(88) La cobardía, terrible pecado
“La Iglesia ("la barquilla de Pedro “, que le dicen) ha tenido muchas tempestades y ha de tener todavía otra que está profetizada, en la cual las olas invadirán el bordo, y parecerá realmente que los pocos que están dentro “suenan”. Cristo parece haber conservado su costumbre juvenil de dormir en esos casos; y también su idiosincrasia de no amar la cobardía.” (Leonardo Castellani)
El temor en medio de las tormentas no es privativo de los niños, sobre todo cuando la sacudida de la Barca amenaza arrojar a muchos por la borda. Pero el temor no es pecado. La cobardía sí.
Habitualmente, algunos pecadores se escudan en pretendidas virtudes para justificar cierta actitud pecaminosa (y por eso es tan recomendable pedir siempre al Señor que nos ayude a rectificar la intención y clarificar la conciencia). Así también, el cobarde no siempre se reconoce como tal, sino que trata de convencerse de que en realidad es “prudente” cuando no avanza; “tolerante” cuando no resiste la agresión injusta –incluso perpetrada contra otros u Otro-; “humilde” cuando somete de buena gana sus principios;“pacífico” cuando establece componendas con el enemigo. ¿Mera cuestión de terminología?…No: cuestión de fe, y de amor a Cristo Crucificado.