Arzobispo Zollitsch: “El diaconado femenino ya no es tabú”
Presentamos nuestra traducción de este artículo del vaticanista Andrea Tornielli sobre la propuesta de apertura al diaconado femenino a la ha hecho referencia Mons. Robert Zollitsch, Arzobispo de Friburgo y Presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania, en la conclusión de un encuentro diocesano en el que se han planteado posibles reformas para la Iglesia.
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El presidente de los obispos alemanes, el arzobispo de Friburgo Robert Zollitsch, en la conclusión de una reunión diocesana de cuatro días en la que han participado 300 expertos que han hablado de posibles reformas, ha dicho que el diaconado femenino “no es más un tabú”. En la reunión se ha hablado también de la posibilidad para los divorciados en nueva unión de participar en la comunión eucarística.
Las palabras del presidente de los obispos alemanes podrían dejar entender la posibilidad de llegar a la ordenación diaconal de las mujeres, aún si la declaración publicada en el sitio de la arquidiócesis parece referirse más bien a una forma de ministerio diaconal distinto del masculino. Palabras de apertura hacia el diaconado ordenado femenino habían sido pronunciadas en su momento por el cardenal Carlo Maria Martini, después que Juan Pablo II, en la carta Ordinatio sacerdotalis, había excluido la posibilidad para las mujeres de recibir el sacerdocio. El documento de Wojtyla había sido publicado en 1994, luego de la decisión de la Iglesia anglicana de abrirse al sacerdocio femenino.
Ya entonces diversos expertos hicieron notar la diferencia entre un diaconado femenino entendido como servicio y el diaconado como primer grado del orden sagrado. En los comienzos del cristianismo existía una diaconía femenina (de la cual habla también San Pablo) y está documentado que en el siglo III, en Siria, existían diaconisas que ayudaban al sacerdote en el bautismo de las mujeres. Un rol atestiguado también en las Constituciones apostólicas del siglo IV, que hablan de un rito de consagración, distinto, sin embargo, del de los diáconos varones.
Formas de servicio diaconal femenino han sido ya desde hace un tiempo institucionalizadas, por ejemplo, en los pasados años, en la diócesis de Padua. Se trata de mujeres que, aún sin vestir el hábito religioso, han emitido los votos de obediencia, pobreza y castidad. Y han sido consagradas como “colaboradoras apostólicas diocesanas”. El rol y las tareas de esta nueva forma de servicio son explicadas de este modo por la diócesis de Padua: “Es una forma de diaconía femenina inspirada en el Evangelio. Las colaboradoras apostólicas asumen la diaconía apostólica como proyecto de vida acogido, aprobado y orientado por el obispo”. Entre las tareas a las que están llamadas las “diaconisas” [SIC] se encuentran el anuncio de la Palabra, la educación en la fe, las obras de caridad al servicio de los pobres, distribución de la Comunión, la animación de la liturgia, o la gestión de estructuras como escuelas e institutos. Pero no parece ser ésta la forma de diaconado en la cual se inspira la propuesta de los reformadores alemanes, sino más bien en la del diaconado ordenado masculino.
Precisamente para aclarar el argumento, en septiembre de 2001, el entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger, junto a los purpurados Arturo Medina Estévez (Culto Divino) y Darío Castrillón Hoyos (Clero), había firmado un documento, aprobado por el Papa Wojtyla, en el cual se afirmaba que “no es lícito poner en marcha iniciativas que, de cualquier modo, tengan como finalidad preparar candidatas a la ordenación diaconal”.
El nuevo obispo de Ratisbona, Rudolf Voderholzer, ha tomado distancia de las aperturas de Zollitsch, afirmando que el diaconado femenino, como el sacerdocio y el episcopado, según la tradición que se fundamente en la Biblia, “está reservado a los hombres”.
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Fuente: Sacri Palazzi
Traducción: La Buhardilla de Jerónimo
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22 comentarios
1. Desde algunos países se nos ha señalado a nuestros dicasterios la programación y desarrollo de cursos, directa o indirectamente orientados a la ordenación diaconal de mujeres. Se han creado, de este modo, expectativas que carecen de sólido fundamento doctrinal y que pueden generar, por tanto, desorientación pastoral.
2. Dado que la reglamentación eclesial no prevé la posibilidad de este tipo de ordenación, no es lícito emprender iniciativas que, en cierto sentido, están orientadas a preparar candidatas a la ordenación diaconal.
3. La auténtica promoción de la mujer en la Iglesia, en conformidad con el constante Magisterio eclesiástico, y en particular con el de Su Santidad Juan Pablo II, abre otras amplias perspectivas de servicio y colaboración.
4. Las Congregaciones suscritas --en el ámbito de las propias competencias-- se dirigen, por tanto, a cada uno de los ordinarios para que expliquen a los propios fieles y apliquen diligentemente la directiva aquí indicada.
