P. Claude Barthé: “La crítica de la reforma”
El Padre Claude Barthé ha concedido una entrevista al periodista Daniel Hamiche. La misma fue traducida al inglés por un sacerdote anglicano, Anthony Chadwick. Presentamos nuestra traducción de la versión inglesa.
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El Padre Barthe acaba de publicar una pequeña “bomba” llamada “La Messe à l’endroit”. En 1955, el autor Paul Claudel escribió un notable artículo “La Misa en reversa”, para estigmatizar lo que en la época eran solamente experimentos litúrgicos. Ahora el Padre Barthe quiere poner “la Misa en la dirección correcta”. Cree que lo apoya toda una corriente, descripta en la Iglesia como “la reforma de la reforma”.
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Su libro más reciente (Claude Barthe, “La Messe à l’endroit. Un Nouveau mouvement liturgique”) nos tomó por sorpresa, porque usted es conocido como defensor de la Misa tradicional y ahora se está ocupando de la llamada Misa de Pablo VI. ¿Por qué su interés?
Defender una nunca me ha impedido, sino al contrario, estar interesado en la transformación de la otra, es decir, la de Pablo VI. En 1997, diez años antes del Motu Proprio, publiqué un libro de entrevistas, “Reconstruyendo la Liturgia”. Entrevistas todas acerca de la situación de la Liturgia en las parroquias. El mismo tema que en este libro. Claro que el Motu Proprio del 2007 dio nueva vida a estas ideas. La idea fundamental es que las dos líneas de crítica a los cambios producidos bajo Pablo VI – es decir, la crítica frontal que quiere promover la amplia difusión de la anterior Liturgia, de San Pío V; y la crítica de reforma, que llama a una “reforma de la reforma” y busca producir un cambio dentro de la Liturgia de Pablo VI – están cada vez más conectadas. La “reforma de la reforma” propuesta no puede lograrse sin el soporte de una celebración tan difundida como sea posible de la Misa tradicional. La liturgia tradicional no puede esperar ser rehabilitada masivamente en las parroquias sin recrear un entorno vivo, que sería la obra de la “reforma de la reforma”.
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Los tradicionalistas de la Forma Extraordinaria piensan que el Misal de Pablo VI no puede ser salvado y que tendría que ser descartado. Ahora bien, usted piensa que puede ser reformado e incluso “enriquecido”. ¿Cómo?
En primer lugar, creo que no es para nada realista creer que podemos utilizar una varita mágica y hacer que todas las Misas sean celebradas según la Forma antigua en todas las parroquias del mundo. Sin embargo, noto – con muchos otros, algunos de ellos en muy altas posiciones – que el Misal de Pablo VI contiene una posibilidad casi infinita de opciones, adaptaciones e interpretaciones, y que una elección progresiva y sistemática (o sistemáticamente progresiva) de las posibilidades tradicionales que ofrece hace posible su “re-tradicionalización” en las parroquias, y esto lícitamente (según la letra de la ley y su espíritu). Es un hecho simple: de los muchos párrocos (he compilado una lista rápida en Francia, que obviamente no debo publicar, pero es impresionante) que están practicando, a menudo paso a paso, esta “reforma de la reforma”, la mayoría de ellos también celebra la Misa tradicional. Para responder a su pregunta, diría que creo que la liturgia romana puede ser salvada, y esto ya se está dando en la práctica, por medio de una acción doble: hacer cada vez más conocido el rito de San Pío V, y la “reforma de la reforma”. Esto hará posible, citando un famoso discurso de Pablo VI, el quitar de la reforma todo lo que es viejo y obsoleto, porque no es tradicional. Veremos lo que se salva luego de esta operación…
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Usted nos hace descubrir mucho de la relativamente desconocida historia litúrgica de los últimos cuarenta años. Mientras que los que apoyan la Misa antigua no se interesan por una reforma del nuevo Misal, sus seguidores “moderados”, una pequeña minoría, promueven continuamente su reforma. ¿Podría explicar brevemente esta posición?
