La estrategia de la tensión y un nuevo ataque al Papa
Ofrecemos un análisis del blog Fides et Forma sobre la “estrategia de la tensión”, nombre que designa los múltiples ataques, ciertamente planificados, a la persona y a las directivas del Papa Benedicto XVI. Si bien en algunos aspectos nuestros puntos de vista difieren de los del autor, nos parece importante para tomar conciencia de esta triste realidad en vísperas de un nuevo ataque que, transmitido por la televisión sueca y con la colaboración de algunos obispos, intentará despertar nuevamente la polémica del “caso Williamson”.
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Somos testigos desde hace meses, por no decir desde hace al menos tres años, de una verdadera estrategia de la tensión por la cual grupúsculos de poderosos frondistas se oponen a las acciones y a las directivas de Su Santidad Benedicto XVI. Esta estrategia merece ser desvelada de una vez por todas y analizada en su más secreta fenomenología.
En el 2005, el Colegio Cardenalicio eligió como Papa al Cardenal Ratzinger. Del Cardenal se conocían sus posiciones medidas y prudentes respecto a las revoluciones realizadas en abierto contraste con las decisiones conciliares, pero siempre motivadas por el así llamado “espíritu del Concilio”. Ratzinger era considerado no sólo un hombre de confianza de Juan Pablo II, capaz de asegurar una continuidad indiscutida con el gran pontífice polaco, sino también el Prefecto del ex Santo Oficio, aquel que había sido capaz de sostener la ortodoxia católica en un período de gran tempestad ética y doctrinal.
Esa elección fue, para muchos, el signo de una profunda continuidad con el pontificado de Juan Pablo II. Esa elección ha sido, ciertamente, obra del Espíritu Santo. Sin embargo, es inútil negar que desde abril de 2005 el nuevo Papa se ha encontrado frente a un denso grupo de cardenales y obispos dispuestos a obstaculizar de todas las maneras su obra.
Ellos han elegido una estrategia sutil, fluida, flexible. Han decidido “exponer” al Papa para hundir definitivamente todo lo que él, con gran valentía e infinita bondad, ha decidido ofrecer al catolicismo, y para mostrarlo desde el abismo en que parecía definitivamente destinado a caer. Han comprendido, de manera muy evidente, que el único modo para derrotar al “enemigo” ideológico (en resumen, todo aquello que se opone a la mundanización de la Iglesia y al dogma intangible del Vaticano II entendido como ruptura con el pasado y como adhesión de la Iglesia al mundo) no era simplemente oponerse a ello sino, mas bien, facilitar su choque con el mundo.
Si el Santo Padre es atacado por los medios y por la “sociedad civil” (o mejor dicho, “incivil”) debido a sus posiciones “de trinchera” (como diría el neocatólico Tony Blair) sobre aborto, contracepción, eutanasia, etc., el deber de estos innovadores eclesiales resulta extremadamente facilitado. Su sutil habilidad para maniobrar aquellos pocos sistemas capaces de asegurar su victoria es, de este modo, cotidianamente premiada.
Y será claro para los lectores que tales sistemas pueden contarse con los dedos de una mano: allí se los encontrará fácilmente dando una vuelta entre la oficina de prensa y la oficina de los redactores de los discursos papales, pasando por el sotobosque curial de la Secretaría de Estado. A estos tres bastiones, prácticamente inatacables pero omnipotentes ya que todo lo filtran y todo lo controlan, aún sin ser lugares de prestigio visible e inmediato, deben ser agregadas algunas congregaciones y pontificios consejos, en pie de guerra desde sus vértices. A estas estructuras, deben añadirse las relaciones interpersonales y el carisma de los individuos, y se tendrá un panorama completo de las fuerzas en campo.
Ahora, sin embargo, es tiempo de recapitular, en forma breve y deteniéndonos sólo en las cuestiones más evidentes, lo que ha ocurrido en el curso de los últimos cuatro años:
2005
A pesar del íncipit del Pontificado en concomitancia con el referéndum sobre la ley 40, es necesario decir que este año, en general, va bien en todo. El Papa suscita el fervor de los jóvenes en Colonia, asombra con la apertura a Hans Kung que es recibido en el Vaticano, se pone en clara continuidad con Juan Pablo II, aún manifestando un estilo nuevo. En diciembre, sin embargo, comienzan las notas dolorosas. El discurso a la Curia Romana del 22 de diciembre de 2005 hace comprender que hay algo nuevo en el aire. El Papa introduce la hermenéutica de la continuidad y son muchos los que sienten temblar sus piernas solamente ante la idea de una “reinterpretación” del concilio. Sin embargo, aún es pronto para ponerse en acción.
