólo, a veces se traduce en ellas o a veces se apoya en ellas)».
Aquí resume Arregui las ideas que suele haber sobre el pecado original, como caída culpable de los primeros hombres «(pero ¿de cuál de las especies humanas?)», como pecado heredado por su descendencia, con todas sus consecuencias «(¡que dios tan monstruoso, por Dios!)», que lleva consigo una pérdida del paraíso.
«No tiene sentido. O tal vez sí tiene sentido, pero no ese sentido literal e histórico, sino otro muy distinto. De modo que nos vemos abocados a una doble alternativa: o bien seguimos utilizando la expresión “pecado original” para decir algo distinto de lo que a todos sugiere, o bien simplemente abandonamos la expresión sin dejar por ello de considerar de cerca la condición humana, esta nuestra condición trágica y sufriente. Yo sería partidario de esta segunda opción.
«Releamos Génesis 3. Es un mito genial que describe –no explica– un drama tan universal como impenetrable. Lo que en él se narra nunca sucedió así, pero ha sido y sigue siendo real, tristemente real. Eso es un mito: lo que nunca sucedió, pero siempre sigue teniendo lugar […]
«Y el obispo de Hipona pretendió hallar el fundamento bíblico de esa postura en el texto de Romanos 5,12; sólo que lo entendió mal por saber poco griego (él que sabía tantas cosas): donde Pablo afirma “puesto que (o como) todos hemos pecado”, Agustín –siguiendo a Jerónimo y contradiciendo a Pelagio, cuya traducción del texto era la correcta– tradujo “en él (en Adán) hemos pecado”, y entendió en consecuencia que heredamos la culpa y el castigo de Adán y Eva.
«Una idea que a Pablo nunca se le pasó por la cabeza».
¡Uf, qué descanso! No hablemos más de «pecado original». Qué liberación. Desde el Concilio de Cartago (418), por culpa de San Agustín, mal traductor, veníamos oprimidos por esas palabrejas, repetidas después en innumerables Concilios y documentos de los Santos Padres y del Magisterio de la Iglesia. El actual Catecismo de la Iglesia Católica, concretamente, síntesis de la más rancia carcunda doctrinal católica, le dedica un montón de números (nn. 309-421).
«En conclusión, la construcción que elaboró San Agustín y sigue enseñando el dogma no hay por dónde agarrarla; sin embargo, lo que narra Génesis 3 en forma de mito es terriblemente actual y verdadero, más actual y verdadero que el último teletipo de las agencias de noticias.
«Y la pregunta más pertinente ante el daño que nos habita y nos envuelve no es: “¿Quién es el culpable?” No es ésa la pregunta […]
«¡Ojalá nunca te sientas culpable, pero siempre estés dispuesto a ser responsable, es decir: a cargar con el pasado, a responder por el presente, a crear otro futuro! ¡Y ojalá, cada día, puedas también disfrutar y descansar!
«El debate de la culpa no tiene sentido ni salida. Somos una especie inacabada, no hemos evolucionado aún lo bastante; algún día el azar o la ciencia o la espiritualidad (las tres) permitirán a nuestra especie o a otra especie dar un gran salto que permita convivir, cuidarse, disfrutar unos con otros sin miedo y sin codicia. Entonces, también Dios descansará, gozará, será».
Qué maravilla. El genial P. Arregui, con audaz creatividad teológica, deshace en página y media dieciséis siglos de Magisterio apostólico y de elaboración teológica del pecado original. Más aún, veinte siglos de cristianos culpables se terminan hoy cuando el P. Arregui nos revela que «el debate de la culpa no tiene sentido». Consiguientemente, tampoco tiene sentido que prosigamos, por pura inercia, llamando a Cristo el Salvador del mundo, el Redentor, el Cordero de Dios que quita el pecado, el nuevo Adán. No superaremos la neurosis congénita del cristianismo, en su versión católica, en tanto no pongamos nuestra esperanza, evolucionando más nuestra especie, en «el azar, la ciencia y la espiritualidad». Esa trinidad santa, las tres, «permitirán a nuestra especie dar un gran salto que permita convivir y disfrutar unos con otros».
Primitivo Rupestre
21 comentarios
Tremendo... ¡pero tremendo!: Cristo no es nadie y la Santa Cruz no significa nada, pues la salvación está en la "santa" evolución de la especies: la humana, o... agárrense... ¡cualquier otra!.
¿Y este hombre se llama cristiano, y encima católico, y además monje franciscano? ¿Y nuestra Madre y MAESTRA todavía no ha tomado ninguna medida aunque sea preventiva, cautelar y de urgencia? ¿Es que no se da cuenta nuestra Madre y MAESTRA del terrible daño que hacen semejantes topos con sus demoledoras barrenas?
Dios mio... Dios mio...
Somos una especie inacabada, no hemos evolucionado aún lo bastante; algún día el azar o la ciencia o la espiritualidad (las tres) permitirán a nuestra especie o a otra especie dar un gran salto.
