Basta de mentiras: seamos claros
Parece haber quedado ya muy claro que lo que en un principio quiso presentarse como un “lógico rechazo al levantamiento de la excomunión a un Obispo ultra-tradicionalista que profirió declaraciones graves negando el Holocausto”… era en realidad una campaña destinada a desacreditar al Santo Padre Benedicto XVI, tergiversando sus buenas intenciones y frustrando su búsqueda de la unidad de la Iglesia en el ejercicio del ministerio petrino.
En este contexto, es realmente admirable que sigan llegando a la Santa Sede pedidos de clarificación de la posición de la Iglesia, del Papa y de la Fraternidad de San Pío X frente al antisemitismo. Estos pedidos llegan desde una gran variedad de ámbitos: distintas asociaciones judías, autoridades de algunas naciones (basta pensar en la canciller alemana, Angela Merkel), teólogos que aún llamándose católicos hace tiempo que han cruzado el umbral de lo auténticamente católico, e incluso cardenales, obispos y sacerdotes (por ejemplo, el Cardenal Arzobispo de Viena).