Se trata de lo que podríamos llamar “la crítica de la reforma” del nuevo Misal. En breve, y por hablar sólo de Francia, podemos recordar a teólogos como Louis Bouyer, que participaron activamente en la reforma conciliar pero que rápidamente entraron en conflicto con algunos de sus aspectos (el significado de la celebración, por ejemplo). La Abadía de Solesmes, y en distintos grados algunas de las casas que dependen de ella, han aceptado la reforma, pero enteramente en latín y con canto gregoriano. La comunidad de San Martín, de Mons. Guerin, también optó por el Misal de Pablo VI, pero en una interpretación muy tradicional. Mons. Maxime Charles, rector de la Basílica de Montmartre, y luego el Padre Michel Gitton, quien fuera párroco de Saint Germain l’Auxerrois en París, han trabajado por preservar lo que podía salvarse de la ruina. Y, más importante aún, está el fenómeno Ratzinger.
Ya en 1966 Joseph Ratzinger había intervenido muy severamente en el Katholikentag en Bamberg acerca de la reforma que estaba en marcha. La pelea contra lo que cree es un “falso espíritu del Concilio” ha sido sustancial para quien fue nombrado Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe en 1981, y luego se convirtió en Papa en el 2005. En temas relativos a la liturgia, Joseph Ratzinger fue mucho más lejos que los demás reformadores. Ahora sabemos que organizó una reunión de cardenales en Roma, el 16 de noviembre de 1982, “acerca de cuestiones litúrgicas”, e hizo que todos los prefectos de las Congregaciones que participaron en la reunión afirmaran que el “antiguo” Misal Romano debía ser “aceptado por la Santa Sede en toda la Iglesia para las Misas celebradas en latín”. Era 1982, exactamente un cuarto de siglo antes del Motu Proprio Summorum Pontificum.
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Su libro lleva el subtítulo “Un nuevo movimiento litúrgico”. ¿Se trata de un deseo o de un hecho – que en torno a Benedicto XVI, que parece ser quien encabeza esta “reforma de la reforma”, se está juntando un grupo de influyentes prelados y sacerdotes que intentan promoverla para bien?
Precisamente, basada en las obras de Joseph Ratzinger (“Informe Ratzinger”, “Mi vida”, “El espíritu de la Liturgia”, “Un canto nuevo para el Señor”, “La fiesta de la fe”), se ha construido una nueva generación de teólogos, historiadores del culto, oficiales de alto rango. Ahora forman un círculo de pensadores de la “reforma de la reforma” – un nuevo movimiento litúrgico como lo llama el Papa – y apoyan el Motu Proprio. Ninguno de ellos – y especialmente el primero de ellos, el Papa, tampoco – intentan promover la “reforma de la reforma” con textos, decretos, o con un nuevo Misal que uniera los dos ritos, un Misal de Benedicto XVI que se agregase a los misales de San Pío V y de Pablo VI.
No, ellos quieren proceder por el ejemplo, la exhortación, la educación, y más importantemente aún, evocando el tema de la Carta de San Pablo a los romanos: causando una “saludable tensión” entre la forma hoy conocida como “ordinaria” y la forma conocida como “extraordinaria”. Esto es una meta de la restauración ratzingeriana desde 1985: busca influir en el curso de los eventos conciliares, pero en una forma exhortativa, no coercitiva. La “reforma de la reforma” ya existe en muchas parroquias. Lo suficiente como para animar, expandirse y, especialmente, alcanzar el nivel diocesano. Sería más apropiado que, en lugar de ser realizada por los sacerdotes y el Papa, fuera trabajo de los obispos. Imagínese el maravilloso efecto de restauración, no sólo litúrgica sino de todo lo que viene con la Liturgia: las vocaciones, la doctrina, la catequesis, la práctica religiosa; todo esto producido por un obispo, luego dos, luego tres, etc., que llevasen el altar hacia la parte trasera de las catedrales, que restauraran los comulgatorios, reintrodujeran el latín y el canto gregoriano, y que celebrasen regularmente la Misa Tradicional. Vuelvo a enfatizar en lo mismo: esta “reforma de la reforma” no puede lograrse sin una más amplia celebración de la Misa según el Misal tradicional. E, inversamente, para que la liturgia tradicional exista en las parroquias ordinarias, se necesita un retorno a las fuentes tradicionales, representado por la “reforma de la reforma”.
Importantes oficiales que están a favor de este nuevo movimiento litúrgico también animan a la reducción del número de los concelebrantes y de las concelebraciones; la reducción del número de las plegarias eucarísticas; la reintroducción de elementos de la Misa tradicional en los muchos “agujeros” de la Forma de Pablo VI (genuflexiones, besos al altar, antiquísimas señales de la Cruz durante el Canon); el reemplazo de las Misas con enorme número de asistentes – en las que el culto se transforma en una demostración – por Horas Santas, la bendición con el Santísimo Sacramento; y la restauración del signo de paz como una acción sagrada y no como una signo de cortesía social; etc.
