Momento decisivo para la FSSPX; momento de oración para toda la Iglesia
Presentamos un artículo del blog Messainlatino, cuya información ha sido confirmada por otros sitios católicos, sobre la posibilidad de que en los próximos días sea ofrecida a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X un status canónico que regularice su situación. Por esta razón, se propone una oración especial durante la octava de Pentecostés. Nos unimos a esta sugerencia, recordando las palabras del Santo Padre, según las cuales “si el compromiso laborioso por la fe, por la esperanza y el amor en el mundo es en estos momentos (y, de modos diversos, siempre) la auténtica prioridad para la Iglesia, entonces también forman parte de ella las reconciliaciones pequeñas y medianas”. Con el Papa Benedicto XVI recemos, entonces, para que esta reconciliación interna en el seno de la Iglesia pueda hacerse realidad.
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Pentecostés 2011: sobre la base de las informaciones que hemos podido recoger, todo indica que hemos llegado, en este mes de junio de 2011, al momento más crucial de las relaciones entre la Fraternidad San Pío X y Roma desde el comienzo del pontificado de Benedicto XVI.
Pentecostés 2011: el procedimiento que había indicado Mons. Fellay, superior de la FSSPX, llega a su conclusión:
a) El Motu proprio del 7 de julio de 2007, confirmado por la Instrucción aplicativa del 30 de mayo de 2011, reconoce a todo sacerdote católico de rito romano el derecho a celebrar la Misa según el antiguo uso: se trataba de la primera condición preliminar puesta por Mons. Fellay para una eventual reconciliación.
b) El decreto del 21 de enero de 2009 levanta las excomuniones de los cuatro obispos de la Fraternidad: se verifica así la segunda condición preliminar, puesta por Mons. Fellay.
c) Una comisión teológica de la Fraternidad es invitada a Roma para afrontar coloquios doctrinales con la Congregación para la Doctrina de la Fe, en una mesa de discusión con tres teólogos de la FSSPX y tres teólogos romanos: como fue expresamente pedido por la Fraternidad con el fin de poder verificar las hipótesis para reparar la ruptura entre Roma y los herederos de Mons. Lefebvre.
Pentecostés 2011: en su última entrevista concedida en Gabón, y publicada en el sitio de la Fraternidad DICI, se puede constatar que Mons. Fellay se plantea dos preguntas sobre los eventos que podrían ocurrir. Éstas, precisamente, sus palabras en la entrevista:
Entrevistador: Permítame concluir, Excelencia, con dos preguntas. La primera concierne a la relación entre la Fraternidad y Roma. ¿En qué punto estáis en vuestros contactos? Pregunta complementaria: ¿podemos esperar a mediano plazo una normalización de estas relaciones?
Mons. Fellay: Los contactos continúan. Llegamos probablemente al final de una fase de discusiones. Todavía no está completamente claro. ¿Qué ocurrirá? ¿Cuál será el resultado de esta fase? Esto responde a la segunda pregunta. ¿Qué prevé ahora Roma para nosotros? No debemos ilusionarnos: estamos en medio de la crisis de la Iglesia; ciertamente no ha terminado. ¿Cuál es nuestro destino en esta crisis? Pienso que de algún modo el buen Dios nos ha vinculado a esta crisis, para que trabajemos en la restauración de la Iglesia pero ésta podría durar todavía una década, tal vez dos. Se debe tener gran valentía y perseverancia. Todo puede resolverse mañana, o bien pasado mañana. Todo está en las manos del buen Dios. Permanezcamos simplemente fieles.
La primera pregunta concierne a la continuación que se ha de dar a los coloquios doctrinales: estos están ya concluidos. Se puede pensar que las síntesis de los mismos serán ahora examinados, como está previsto, por la Congregación para la Doctrina de la Fe. Aparecerán entonces claramente tanto las convergencias como las divergencias sobre el Concilio Vaticano II y sobre la nueva liturgia. Después de una larguísima maduración, seguramente providencial, habrá sin duda una mayor claridad y al mismo tiempo la gracia, inesperada por ambas partes hasta hace pocos años atrás, de haber podido afrontar una discusión sobre la sustancia de los problemas. Sin embargo, la constatación final (sobre el subsistir de divergencias que sólo el futuro podrá allanar) no será radicalmente diverso de la que había hecho en 1988 el cardenal Ratzinger, cuando decidió igualmente firmar con Mons. Lefebvre un acuerdo canónico (acuerdo que luego fracasó en la cuestión del nombramiento de obispos solicitado por el prelado francés).
Y esto responde a la segunda pregunta de Mons. Fellay: “¿Qué prevé ahora Roma para nosotros?”. El Papa está por proponer a Mons. Fellay la constitución de un Ordinariato, para regularizar la situación de la FSSPX y de sus comunidades aliadas, dejándole la plena (e indispensable, vistos ciertos obispos en circulación) autonomía respecto a los obispos diocesanos. Algunos miembros de una comunidad Ecclesia Dei han podido precisar que ésta propuesta será hecha en el curso del presente mes de junio a Mons. Fellay.
