Christian Marquant, presidente de Oremus-Paix-Liturgique, analiza la Peregrinatio ad Petri sedem
Oremus-Paix-Liturgique no tiene otro objetivo que, en fidelidad a la Iglesia, hacer saber a los pastores que una parte considerable de los católicos en todo el mundo quieren vivir su fe al ritmo de la liturgia tradicional, y todo lo que la acompaña, especialmente el catecismo tradicional.
Entrevistamos a su presidente, Christian Marquant, que analiza brevemente los principales aspectos de la Peregrinatio ad Petri sedem, que se celebra del 28 al 30 de octubre en Roma.
¿Cómo valora la celebración de una nueva peregrinación, lo que supone un paso más en su consolidación?
¿Cómo no ver un signo de la Providencia en el hecho de que por 11ª vez nuestra peregrinación ad Petri Sedem, en Roma, pueda realizarse con normalidad?
Ya desde hacía dos años los obstáculos eran numerosos, tanto por la pandemia como por las decisiones del Santo Padre con la promulgación de su motu proprio Traditionis Custodes. Sin embargo, cada año la peregrinación continuaba organizándose y en cierto modo desarrollándose. ¿Cómo, repito, no ver en estos hechos una señal del cielo?
Una de las grandes novedades de este año es que se recuperan las conferencias en el VII Encuentro Paix Liturgique… ¿Qué importancia tienen las ponencias en el marco de la peregrinación?
Estas conferencias preceden a la peregrinación. En efecto, porque si durante seis años habíamos realizado nuestro tradicional Encuentro en el Agustinianum o en otros lugares, el año pasado nos resultó imposible debido a las dificultades de nuestros amigos para venir a Roma y la imposibilidad de disponer de espacios donde celebrar nuestros encuentros.
Este año, por tanto, retomamos el hilo con este 7º Encuentro, cuyo principal interés es ser, como su propio nombre indica, un lugar de encuentro. Es sabido que la mayoría de nosotros estamos muy aislados durante todo el año. Esta es una oportunidad de vernos, de conversar, de intercambiar pareceres, de fortalecer nuestra amistad, de coordinar nuestras experiencias y nuestros proyectos, todo en un ambiente completamente planetario (en 2020 tuvimos participantes de 26 países, y sin duda esté año serán muchos más). Es un encuentro universal, plenamente católico.