Este libro me trajo también muchas reacciones positivas de sacerdotes. Toda idea correctiva es útil si se pone en la práctica y no queda como un mero buen deseo. La mayoría provienen de párrocos que celebran tanto la antigua como la nueva Forma de la Misa. 40 años después de esta agitación sin precedentes en la historia del Rito Romano representada por la reforma de Pablo VI, y entre las ruinas de la secularización en el mundo católico que dicha reforma – al menos – no previno, es claro que hay un clima de “retorno”, en una minoría, pero que espera crecer. Por supuesto, la Liturgia es sólo uno de estos aspectos, pero dada la naturaleza de la Liturgia, se trata de un aspecto muy significativo.
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Fuente:English Catholic
Traducción: La Buhardilla de Jerónimo
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24 comentarios
He estado releyendo el Catecismo y sacando algunas conclusiones para gente simple.
Manejo una edición inglesa (Burns and Oates, English translation for the United Kingdom, reedición 2008) por si la terminología no es exactamente igual que en español.
1.-En lo que se refiere al depositum fidei, a la Revelación, al"full and living Gospel" (77), el Papa y con él la Ecclesia docens no tienen poder omnímodo en modo alguno. Es más, no tienen poder alguno para modificarlo, anularlo, aumentarlo o disminuirlo.
2.-En lo que se refiere al depositum fidei, a la Revelación, al "full and living Gospel", la Ecclesia docens tiene autoridad conferidad sólo para enseñarlo: "teaching authority" (77).
3.-La autoridad de enseñar es una autoridad en el acto de enseñar y no en modo alguno de modificar el depositum fidei. También es autoridad para enseñar "an authentic interpretation of the Word of God, whether in its written form or in the form of Tradition" (85).
4.-La labor de la Ecclesia docens con respecto al depositum fidei o "living Gospel" se manifiesta con esta terminología, de meridiano significado: "preservar, autoridad para enseñar, preservar en una línea continua de sucesión" (77), "transmisión viva, perpetuar y transmitir, ser testigo, mostrar" (78), "permanece presente y activo, continua conversando, resonar en la Iglesia, habitar en la plenitud de sus riquezas" (79), "hacer presente y fructífero, promesa de permanencia" (80), "transmitir en su integridad, lo que ha sido confiado, preservar, exponer y difundir" (81), "labor de transmisión e interpretación, aceptar y honrar" (82), "adherirse a esta herencia, permanecer siempre fiel, mantener, practicar y profesar" (84), "enseña sólo lo que se le ha transmitido" (85).
5.-Las Formas y Ordos litúrgicos no pertenecen al depositum fidei.
"La Tradición debe ser distinguida de las diversas tradiciones bien teológicas, bien disciplinarias, bien litúrgicas o devocionales, que a lo largo del tiempo han nacido en las Iglesias locales."
6.-Sobre estas tradiciones (incluídas en ellas los Ritos, Ordos y Formas litúrgicas) la Ecclesia docens tiene capacidad no sólo de enseñar con autoridad, sino que tiene una potestas diferente.
7.-Esa potestas se diferencia, ante todo, porque puede ser ejercida de forma "omnímoda" por la Ecclesia docens, como parte de su labor Magisterial y con sólo una condición:
"In the light of Tradition, these traditions
can be retained, modified or even abandoned
under the guidance of the Church's Magisterium." (83, en letra pequeña en mi versión del catecismo).
8.-Cuando Ratzinger, ahora Papa, define la labor del Papa en el campo litúrgico como "la labor de un jardinero", lo hace apelando simplemente a la virtud de la prudencia.
Pero, ciertamente, no explicita con estas palabras límite alguno al omnímodo poder que la Ecclesia docens, con el Papa a la cabeza, puede ejercer sobre las tradiciones, entre las cuales se encuentran los Ordos, Formas y Ritos Litúrgicos.
9.-En manera alguna se puede afirmar con justicia que la reforma de Pablo VI, aún alejándose de la letra de la constitución Sacrosanctum Concilium, constituya un exceso o extralimitación de la potestad del Papa en este campo, que es omnímoda dentro de la Traditio.
