El historiador Francisco Torres analiza la figura del Cid Campeador como héroe necesario
La revista Laus Hispaniae lleva en portada, en su último número, la imagen de Rodrigo Díaz de Vivar y como rótulo el título de un interesante artículo “El Cid Campeador. El héroe necesario”. Un texto amplio, casi una pequeña monografía, que ocupa la mitad de la publicación. El autor del mismo es el historiador y catedrático de secundaria Francisco Torres García. No necesita el profesor Torres un largo párrafo de presentación, pero nos ha sorprendido que abandone los temas habituales en su trabajo para volver su mirada hacia la España de la Reconquista.
¿Un cambio de orientación en sus preferencias como historiador?
En realidad no. De hecho yo empecé escribiendo sobre la guerra en Castilla en el tránsito del siglo XIV al XV. Y las Cruzadas, en especial la I Cruzada, son para mi casi un hobby, aunque escribir sobre ello sea una asignatura pendiente. Me parece interesante revisar la historia de la Reconquista desde un punto de vista estrictamente militar. En este marco el siglo XI es clave y dentro del mismo la historia de las campañas del Cid Campeador. Pero esto siempre hay que hacerlo atendiendo a las categorías y mentalidad de la época.
Para usted el Cid es el héroe necesario, ¿Por qué tendría esta consideración?
La segunda mitad del siglo XI está imbuida de la expansión de la idea de Cruzada, de la ideología de la Cruzada. Como es sabido una de las primeras concreciones de ella se da en España (la denominada cruzada de Barbastro de 1063 y algunos posicionamientos anteriores). La invasión almorávide (1086) primero y la almohade después, dispuestas a conquistar e integrar el territorio en sus respectivos imperios, mientras en el otro extremo de Mediterráneo se combatía en las Cruzadas, iniciadas en el año 1095 al grito de Deus vult, amplían el sentido de cruzada en los reinos cristianos peninsulares, especialmente en los reinos de Castilla y León que caminan hacia su integración definitiva a pesar, a veces, de unos reyes incapaces de superar el concepto patrimonial del reino. En este marco se necesitaba un nuevo tipo de héroe que encarne todo ello y los cronistas y juglares se encuentran con Rodrigo el Campeador.
¿Qué hay de histórico y qué de legendario en su figura?
A diferencia de otros personajes de la épica medieval, empezando por Arturo y sus caballeros, hay un Rodrigo histórico que conocemos bastante bien, con un acervo documental interesante sobre su figura. Pero el Rodrigo trascendente es el de la leyenda que se asienta en los siglos XII-XIII, convertido desde muy pronto en héroe nacional. Es el cruzado contra el Islam que representan almorávides y almohades, cuando el Papa considera también Cruzada el avance cristiano en las tierras hispanas. Y es también el hombre que pudo cambiar o influir en el cambio de la historia. Históricamente nace militarmente en otras coordenadas, la de la primera campaña militar de largo alcance de la Reconquista que se inicia con Fernando I y que se continúa con Alfonso VI.