(157) Minimalismo mariano -de blasfemias y sacrilegios tolerados, consentidos y promovidos-
Debemos profesar una ferviente devoción a la Santísima Virgen, si queremos conservar esta hermosa virtud; de lo cual no nos ha de caber duda alguna, sí consideramos que ella es la reina, el modelo y la patrona de las vírgenes […]. San Ambrosio llama a la Santísima Virgen señora de la castidad; San Epifanio la llama princesa de la castidad; y San Gregorio, reina de la castidad"[..]
(S. Juan M. Vianney, Sermón sobre la pureza).
La virginidad de María tiene tanto más valor y belleza cuanto que Cristo no sólo se la reservó celosamente después de haber sido concebido en ella sino que eligió por madre a una Virgen que previamente estaba consagrada a Dios
(S. Agustín Sobre la virginidad).
A veces uno necesita callar un poco a fin de recobrar fuerzas para seguir adelante, porque se hace muy cuesta arriba mirar para uno y otro lado y encontrar aquí un enemigo, allá un traidor, allí un tonto útil a este circo romano redivivo…
Pero ante tanto agravio proferido y tolerado a nuestra Madre es preciso hallar alguna palabra, porque para remate de vergüenza, ya nos aturde el inmundo silencio de quienes deberían reprender con justicia y verdadera caridad, para consuelo y sostén de los hijos de Dios. Como tan certereamente decía Chesterton, “La tolerancia es la virtud del hombre sin convicciones". Lógicamente, se tolera hoy todo lo que se tolera, porque se han perdido no sólo las convicciones sino la misma fe; el Credo no se considera ya esencial, sino puro formalismo, aunque sean miles los que siguen dando por él su sangre.Y quien no profesa el Credo, no tiene en cuenta tampoco la íntima relación que existe entre cada una de las verdades de fe con las demás. ¿O acaso no se ha advertido que la negación de la Virginidad de María Sma. conlleva también el negar o poner entre paréntesis la propia divinidad de Cristo? …
Quienes en cambio olvidan que Nuestro Señor es también verdadero Hombre, y verdadero Hijo de María, ¿cómo creen que se sentirá Él ante los ultrajes a su Madre, si nosotros, hijos por adopción, sentimos hervir la sangre cuando se la toca?
Las blasfemias de la impresentable Caram de hace unos días es sólo la punta de uno de los muchos icebergs que amenazan la Barca, pretendiendo hundirla. La monja con aires de ilustrada es sólo una pobre pieza funcional a la embestida que lidera Satanás en esta hora de apostasía que transitamos. ¿Cómo dudar que es el mismísimo demonio quien alienta esta avalancha de ofensas a la Mujer vestida de sol, porque sabe que le queda poco tiempo? Tal como le refiriera la Hna. Lucía Dos Santos al p. Agustín Fuentes:
“Padre, el demonio está librando una batalla decisiva contra la Virgen; y como sabe qué es lo que más ofende a Dios y lo que, en menos tiempo, le hará ganar mayor número de almas, está tratando de ganar a las almas consagradas a Dios, ya que de esta manera también deja el campo de las almas desamparado, y (el demonio) más fácilmente se apodera de ellas.”
Efectivamente, en el Centenario de las apariciones de Fátima, a ciertos personajes les importa más el ensalzamiento de los herejes -con estampilla conmemorativa y todo-, que la conmemoración de la Madre de Dios y la defensa de Su causa. Así, el minimalismo mariano es una bajada en pendiente sumamente peligrosa que comienza con las más piadosas excusas y termina en abismos insospechados. El camino descendente es rápido, y la vía más expeditiva para precipitarnos en el abismo es la ofensa o desprecio a Ella, sin la menor duda.
San Luis M. de Montfort responde suficientemente a los que alegan el “peligro” de una posible devoción exagerada a María Santísima que pudiese opacar el culto debido a Nuestro Señor, como también lo hacía San Bernardo, cuando exclamaba “De Santa María nunca es bastante”, porque el verdadero y recto culto a Ella siempre conducirá, indefectiblemente, a un más perfecto conocimiento y culto debido a Jesucristo.