10.-En manera alguna se puede afirmar ilegitimidad en la reforma de Pablo VI, aunque haya motivos psicológicos dudosos en el Papa que la promueve y firma, aunque haya limitaciones morales o intelectuales en los redactores de su texto, o aunque se impusiera sim pleno ejercicio de la prudencia recomendada por el ahora Papa Benedicto XVI.
11.-En ningún caso se podría alegar ilegitimidad a ningún tipo de reforma litúrgica promovida y aceptada por un Papa, aunque su aspecto externo fuera totalmente novedoso y nunca visto, extremo que en ningún caso se puede afirmar de manera rotunda del Novus Ordo de 1972.
12.-A los fieles sólo nos queda: "receive with docility the teachings and directives that their pastors give them in different forms".
13.-La preferencia por una forma u otra no se basa en criterios objetivamente identificables, sino que dependen del juicio personal de cada uno, condicionado como esté por aspectos biográficos, preferencias estéticas, o mayor o menor receptividad ante determinados símbolos, usos y ritos.
14.-Aunque comparativamente se pueda afirmar, de forma puntual, la superioridad de algún aspecto de la Liturgia previa, o incluso de las Liturgias orientales, es temerario hacerlo con la intención de menoscabar las decisiones tomadas en un ámbito en el que sólo el Papa tiene autoridad y además de grado absoluto.
15.-Tras haber reflexionado esto personalmente me siento como un monofisita ante el Tomus Leonis. No que yo haya adherido a Eutyches por ser Eutyches, sino por haberme agarrado como clavo ardiendo a ciertas afirmaciones de san Atanasio que parecían ir a favor del lado monofisita.
16.-La persona de Montini puede haber dicho palabras insultantes, como por ejemplo:
"las obstinadas e irreverentes nostalgias por las formas del culto, dignas sin duda de los tiempos pasados"
Pero yo no adhiero a la persona de Montini, ni a su psicología, frustraciones y dudas, sino a la Iglesia y a Pedro cuando habla por boca de León.
Y un poco con dolor afirmo que algo como esto es todo lo que se puede decir sobre la Reforma Litúrgica.
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Tulkas: ¡excelente exposición!
“La messe à l’endroit” es un libro de unas 100 páginas imprescindible sobre todo cuando no hacemos parte del mundo tradicional inicial de los años 70 y de la FSSPX y que nuestra adhesión a “la messe à l’endroit” sólo se hizo a partir de su “liberación” providencial y del Motu Proprio.
Se puede comprar el libro en francés por 9 euros. http://www.hommenouveau.fr/index.php?id_billet=225
El padre Barthe es actualmente profesor de liturgia en el seminario del Cristo Rey en Italia donde hay también seminaristas franceses http://www.icrsp.org/
"El criterio que preside esta renovación (Litúrgica) es el de dar una mayor autenticidad a los ritos litúrgicos, ahora, en esta coyuntura de la humanidad, adaptándolos a la manera de ser y de sentir de la actual generación".
Ya.
Pero he aquí lo que el entiende por "autenticidad":
"La mentalidad y los gustos de los hombres cambian con los tiempos. También cambian -y a veces muy notablemente- las formas de expresión, tanto en el lenguaje normal como en el simbólico. No es extraño que oraciones bellísimas, llenas de vida y de contenido en su momento histórico, resulten frías e inexpresivas para otra generación. Y que símbolos acertadísimos y elocuentes en una época, se hagan ininteligibles en otra.
EMPEÑARSE EN MANTENER LAS FÓRMULAS Y LOS SÍMBOLOS ANTIGUOS CUANDO HAN PERDIDO SU VIGENCIA, EXCUSÁNDOSE, QUIZÁ, EN LA AUTENTICIDAD OBJETIVA DE LOS MISMOS, ES PELIGROSO".
Je,je...o sea que la razón última de la Reforma es la "autenticidad subjetiva" de los símbolos y ritos, es decir, contemporizar con el mundo, subyugarse a los gustos pasajeros, a las modas, a una época de la historia del mundo por otro lado ya fenecida.
Pero eso no es lo que confiesa la Iglesia sobre la "autenticidad" de los ritos y de los símbolos. Las palaabras de este cardenal y su justificación de la Reforma de Pablo VI se opone en todos los puntos al sentir del Concilio de Trento:
"CAP. V. De las ceremonias y ritos de la Misa.
