Carta de una servidora del Instituto del Verbo Encarnado en Siria a su familia
Querida Familia:
Hola!!! Alabado sea Jesucristo!!! Ya es muy tarde y no puedo dormir por eso es que me puse a escribir… He dado muchas vueltas en la cama rezando el Rosario pero no hay caso. Los ruidos de las bombas son cada vez más cerca y seguidos. No es que tenga miedo, para nada! Solo que no puedo dejar de pensar en la pobre gente que está sufriendo. Los padres de familia, las pobres madres desesperadas por proteger a sus hijitos, los jóvenes soldados que están lejos de sus familias y que no saben si van a pasar la noche. En fin… No me queda más que encomendárselos a Nuestra Madre del Cielo para que interceda ante Dios y tenga misericordia de todos nosotros. Y por otro lado no puedo dejar de dar gracias a Dios por todo lo que nos da cada día, aún en medio de tanta confusión.
Como todos sabrán, ya hace más de un año y medio que comenzaron los disturbios en el país y hasta el día de hoy no se sabe que va a pasar. Todo empezó con algunas manifestaciones en distintas partes del país; luego la oposición se fue organizando y tomaron algunas ciudades importantes y hoy en día ya se habla de guerra civil. La situación se está volviendo caótica. Ahora nos cortan cada vez más horas de luz y lo mismo pasa con el agua. En algunos barrios más populares llegan a pasar hasta 10 horas al día sin luz y como estamos en verano, las temperaturas llegan a 47 grados en el día y por la noche 40. No hay combustible así que de a poco también se va parando el trabajo. El gas está carísimo… Hasta hace unos meses costaba 300LS la garrafa y ahora cuesta 3.500LS. Para que se den una idea, el sueldo de un empleado es de unos 8.000LS al mes y ahora casi la mitad del sueldo la gasta en una garrafa. Y así está todo de caro, los alimentos, la carne, la fruta y hasta cuesta conseguir pan. La gente está con mucho miedo y triste, sin esperanzas. Hay muchos cristianos que han dejado el país y los pocos que quedan están viendo cómo hacer para irse.

Ya desde los tiempos en que el Génesis nos anunció que Caín mató a Abel, al ser humano se nos ha recordado no sólo que hay buenos y malos, sino quiénes son los buenos y quiénes los villanos.
“Mis queridos amigos:
Tengo una circunstancia personal que me ha tenido preocupado en las últimas semanas y que me ha hecho pensar, hablar, pedir consejo, meditar y rezar sobre ella. Tanto me ha ocupado y también preocupado (parafraseando a un clásico deportivo) que me ha llevado a tener algún problema de estrés o de ansiedad, que es la forma en la que el mundo llama al sufrimiento. Se trata de que estoy pendiente de que se resuelva un asuntillo laboral que llevo entre manos. Como tantas cosas en la vida, el asunto no está mis manos sino que depende de la decisión de otras personas. Soy sabedor de que no es fácil de que se resuelva así por las buenas ya que hay algunas, digamos, dificultades. Ya saben Vds. a que me refiero; a dificultades de dos patas.
Un año más me dirigí con mi familia a la catedral de Jesús Nazareno de Huesca a participar en la Misa del Corpus. Como en otras diócesis, desde hace años la fiesta del Corpus Christi es uno de los domingos que reluce más que el sol.