Con ese tipo de pruritos, pues, se ha ido quitando del lenguaje todo superlativo –Santísima, Purísima, etc…- para ir reduciendo progresivamente todo apelativo a Ella al mínimo posible. Restando adjetivos, en muchos casos ha quedado simplemente su nombre, María, que aunque llena al universo de belleza, es también pasible de ser equiparado con el nombre de la señora de la esquina, dejando totalmente de lado en la expresión vocal la hiperdulía -veneración suma- que Le es exclusiva frente a toda otra creatura a la Reina de cielos y tierra.
Luego está también, claro, el pretexto del ecumenismo -lamentablemente no es cosa de ahora-. Hace ya varias décadas, en un encuentro ecuménico que se realizó en Fátima fue retirada la mismísima imagen de la Madre de Dios para no ofender a los herejes… De aquellas aguas, estos lodos. Personalmente me tocó ser también testigo en alguna Marcha por la vida en Bs.As., de cómo se pedía a algunos católicos que retiren la imagen de Nuestra Señora por el mismo motivo. Y con la misma ridícula excusa se nos negó rotundamente rezar tres Avemarías frente al Congreso en la manifestación previa a la nefasta sanción del homomonio…
A este maltrato, que en lenguaje vulgar, aquí le llaman “ninguneo”, le sigue en el peldaño inferior la indulgencia con la blasfemia y la ofensa primero tolerada, luego justificada y finalmente, hasta aplaudida…Por supuesto, so capa de progreso, “madurez en la fe” (sic!) y sentido común. ¿No es la “línea” de Kasper, Álvarez Valdés, y otros de su calaña? Unos niegan éste, otros aquel dogma, pero todos son una panda de herejes a los que se sigue dando micrófono, diploma y hasta mitra.
Con relación a los dichos de la insolente (¿dominica o demoníaca?) y egocéntrica Lucía Caram, tras unas muy tímidas reacciones ha respondido valiéndose de la falsa dialéctica entre doctrina y caridad, Ya debemos saber que toda corrección doctrinal o celo por la fe verdadera es para la progresía el inequívoco signo de que uno no tiene caridad porque no le importan los pobres ni los refugiados, y seguramente es un amargado con cara de vinagre que no sabe tender puentes sino sólo reprimir y polemizar. Por eso, el día que Nuestro Señor echó con látigos a los mercaderes del templo seguramente había olvidado la caridad en su casa…o tal vez se trate de un pasaje evangélico inventado por la iglesia primitiva, sin ninguna verosimilitud.
¿Que nos toman por tontos?…Algo de eso hay, claro!.
Esto es lo que nos parece cuando en una entrevista la dominica señala que desde Roma le habían dicho que “estuviese tranquila”, y en última instancia, ella agrega que lo importante es “que la gente no sufra”. Por eso, para que no sufra, hay que comprender la eutanasia, y el adulterio, y la sodomía, etc. etc. Las comuniones sacrílegas hoy son algo así como “la frutilla de la torta” que hace tiempo se venía horneando. La verdad duele, y no hay que hacer sufrir a la gente, así que cuanta menos verdad, más contentos todos, aunque se pisotee la fe y hasta a la Madre de Dios.
Volviendo a Fátima, vale recordar lo que la misma Madre de Dios señalaba al pedir la Comunión reparadora de los Cinco Sábados de mes para consolar a Su Corazón Inmaculado. ¿De qué deberíamos consolarlo? Precisamente de las cinco peores blasfemias con que Maria Santísima es ofendida, a saber:
1) Las blasfemias contra la Inmaculada Concepción
2) Las blasfemias contra su Virginidad
3) Las blasfemias contra su Maternidad Divina, negándose al mismo tiempo a reconocerla como Madre de los hombres.