Siendo tal la naturaleza de los hombres, que no se pueda elevar fácilmente a la meditación de las cosas divinas sin auxilios, o medios extrínsecos; nuestra piadosa madre la Iglesia estableció por esta causa ciertos ritos, es a saber, que algunas cosas de la Misa se pronuncien en voz baja, y otras con voz más elevada. Además de esto se valió de ceremonias, como bendiciones místicas, luces, inciensos, ornamentos, y otras muchas cosas de este género, por enseñanza y tradición de los Apóstoles; con el fin de recomendar por este medio la majestad de tan grande sacrificio, y excitar los ánimos de los fieles por estas señales visibles de religión y piedad a la contemplación de los altísimos misterios, que están ocultos en este sacrificio."
Ustedes me dirán cómo se resuelve el dilema.
Fuentes:
-Cardenal Tarancón. La Iglesia en el mundo de hoy. Colección Hinneni, Salamanca: 1965. (Gracias a Dios descatalogado).
-Concilio de Trento. Sesión XXII: sobre el Sacrificio de la Eucaristía. (Gracias a Dios volviendo al catálogo).
Tarancón recurre a la "autenticidad subjetiva" para avalar, probablemente, la Sacrosanctum Concilium. Pero considérese que escribe antes de1965, con lo que todavía no existía la reforma de Pablo VI.
Con la reforma litúrgica sucedió un poco como con la Reforma Luterana: Lutero abre la espita del error y del desorden con su panfleto "Sobre la libertad del cristiano", igual que en el V-II se abre la espita de la disgregación con la noción de la "autenticidad subjetiva".
El siguiente paso es que muchos se lo creen: los campesinos anabaptistas en un caso y la mayor parte del clero joven en el otro caso.
Y vienen las consecuencias: en un caso revueltas campesinas, en otro centenares de plegarias eucarísticas, olvido completo de las rúbricas, creatividad por todos lados.
Y se pone cota: Lutero apela a la nobleza para aplastar a los campesinos y Pablo VI publica un Misal para contener la disgregación.
Pero ni lo uno ni lo otro vale: al demonio de la Reforma Luterana le salen cada vez más y más cabezas, más líderes, más nuevas herejías. Al estruendo de la debacle litúrgica le salen cada vez más patas, y cada una quiere tirar para su lado, ninguna hacia la simple y llana comprensión y acatamiento de las rúbricas del Nuevo Misal.
Pero "el pueblo" se encontraba en ese momento en plena anarco-crisis del 68 por lo que la liturgia se transformo en el agape social celebratorio en el que Dios era UN (ni siquiera EL) invitado.
La "reforma de la reforma" capitaneada claramente por BXVI es recuperar la conciencia de "lo sagrado": somos hermanos de Jesucristo, pero no "coleguillas": la distancia objetiva entre Dios y los hombres es enorme y si Dios se quiere acercar, hay que ir hacia El como Moises a la zarza: "descalzate porque el terreno que pisas es sagrado"
Es Dios quien pone las reglas de juego para tratar con El, no el hombre. Lo bueno es que una vez aceptadas, el hombre es capaz de subir hasta Dios, lo cual es mucho mas conveniente que hacernos un dios a nuestra medida, de andar por casa.
¿Qué hubiera pasado si la reforma se hubiese hecho en una época sin "anarco-crisis"?
¿Hubiera sido del todo buena, procediendo como procede de una ideología de "autenticidad subjetiva"?
No.
Porque según el criterio de la "autenticidad subjetiva" habría que estar haciendo una reforma litúrgica cada generación, o cada menos, yo qué sé. O incluso una Liturgia para Simpson y otra para Tulkas, renunciando a un vínculo común de expresar la Fe.
Como consecuencia también de la "autenticidad subjetiva" de los ritos y los símbolos es por lo que la Liturgia Novus Ordo tiene muy poco de docente.
"No podemos prever todavía el alcance que tendrá esta reforma y los frutos espléndidos que de ella pueden derivarse. Todo hace presumir que la reforma será muy profunda y no menos extensa y son muchos los que la consideran com ouna de las fundamentales para conseguir el fin de aggiornamento que el Concilio se propone."
Es decir, que en el subconsciente coletivo, y pese a la mesura de la Sacrosanctum Concilium, el ideal de una "reforma muy profunda"estaba presente.
Jeje... ahora resulta que la Sacrosanctum Concilium es papel mojado, desde el día que salío la Editio Typica.
Por eso surgen dos problemas:
a.-Que la Iglesia disponga de entidad a la hora de interpretar de forma Magisterial la Escritura y la Tradición no quiere decir que tenga un órgano específico para detectar lo que el pueblo quiere.