Esta Notificación ha sido aprobada por el Santo Padre, el 14 de septiembre de 2001
En el Vaticano, 17 de septiembre de 2001
Cardenal Joseph Ratzinger
Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe
Cardenal Jorge Arturo Medina Estévez
Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos
Cardenal Darío Castrillón Hoyos
Prefecto de la Congregación para el Clero
que Buhardilleros ha tenido la amabilidad de transcribirnos aquí. Una vez más vemos cómo ciertos sectores del episcopado alemán y centroeuropeo quieren salirse de la fila, por usar un término muy suave.
A las mujeres les corresponde muchas funciones dentro de la Iglesia, son su corazón y su alma, qué duda cabe de ello, pero la ordenación, jamás. Eso nunca, sería traicionar la voluntad del Señor.
Máxime que esto tiene todo el olor a un desplante, a una provocación, parecida a las que suelen gastar los austríacos.
Algo huele a podrido en la Germania.
(http://www.erzbistum-freiburg.de/html/aktuell/dv_aktuelles.html) Se puede mirar a la derecha y abajo, y descargar el último de los pdf que se titula Stellungnahme_Zollitsch.pdf
1.-No se trata de "una reunión Diocesana", (como dice este texto) sino del encuentro Diocesano de la Arquiócesis de Freiburg que prepara los impulsos para el próximo año pastoral (Sept. 2013 - Junio 2014)
2.-Habla este texto de 300 especialistas. En realidad se trata de los distintos representantes a los diversos niveles de acción de la Arquidiócesis de Freiburg y sus respectivas regiones.
3.-No he visto que se hable de reforma en la Iglesia ni para la Iglesia. Sí se habla de un diálogo abierto sobre el futuro de la Iglesia. Dicho diálogo (sobre el futuro de la Ig.) ya había sido planteado por Mons. Robert Zollitsch en el Otoño del 2010 a la Conferencia de los Obispos Alemanes. De modo que ahora en su Arquidiócesis se trata "de orar, celebrar (la Misa) y aconsejar acerca de la pregunta sobre el futuro de la Iglesia".
Por ello se habla de encontrar juntos nuevas perspectivas para la Iglesia.
4.-Dice el Arzb. Zollitsch que se seguirá trabajando en la dirección de encontrar nuevas perspectivas en la Iglesia en la Conf. Episcopal Alemana. Al tales propósitos la Conferencia de Los Obispos se reunirá el próximo mes.
5.-No he visto por ningún lado que hable de la ordenación diaconal de las mujeres como un tema tabú... ni referencia a que el mismo tema haya dejado de ser tabú. Esto es claramente un adendum regalado y por lo visto distorsionado. Aquí el texto básico en Alemán:
"Ich werde mich einsetzen für eine weitere Vertiefung des gemeinsamen Priestertums aller Getauften. Ich fördere die Vielfalt der Dienste und Ämter sowie die Zukunft der unterschiedlichen kirchlichen Berufe. Ich tue dies auf der Grundlage der Lehre der katholischen Kirche. Dazu gehört auch der Einsatz für neue kirchliche Dienste und Ämter, die auch Frauen offen stehen, wie etwa ein spezifisches Diakonenamt für Frauen". TRADUCCION: Me he comprometido a una mayor profundización del sacerdocio común de todos los bautizados. Yo reivindico la variedad de servicios y cargos, así como el futuro de las diferentes profesiones eclesiásticas. Lo hago sobre la base de la enseñanza de la Iglesia Católica. Esto incluye el esfuerzo para los nuevos ministerios y cargos eclesiásticos, que también están abiertos a las mujeres, como por ejemplo, un específico servicio diaconal para las mujeres.
Esta idea, dentro de las 33 principales recomendaciones, que pide el aumento en la participación de los laicos y las mujeres en los puestos de liderazgo.
6.-Habla de la pastoral con Homosexuales, hombres y mujeres. Del que dice, tienen ya abierto desde hace dos años un trabajo de ayuda.
7.-Sobre el tema de los Divorciados vueltos a casar, dice que El está en conversaciones intensivas con el Consejo de la Arquidiócesis. Que el consejero diocesano de la familia y el decano de la Catedral le han pedido que prepare una especie de folleto de acompañamiento para capellanes y pastores que dan seguimiento a las parejas en la separación, el divorcio o el nuevo matrimonio.
8.-Así mismo, informa Zollitsch, que en la Conferencia de los Obispos hay una comisión que trabaja intensamente en este tema. Afirma, Mons. Zollitsch, que sin poner en cuestión la indisolubilidad del Matrimonio, la Iglesia quiere ofrecer un acompañamiento alentador a los hombres y mujeres afectados tras el fracaso de un matrimonio.
De tanto romper no van a dejar una piedra en la Iglesia.
Quizás en la Iglesia habría que diferenciar bien las labores de gestión de las labores de pastoral y por lo tanto diferenciar los pastores de los gestores
Así la progresía no puede sugerir que son mujeres curas.