4) Las blasfemias de aquellos que públicamente tratan de infundir en los corazones de los niños la indiferencia, el desprecio y hasta el odio hacia esta Madre Inmaculada.
5) Las ofensas de aquellos que la ultrajan directamente en sus Sagradas Imágenes.
Es la propia Madre de Dios, Madre de la Sabiduría encarnada, quien lo pide y advierte.
Hace poco, el hereje jesuita Masiá también quedó también muy orondo con su agravio en pleno tiempo de Navidad, sin que nadie lo amoneste como es debido, soslayando deliberadamente el Magisterio de la Iglesia y la Tradición:
“Si alguno no confiesa, de conformidad con los Santos Padres, que la Santa Madre de Dios y siempre virgen e inmaculada María, propiamente y según la verdad, concibió del Espíritu Santo, sin cooperación viril, al mismo Verbo de Dios, que antes de todos los siglos nació de Dios Padre, e incorruptiblemente le engendró, permaneciendo indisoluble su virginidad incluso después del parto, sea anatema” (Conc. de Letrán, Contra los monoteletas, c. 3; Dz 503).
Es evidente que así como la ideología de género va ganando terreno también entre los purpurados, no es de extrañar que haya mermado entre ellos la necesaria hormona masculina, pues el mareo es tal que han llegado a confundir -con muy buena conciencia, eso sí- misericordia con mariconeo, e indulgencia con cobardía.
Ante esta actitud, es bueno recordar que “es digno de alabanza ser paciente en el sufrimiento de las propias injurias, pero soportar pacientemente las injurias contra Dios es la suma impiedad“ (Santo Tomás de Aquino citando a San Juan Crisóstomo)
Retomando, pues, la Virginidad de nuestra Madre, hay que señalar que en el fondo de la entrevista se advierten los esquemas y aires mentales que han impregnado ya toda nuestra cultura; ella sólo los “ventila” para que no se apaguen. Caram habló también de su propia virginidad (que no podemos poner en duda, claro, mientras ella niega la de María Santísima!) recurriendo a categorías freudianas de sublimación, sin asomar siquiera el menor amor por la Pureza, y reduciendo el tema a una cuestión meramente práctica, pues “una pareja la limitaría” -y claro, lo que le molesta a los marxistas es el límite-.
Hay que advertir que el soberbio siempre desprecia la pureza, y la ridiculiza, porque no puede comprenderla: es un misterio anejo a la fe, reservado como tesoro a los que son capaces de venderlo todo por ella.
Así lo explica el Santo Cura de Ars:
“Esta hermosa virtud, dice San Bernardo, fue la causa de que el Padre Eterno mirase a la Santísima Virgen con complacencia; y si la virginidad atrajo las miradas divinas, su humildad fue la causa de que concibiese en su seno al Hijo de Dios. Si la Santísima Virgen es la Reina de las Vírgenes, es también la Reina de los humildes” (Sermón sobre la humildad).
Por eso, quien ha hecho de su vida un ministerio filantrópico y revolucionario despojado de toda fe sobrenatural, es razonable que no alcance a ver ni de lejos el valor de la virginidad de María Santísima, pues La dignididad virginal comenzó con la Madre de Dios (S. Agustín, Sermón 51).
Los que como Mons. Agrelo minimizan el tema considerándolo de poca monta –como dice una cancioncita progre, “lo importante es el suelo, no el Cielo…”- son muchísimos también; ¿acaso no saben los obispillos de todo el mundo que lo que ha dicho Caram se enseña hace años en numerosísimos seminarios teológicos y catequísticos? En pocas palabras: la teología especultativa no tiene mucha razón de ser, la dogmática no sirve sino para complicarse la vida y separar a los hombres –todos hermanos!-, y lo fundamental es la pastoral: el centro de la religión es el hombre, no Dios. De más está decir que la desaparición de la apologética de los estudios teológicos es la lógica consecuencia de todo este planteo “antiproselitista”.