Es decir, que la Liturgia se forja en esa tensión entre "autenticidad objetiva" portadora de significado/docente y también "autenticidad subjetiva" está claro.
Pero dar tanta pricía a la "autenticidad subjetiva" supone poder responder a estas preguntas:
-¿quién y cómo analiza la Iglesia "los gustos cambiantes"?
-¿quién y cómo analiza la Iglesia los cambios en"las formas de expresión, tanto en el lenguaje formal como en el simbólico"?
-¿quién y cómo analiza en la Iglesia que determinadas oraciones o ritos resulten "fríos e inexpresivos" para esta generación?
-y ¿qué grado de fiabilidad tiene la Iglesia en esto?
-y todas esas variaciones no acontecen únicamente por el paso del tiempo, también acontecen entre un país y otro, una región y otra ¿por qúe sólo se tiene en cuenta el criterio temporal y no el criterio geográfico, por ejemplo? porque puede suceder que la valided subjetiva de determinados signos y ritos haya desaparecido en España pero no en Polonia ("lo que es bueno para Inglaterra puede no ser bueno para Italia" -J.H. Newman-
Yo estoy de acuerdo en que esa tensión objetivo-subjetivo existe, pero... el contexto donde se solventa es en la historia, a través de la cual Dios guía a su Iglesia, y no en una COMISIÓN PARA LA REFORMA LITÚRGICA.
El Novus Ordo no es un árbol que haya crecido, echado raíces, dado sombra y fruto, renovando sus hojas cada año, arrugándose en su corteza, fortaleciéndose en sus ramas... no, el Novus Ordo es un invento artificial en la que el dilema objetivo/subjetivo no se ha dejado madurar, sino que se ha solucionado en una Comisión.
No es un ser vivo: es un diseño.
Yo creo que por esta vía no vamos a conseguir mucho; tengamos en cuenta que la mayoría de los clérigos y los fieles no cumplen desde hace algunas décadas muchas normas eclesiásticas que están taxativamente establecidas: ¡cuánto menos se darán por enterados de las meras exhortaciones y de los simples ejemplos del Papa en su forma de celebrar! Por desgracia, ya pasaron los siglos en que el mero ejemplo del Papa era ley para toda la cristiandad.
Mi aporte a lo anterior sería recalcar la necesidad de devolverle al Novus Ordo lo que le fue quitado: El Desarrollo histórico-Teológico de las partes de la Misa. Uno de los objetivos de Bugnini y Cía., fue el ir "hacia las fuentes". El Problema de ello, es un concepto mal entendido de tradición, ya que con ello de desestima todo avance de la Liturgia, principalmente el realizado en los primeros 6 siglos, que culmina brillantemente en el Sacramentario Gelasiano, o las progresivas adaptaciones que culminan con la unificación tridentina del Misal de Pio V.
Yo creo que, adicionalmente, hay que agregar un elemento fundamental: La Formación del Pueblo de Dios en el tema litúrgico. Y el tiempo propicio de hacerlo es mediante la homilía. Una buena homilía del Sacerdote, orientando el Eucologio de la Misa que se celebra con algunos elementos formativos sobre la liturgia podría ser fundamental en un crecimiento espiritual de los fieles, y con ello, de una "Participación Activa y CONSCIENTE", que es lo que propone el concilio.
El Concilio buscó Acercar al Pueblo hacia el Misterio Divino de la Eucaristía, y de alguna manera, Sacralizar al Pueblo, logrando su santificación. El problema es que el Falso espíritu Litúrgico-conciliar lo hizo derivar, por causa humana, en un acercamiento del Misterio al pueblo, y la consecuente desacralización del Misterio, que ha llegado en muchos casos a convertirse en una pantomima abierta y totalmente sacrílega.
Ojalá todos tuvieramos la visión que tiene Su Santidad el Papa Benedicto XVI en torno a la verdadera Restauración Litúrgica, en continuidad al Movimiento Litúrgico Guerangeriano-Guardiniano, y como no, en continuidad con el Magisterio de la Iglesia, que hoy en día conforma el nuevo Movimiento Litúrgico del que somos parte, siempre Cum Petro y Sub Petro.
Saludos in Christo +
— La Iglesia, al abrir de par en par sus puertas, quiso facilitarles la entrada a los de afuera, sin pensar que más bien les facilitaba la salida a los de adentro.
Saludos.