Todavía me acuerdo de cuando era niño y mi padre descubrió un monolito negro a la salida de la caverna. Sufrió una conmoción místico-científico-filosófica y se lió a trompazos con los australopitecus de la cueva vecina. A uno de ellos le abrió la cabeza con el hueso de un okapi. Eso sí, no tuvo ningún sentimiento de culpa. Más bien de satisfacción. ¿Será eso lo que nos propone el franciscano florido?
Benigno Soto
El verdadero y definitivo nombre completo es: Ata Puerco Pómez.
El nombre proviene de la ancestral familia del sujeto que desde los tiempos del paleolítico se dedica al noble oficio de la carnicería en este caso de cerdos, especialidad familiar. De ahí lo de Puerco.
Lo de Pómez se debe al fascinante descubrimiento de los ancestros de Ata, que aprendieron a usar la piedra pómez para limpiar la piel del animal sacrificado una vez pasada la misma brevemente al fuego.
El nombre de Ata le viene a la función que desarrolla el sujeto en la familia, especializado en atar al puerco que se va a sacrificar.
Por tanto: Ata Puerco Pómez.
Para que luego digan que nuestro clan no es ingenioso a la hora de poner nombres.
Unga unga y a estar bien.
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Gracias, Antonio. Impagable contribución filológica. Primitivo
Lo de Manolo me lo suponía.
Primitivo Rupestre
Dios los cría y ellos se juntan (los herejes, digo).
Si "Il poverello" levantara la cabeza...
Un saludo de paz y bien.
Postdata: no soy fray carcundio,jeje, era una broma.
cavernanews.com dice que Pelagio le ha nombrado apoderado plenipotenciario para relacionarse con Dios de su parte. Yo creía que Pelagio ya se había jubilado.
rupestrianart.org afirma que Arregi ha solicitado una reunión con san Mateo y san Marcos para corregir algunos defectillos sobre la fe y la revelación de sus Evangelios. Nada serio, se rumorea.
(Por cierto, nótese el nivel del humor de la revista infantil Tio Vivo en 1965: el Precámbrico fue una era en la que se produjo una auténtica "explosión" de vida, en forma de nuevas especies, para la que la Teoría de la Evolución aún no ha sido capaz de encontrar explicación)
Hugh!
Cuando este hombre dice "algún día el azar o la ciencia o la espiritualidad (las tres) permitirán a nuestra especie dar un gran salto que permita convivir...", quiero creer que intenta con ello hacer su discurso digerible para más lineas de pensamiento, pero, para el creyente, el azar tiene poco que decir en un mundo con significado.
Cuando el Joxe dice que la trinidad "azar-ciencia-espiritualidad" llevarán un día a la humanidad, etc. simplemente, no sabe lo que dice.
Y dice una gran burrada, claro.
Le tengo una historia de cavernícolas que le va a gustar.
En una lejana cueva, unos indefensos seres humanos que allí se encontraban, con la intención de participar en la catequesis familiar porque sus hijos se preparan para hacer la Primera Comunión, fueron víctima de una osada cavernícola que se atrevió a darles de estacazos, sin vergüenza y con mucha brutalidad, usando para ello ni más ni menos que La Sagrada Escritura y el Catecismo de la Iglesia Católica. Pero ¡cómo se atreve!
Cómo sería el nivel de primitivo, retrógrado, cerrado, rancio y repetitivo su pensamiento que para enfrentar los temas de la Creación, la Caída y la Promesa de Salvación, leyó los textos del Génesis!!! y como si fuera poco ese estacazo les siguió dando con las citas textuales del CIC (Catesismo antes mencionado, abreviado para quitarle importancia). Era un espectáculo aquél.
Curiosamente, estas víctimas no se defendieron, teniendo argumentos tan extraordinarios, como los que de usted hemos leído, para devolver los estacazos recibidos. Pero ¿qué habrá pasado?
Se piensa que la ubicasión de esta cueva, donde ocurrió esta verídica historia, justifica que aceptaran y de buena gana los estacazos de esta agresiva cavernícola.
El lugar está próximo al venerado y conocido Santuario de la Virgen del Carmen en el pueblo de la Tirana, en América del Sur, por lo tanto, muy lejos aún de los "extraordinarios pensamientos" del mundo moderno y sus "geniales teólogos".
Sí, esta debe haber sido la razón de la fe de esta especie humana. Porque la Tirana fue una reina inca (Ñusta Huillac) que se enamoró perdidamente del portugués Vasco de Almeyda, en el tiempo en que a españoles y portugueses, este pueblo inca daba muerte, con la crueldad que ella misma impuso. Pero su amor fue más que su odio, ante el inevitable y mortal desenlace que traería como consecuencia este amor, Ñusta Huillac acepta lo que Vasco de Almeyda le pide, que sea bautizada por un Sacerdote Franciscano. Entonces creyendo que por el Bautismo entrarían en la Vida Eterna una vez que fueran asesinados, podrían ser felices para siempre.
Fin.
¡Viva Cristo Rey!
Ni caso.
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