Quienes creen que Dios no castiga, sería bueno que ante las ofensas a Su Madre mediten lo que señala San Ambrosio:
“..Quiso más bien el Señor que algunos dudasen de su nacimiento que de la pureza de su Madre. Sabia que el honor de una Virgen es delicado, y la reputación del pudor, frágil; y no estimó conveniente que la fe de su nacimiento se demostrase con posibles injurias de su Madre. Y así como la Virgen fue íntegra por su pudor, así su virginidad debió ser inviolable en la opinión…”
La estima de las verdades tocantes a María Santísima no son, pues mero ornato de la fe, sino algo medular para nuestra vida coherente como cristianos.
Más que nunca, es necesario en este tiempo tener en la cabecera el grandiosoTratado de la Verdadera Devoción a la Sma. Virgen (aquí en pdf y aquí en línea) de San Luis María, y grabarlo a fuego en mente y corazón:
“Dios quiere, pues, revelar y manifestar a María, la obra maestra de sus manos, en estos últimos tiempos:
(…) - Porque Ella es el camino por donde vino Jesucristo la primera vez y lo será también cuando venga la segunda, aunque de modo diferente.
- Porque Ella es el medio seguro y el camino directo e inmaculado para ir a Jesucristo y hallarlo perfectamente. Por Ella deben, pues, hallar a Jesucristo las personas santas que deben resplandecer en santidad. Quien halla a María, halla la vida (cfr. Prov. 8, 35), es decir, a Jesucristo, que es el Camino, la Verdad y la Vida (cfr. Jn. 14, 6). Ahora bien, no se puede hallar a María si no se la busca, ni buscarla si no se la conoce: pues no se busca ni desea lo que no se conoce. Es, por tanto, necesario que María sea mejor conocida que nunca, para mayor conocimiento y gloria de la Santísima Trinidad.
- Porque María debe resplandecer más que nunca en los últimos tiempos en misericordia, poder y gracia:
– En misericordia, para recoger y acoger amorosamente a los pecadores y a los extraviados que se convertirán y volverán a la Iglesia católica.
– En poder contra los enemigos de Dios, los idólatras, cismáticos, mahometanos, judíos e impíos endurecidos que se rebelarán terriblemente para seducir y hacer caer, con promesas y amenazas, a cuantos se les opongan.
– En gracia, finalmente, para animar y sostener a los valientes soldados y fieles servidores de Jesucristo, que combatirán por los intereses del Señor.
- Por último, porque María debe ser terrible al diablo y a sus secuaces como un ejército en orden de batalla (cfr. Cant. 6, 3) sobre todo en estos últimos tiempos porque el diablo sabiendo que le queda poco tiempo (Apoc. 12, 12), y menos que nunca, para perder a las gentes, redoblará cada día sus esfuerzos y ataques. De hecho, suscitará en breve crueles persecuciones y tenderá terribles emboscadas a los fieles servidores y verdaderos hijos de María, a quienes le cuesta vencer mucho más que a los demás.
Quiera Dios seguir concediéndonos -porque los hay- al menos un puñado de pastores con fe celosa y ardentísima, que se atrevan a soportarlo todo por nuestra Madre repudiando y combatiendo a los Masiá y Caram(ba) de turno, fortaleciendo la fe de los débiles y recordándoles que estén atentos, ya que Judas sigue sentado a la Mesa, y San Juan, al pie de la Cruz.
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Más sobre este tema:
San Jerónimo responde a Lucía Caram
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17 comentarios
La foto de la aparición de la Virgen en La Salette es impresionante, Ella llora por nosotros! Y qué hacemos?
Gracias.
Con nuestros modestos medios digitales podemos difundir este artículo. Nadie lo hará por nosotros. Yo comienzo ahora mismo.
¡Madre de la Iglesia, causa de nuestra alegría: ruega por nosotros!
Y...si María no es el Evangelio, sin María no hay Evangelio, como muy certeramente expresa el P. H. Bojorge.
En la Gruta de Massabielle se reproduce, a siglos de distancia el mismísimo Evangelio. En circunstancias diferentes, pero para nada variando el núcleo de la Buena Nueva.