Pentecostés 2011: el actual pontificado ha efectuado aperturas inmensas y generosas para llegar a la pacificación: el discurso del Papa a la Curia sobre la interpretación del Vaticano II, en el 2005; el Motu Proprio Summorum Pontificum para la liberalización de la celebración de la liturgia tradicional, en el 2007; el gesto, cuyo precio ha sido lamentablemente muy alto para el Santo Padre, del levantamiento de las excomuniones de los cuatro obispos de la FSSPX, en el 2009. Ahora parece haber llegado el momento para cruzar hacia otra etapa: que la Fraternidad pase de la situación irregular de “ilegitimidad” a un status canónico de “reconocimiento”. Es una solución win-win, en el que todos tendrían muchísimo por ganar: por un lado, Roma repararía una dolorosa ruptura y encontraría tropas nuevas y determinadas para conducir la batalla de la recuperación de lo que las últimas décadas han disipado; por otro lado, la FSSPX se limpiaría del estigma de rebelión y de “cisma”, lo que le permitiría desarrollar un apostolado mucho más eficaz y sin sufrir los mil prejuicios que la acompañan en la mente del católico medio, conservando al mismo tiempo la actual libertad de movimiento y de acción.
Una gran esperanza nos anima. Pero también nos asalta el temor de que una ocasión decisiva, probablemente única, pueda fallar. Todos los católicos (incluidos aquellos que aman el Vaticano II – o, mejor, una cierta idea del Vaticano II – más que a la Iglesia) no pueden más que desearlo.
Es por eso que, por amor a la Iglesia, al Santo Padre, y en pro del mejor uso posible de la “misión” de la FSSPX, Messainlatino se toma la libertad de suplicar a todos que se unan en la oración durante toda la octava de Pentecostés, invocando al Omnipotente para que la Fraternidad San Pío X pueda recuperar un status oficial en la Iglesia.
Por esta intención, con el consejo y la aprobación de sacerdotes que colaboran con este sitio, desde el domingo de Pentecostés hasta el de la Trinidad, pedimos a todos rezar esta oración:
V/.Veni, Sancte Spiritus,
R/. Reple tuorum corda fidelium, et tui amoris in eis ignem accende.
V./ Emitte Spiritum tuum et creabuntur;
R./ Et renovabis faciem terrae.
Oremus
Deus, qui corda fidelium Sancti Spiritus illustratione docuisti, da nobis in eodem Spiritu recta sapere, et de eius semper consolatione gaudere. Per Christum Dominus nostrum. Amen.
Y ofrecer por esta intención el rosario cotidiano.
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Fuente: Messainlatino
Traducción: La Buhardilla de Jerónimo
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28 comentarios
Gracias por la noticia, es verdaderamente alentadora.
Relativamente, ya que un sacerdote no puede convocar públicamente una Misa con pueblo si no es a petición de un grupo de fieles.
Por lo demás, ojalá se regularice la situación canónica de la FSSPX, pero deseo igualmente que ello no suponga el enmudecimiento de esta institución ante los episodios que seguimos observando de crisis interna en la Iglesia, de la que no espacapa la misma jerarquía.
Si prima la fe y la conciencia recta sobre la sinrazón y la incoherencia, habrá esperanzas de liquidar un cisma que atenta contra la santidad de los creyentes que adhieren a él.
Ojalá, que salvo para el ego dela FSSPX, esto llegue a algo positivo.
Pax et Bonum!
¿De dos hermanos enfrentados que dejan de pelearse?
¿O la reconciliación del hijo rebelde con su Madre, que lo está esperando recibir en su regazo? La entiendo de esta manera.
Rezaré y me alegraré por el retorno, Dios lo conceda.
Me interesa el estatuto especial: da la sensación de que asistiremos a un nuevo crecimiento de nuevas organizaciones católicas con estatuto propio (anglicanos)... quizás será preparación para la unión con los ortodoxos.
Me parece bien....
Ahora a orar....
Parece que la larga espera llega a su fin.
Laus Deo.
La Tradición se debe defender desde dentro...
A rezar y mucho.
Gracias Santo Padre Benedicto XVI
Dios quiera que IBP sea fortalecido y le encomienden pronto mas apostolados, ya este mes el cardenal Castrillon les ordenará este mes a un nuevo sacerdote y cuatro Diáconos para gloria de Dios y esperemos servicio fecundo de su iglesia.
Recuerdo en una de las revistas de 30 giorni, la cual editaba presentando el problema de la FSSPX, al mismo tiempo, se expresaba claramente el deseo del Santo Padre el de incorporar dentro el ceno de la iglesia a estos sacerdotes ordenados en sus seminarios de Tradición.
Ahora bien, las declaraciones del Padre Lombardi, remarcadas en la consagración ilegítima de la los sacerdotes de la fraternidad de san Pio X saben a un deseo no grato con respecto al deseo de nuestro Papa, es un freno al proceso de reconciliación. Pienso que es muy imprudente el dicho sacerdote, al momento de emitir tales declaraciones como las que afirma la condición no legitima de la FSSPX a pesar de saber que muy pronto, con la ayuda de Dios, la iglesia estará curando una de sus profundas llagas.
Estamos todavía, en momentos de crisis, pero precisamente son estos hechos que nos deben llevar a reflexionar y buscar la mejor solución que anime a todos los católicos a seguir adelante, pero a su vez, llevar en nuestra memoria que como somos uno a su vez tenemos la dicha de disfrutar la experiencia de Dios desde algo muy concreto, como son los carismas y esto no es menos para la FSSPX.
Amar a la iglesia es preocuparse en sus caídas y preocuparse de estas es buscar tener las mismas actitudes de Cristo. Por eso mismo apoyo la iniciativa del Papa, porque siento que esto es parte de la experiencia del cristiano comprometido, de su experiencia, compromiso con Dios como Papa.
Sí, la iglesia necesita de la FSSPX, como la FSSPX necesita a la iglesia unámonos en oración para salvaguardar la fe. Amen.
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