Ven Señor Jesus, ven Pronto!!!
que se siga al pie de la letra el Misal de Pablo VI.
Y al pie de la letra significa al pie de la letra.
Hacer esto supondría, en la práctica, celebrar un Ordo bastante bastante parecido al Usus Antiquor, ¡y eso es lo que escuece!
LO que no gusta es cualquier cosa que se parezca al Usus Antiquor, y por eso ni siquiera gusta el Misal de Pablo VI entre los sacerdoes: porque se le parece demasiado.
Se abrió la espita de la creatividad: igual que al demonio de la reforma protestante no le han dejado de salir cabezas en cinco siglos, al error de inocular el virus de la creatividad en la Liturgia romana no le han dejado de salir patas, cada una tirando para su sitio, en una vorágine de disgregación tan asumida que ya me parece imparable.
No hay dos misas diferentes, y si se coteja con el Misal, tampoco es igual.
Es inveitable que ante una liturgia como la actual, con tendencia al antropocentrismo y a velar algo el carácter sacrificial de la Misa, los fieles estemos más apagados, además de, claro, los factores históricos y sociales que vivimos y nos influyen.
Cuando parece desmoronarse la civilización occidental, ahogada en su propio relativismo, es la voz de la Iglesia la que ha de iluminar de nuevo el camino, y que mejor manera de mostrar al mundo que Dios nos ama y nos ha salvado, que celebrar la Misa con la liturgia que mejor expresa el Sacrifcio Redentor de Jesucristo.
Con la nueva misa se tomaron tijeras y papel y se corto y se pego un collage de diferentes fuentes, para crear algo completamente novedoso, con una pincelada de catolicismo. Incluida hay hasta una oracion judia post-cristiana y alteracion de la formula de consagracion , las palabras de Jesus en la traduccion chapucera del pro multis en "por todos". Pero se comenzo por etapas, porque si se da todo el cambio de golpe, la gente se hubiera amotinado. Se adormecieron las conciencias y en aras de una obediencia ciega, se implanto el Novusordo missae a sangre y fuego.
Lo peor de todo , es que ya esta en el horno la "misa hibrida", con elementos de ambos usos, en latin. Se estan experimentando misas con y sin consagracion, con sacerdote y sin sacerdote, la revolucion no para, sino que sigue su marcha inexorable hacia la victoria total.
Pero no prevaleceran las puertas del Averno . Todavia existe la promesa de Cristo para con Su Iglesia.
Lo de las misas híbridas, que está EXPLÍCITAMENTE PROHIBIDO POR LA SANTA SEDE, lo tendrás que demostrar, pues es una muy severa acusación que haces a los católicos tradicionalistas que ESTAMOS en comunión con la Iglesia.
A mí personalmente el concepto "REFORMA DE LA REFORMA" no me gusta nada, es un concepto del todo en la línea del espíritu motriz de la reforma de 1970: la validez subjetiva.
Nos estamos dando cuenta que la sustitución de signos y ritos de "validez objetiva" por otros de "validez subjetiva" que se hizo en 1970 se acomodaba a la "mentalidad, gustos y receptividad" de la gente de aquella generación. O dicho de otra forma: ha llovido tanto desde 1970 que la reforma de entonces ya NO llega al pueblo con esa frescura que se pretendió que llegase.
Porque si te sometes a algo cambiante, como se hizo con la Reforma de Pablo VI, por fuerza tienes que cambiar.
O dicho de otra forma:la validez subjetiva del Misal de Pablo VI tenía caducidad, y ha caducado.
Ha caducado para los progres, que celebran misas que no tienen nada que ver con el Misal Novus Ordo. Ha caducado para los tradicionales, que o nos vamos al Usus Antiquor (valided objetiva peremne, pero con un poquito de formación que se necesita) o bien aspiran a una "reforma de la reforma". Ha caducado para la gran mayoría, que no son ni lo uno ni lo otro, porque lo que celebran NO es, ciertamente, lo que pone el Misal sino algo sesgado y extra-simplificado las más de las veces.
El Misal de Pablo VI, si te fijas, tiene esta marca: "Consumir antes de 2007", jeje.
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¿Cuál?
En cualquier caso, el resultado de la tal "reforma de la reforma" no debería distar mucho del Misal del beato Juan XXIII remozado por la Sacrosanctum Concilium (lo cual dista sobremanera del Novus Ordo en su forma bugniniana).
Saludos cordiales.
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