María, al igual que su Hijo, se complace en los pequeños, ignorantes, casi analfabetos, como lo era Bernadette. "Bonne à rien" (= No sirve para nada), la calificó la superiora de las religiosas de Nevers, con las cuales ingresó la santa. Pero el gran periodista católico, Louis Veuillot, puso las cosas en su sitio, ya que, después de tratarla, declaró: " Es una ignorante, pero vale mucho más que yo".
A aquella pastorcita, sin grandes estudios, sólo cuatro años después de la definición dogmática de la Inmaculada Concepción de María, por parte del Beato Pío IX, la misma "Señora" de la Gruta, respondió a la pregunta de su nombre, que le propusiera la vidente: "Yo soy la Inmcaulada Concepción".
No vengamos, pues, pseudointelectuales o personajes mediáticos a intentar corregir la plana al Evangelio, a la Tradición y a las mismas intervenciones sobrenaturales de María Santísima.
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V.G.: Gracias, de todo corazón.
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V.G.: Nuestra Señora de la Soledad de la Victoria, variante de Ntra. Sra. de los Dolores: https://es.wikipedia.org/wiki/Nuestra_Se%C3%B1ora_de_la_Soledad.
Quiera el Señor Todopoderoso acortar estos aciagos días de desolación y espesos nubarrones.
Y el Vicario de Cristo, ¿dónde está?
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V.G: en Roma.
Al respecto, tuve una discusión via facebook con las amigas de una amiga pues consideraban ( gente buena y universitaria) que el que Nuestra Señora hubiera tenido sexo con San José era muy bueno porque eso era AMOR!!! y muchas cosas por el estilo..No son protestantes, pero veo cómo se han filtrado perfectamente sus ideas porque, obviamente...hacen que la religión sea rebajada a lo que los simples mortales pueden entender.
Fui muy dura en mis respuestas pero, aunque creí que me responderían airadas...por días hubo silencio ...y luego unos tibios pedidos de disculpas porque nunca habían visto las cosas así..
Lo comento porque a veces perdemos las esperanzas de que gente tan alejada reflexione...pero Nuestra Señora actúa..!!
No nos cansemos de contestarles a quienes desde la ignorancia atacan a nuestra Madre y Protectora!!
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V.G.: Gracias por el comentario,
¡¡Viva!!
Cuando Adán y Eva fueron debidamente despedidos de su vida paradisíaca, fueron condenados al sudor, al trabajo de una Naturaleza ahora desconocida y a parir con dolor.- ¿Acaso no es lo que sucede día a día a millones y millones a lo largo de toda la triste Historia de los Humanos? - ¿Cómo negar esa revelación Divina que es nuestra forma soberbia de vivir o morir minuto a minuto? ¿Qué es ésta manía de la laxa misericordia vaticana?
Bendita SIEMPRE VIRGEN María, yo te amo !!!!
Sólo nos queda confiar en el Señor, orar e implorar a la Santísima Virgen María para que la confusión y la apostasía no se adueñen de nosotros y nos alejen del Reino de Dios. ¡Dulce Corazón de María, sed nuestra Salvación!. ¡Sagrado Crazón de Jesús, en Vos confío!.
¡Que Dios la siga bendiciendo, María Virginia! y que no nos prive a sus lectores de sus imprescindibles reflexiones. Gracias de nuevo.
En el Vaticano II y en la II confertencia Latinoamericana celebrada Medellin procuraron imponerse contra la genuina mariologia.
La segunda asumiendo el aire neo modernista minimalista marial que habia circulado en el primero.
Gracias a Dios en la Lumen Gentium se proclamo la necesidad y urgencia de las practicas mariales de la larga tradicion eclesial y Paulo VI proclamo la Maternidad eclesial de la Santisima Virgen Maria y se invoca la mariologia en la Guadium et Spes n.22, la lucha prosigue, pero su CORAZON INMACULADO TRIUNFARA
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