Progres y neocones, progresistas de diferentes velocidades.
No veo diferencia entre “…un específico servicio diaconal para las mujeres…” y “un específico servicio diaconal para los hombres”.
Lógicamente que, en cualquier caso, esto está dentro del “sacerdocio común” de todos los cristianos pues, de lo contrario, nos encontraríamos con una especie de “sacerdocio medio” entre el común y el ministerial, algo extraño a la Iglesia.
Como “sacramental” sí puede haber una consagración especial del laico, para acoger todas las actividades que son prestadas actualmente por los laicos. Pero no le veo una especial utilidad, (quizás, con alguna excepción), si seguimos con el ritmo actual de implicación del laico en la Iglesia, tal como es interpretada por los buenos cristianos. (No me refiero a la implicación númérica, sino cualitativa), Y no le veo utilidad en el sentido de que podría ser como una nueva "clase" de cristianos, y muchos se sentirían excluidos de participación.
Un buen reparto de funciones en el ejercicio del laicado dentro de un “diaconado” existente según las Escrituras, debe tener presente la manera de ser genuina del hombre y la de la mujer, ya que nos complementamos no sólo dentro del matrimonio.
Pero repito, es sólo una opinión.
Saludos en Cristo.
Una vez más el feminismo y la ideología de género, extendidos como un cáncer en Centroeuropa, quieren inocularse en el seno de la Iglesia Católica. Y lo hacen los quintacolumnistas de siempre, infestados hasta la médula de protestantismo. Esto no me gusta nada. Espero que se les pare los pies.
Da igual que muchos opinen lo contrario, este puede ser un gran paso para la humanidad
Haber cuando hablamos del matrimonio pero para todos, los curas no tienen porque ser monjes.
§ 2. Por encargo temporal, los laicos pueden desempeñar la función de lector en las ceremonias litúrgicas; así mismo, todos los laicos pueden desempeñar las funciones de comentador, cantor y otras, a tenor de la norma del derecho.
§ 3. Donde lo aconseje la necesidad de la Iglesia y no haya ministros, pueden también los laicos, aunque no sean lectores ni acólitos, suplirles en algunas de sus funciones, es decir, ejercitar el ministerio de la palabra, presidir las oraciones litúrgicas, administrar el bautismo y dar la sagrada Comunión, según las prescripciones del derecho.
1009 § 1. Los órdenes son el episcopado, el presbiterado y el diaconado
Artículo 1 (...)
§ 1. « Desde hace un cierto tiempo se ha introducido el uso de llamar ministerio no solo los officia (oficios) y los munera (funciones) ejercidos por los Pastores en virtud del sacramento del Orden, sino también aquellos ejercidos por los fieles no ordenados, en virtud del sacerdocio bautismal. La cuestión del lenguaje se hace más compleja y delicada cuando se reconoce a todos los fieles la posibilidad de ejercitar —en calidad de suplentes, por delegación oficial conferida por los Pastores— algunas funciones más propias de los clérigos, las cuales, sin embargo, no exigen el carácter del Orden. Es necesario reconocer que el lenguaje se hace incierto, confuso y, por lo tanto, no útil para expresar la doctrina de la fe, todas las veces que, en cualquier manera, se ofusca la diferencia 'de esencia y no sólo de grado' que media entre el sacerdocio bautismal y el sacerdocio ordenado ».
§ 2. « Aquello que ha permitido, en algunos casos, la extensión del termino ministerio a los munera propios de los fieles laicos es el hecho de que también estos, en su medida, son participación al único sacerdocio de Cristo. Los Officia a ellos confiados temporalmente, son, más bien, esclusivamente fruto de una delegación de la Iglesia. Sólo la constante referencia al único y fontal 'ministerio de Cristo' (...) permite, en cierta medida, aplicar también a los fieles no ordenados, sin ambiguedad, el término ministerio: sin que éste sea percibido y vivido como una indebida aspiración al ministerio ordenado, o como progresiva erosión de su especificidad.
En este sentido original, el termino ministerio (servitium) manifiesta solo la obra con la cual los miembros de la Iglesia prolongan, a su interno y para el mundo, la misión y el ministerio de Cristo. Cuando, al contrario, el termino es diferenciado en relación y en comparación entre los distintos munera e officia, entonces es necesario advertir con claridad que sólo en fuerza de la sagrada ordenación éste obtiene aquella plenitud y correspondencia de significado que la tradición siempre le ha atribuido ».
En toda esta discusión, da la impresión de que se ha importado a la Iglesia la idea mundana que para poder ser eficaz en el servicio del Señor uno tiene que tener poder, o capacidad de decidir. ¿Donde en el Evangelio se encuentra esta idea?
Me parece muy bien la aclaraciòn del Vaticano, es cierto que las mujeres pueden desempeñar importantes papeles en la liturgia como el lectorado, o en la Iglesia como teòlogas, recordemos que tenemos varias doctoras de la Iglesia, y bien merecido el reconocimiento.
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