2006
Sandro Magister, en enero, publica un artículo extremadamente detallado en el que identifica a los “adversarios” del nuevo Papa: 1) Neocatecumenales; 2) Fronda* interna cardenalicia; 3) Oficina encargada de las traducciones de las homilías, discursos y catequesis papales. Este análisis se mostrará muy fundamentado.
Es publicada la primera encíclica papal, “Deus Caritas est” y se redescubren afinidades entre el pensamiento de Ratzinger y el del gran teólogo Romano Amerio. Pero se trata todavía de cuestiones culturales. Debe llegar aún la primera exposición mediática mundial del Santo Padre: el caso Ratisbona.
El caso Ratisbona nace de un conjunto de ignorancia periodística, prejuicio antipapal, y profunda y continuada acción de la fronda interna del Vaticano. El discurso es publicado en árabe en el sitio de la Santa Sede sólo después de algunos meses. La Oficina de Prensa se muestra incapaz de encauzar las polémicas, presentando comunicados tardíos y poco incisivos. Comienzan a surgir voces intraeclesiales que parecen tomar distancia de las palabras del Papa, mostrando estupor ante lo afirmado. El discurso de Ratisbona, himno al logos y a la cultura clásica que está fundada sobre el logos, es indicado como el primer “incidente diplomático” del Papa Benedicto XVI. Personalmente, creo haber dado una pequeña contribución al análisis de la cuestión Ratisbona publicando la primera traducción completa de los diálogos de Manuel Paleólogo citados por el Santo Padre.
En noviembre, el caso del discurso fantasma a los obispos suizos. A fin de año, estalla el “caso Wielgus”. La responsabilidad del caso recae casi totalmente sobre la Congregación para los Obispos. El nuevo arzobispo de Varsovia es, en realidad, un colaboracionista del ex régimen comunista. Al Papa se le asegura que se trata de ilaciones. El 21 de diciembre, la Oficina de Prensa afirma que el Papa ha sido informado de manera exhaustiva y tiene plena confianza en el nuevo arzobispo. Luego salen a la luz los documentos de archivo. Wielgus es obligado a renunciar el 7 de enero de 2007.
2007
Continúa la acción de exposición del Pontífice y el lento trabajo de la fronda. En enero, el Cardenal Martini comienza a hacer sus potentes exteriorizaciones de antipapa filo-laicista y abierto a una revisión de las cuestiones relativas a la sacralidad de la vida. En marzo, fuerte llamado a los Neocatecumenales por parte del Papa y de los Ordinarios de Tierra Santa. Luego se publica “Jesús de Nazareth” y es una vez más Martini quien dispara contra el Papa teólogo, en las páginas del Corriere della Sera.
Pero el culmen llega en julio: ¡Motu Proprio Summorum Pontificum! Crecen así las voces del disenso, hospedadas en periódicos italianos y extranjeros. La fronda comprende que es el momento justo para salir al descubierto. Sus posiciones anti-“Misa en latín” serán leídas por la “sociedad civil” como un reclamo obligado al Papa “retro” que quiere llevar a la Iglesia un siglo atrás. El bombo comienza a sonar. Es guerra abierta. A fin de año, sale Mons. Piero Marini, después de haberse dado el gusto de hacer aparecer al Papa, en Viena, con ridículos ornamentos de color "pitufo".
2008
Golpes de ajuste en la Curia parecen poder garantizar mayor tranquilidad al Pontífice. Al mismo tiempo, el frente laicista instigado por la fronda, gracias a la exposición a la que el Papa es sometido desde hace al menos un año y medio, comienza a dar sus buenos frutos: en enero, el Papa no puede ir a la Universidad La Sapienza. Comienza, contemporáneamente, la polémica con el mundo judío. La liberación del Misal del 1962 hace surgir la cuestión de la oración por la conversión de los judíos. Hasta mayo de 2009, la tensión está en fase de crecimiento constante, pasando por la causa de beatificación de Pío XII y la apertura a los lefebvristas para que reingresen obedientes al seno de la Iglesia. El doble registro del ataque al Papa por parte de laicistas y frondistas se desarrolla gracias a las declaraciones cada vez más borderline del Cardenal Martini.
2009
Llega el annus horribilis. Todo nace por el denominado caso Williamson. Como fue revelado en febrero por Il Giornale y el Riformista, de acuerdo a un expediente que circuló en el Vaticano tras la explosión del caso, la dirección de esta enésima exposición papal estaría en Francia, pasando por algunos “topos” vaticanos. Ciertamente, algunos funcionarios en el Vaticano habrían señalado a la televisión sueca que transmitió la entrevista shock al obispo lefebvrista, en primer lugar que, en octubre de 2008 (fecha en que es grabada la entrevista a Williamson), el decreto de levantamiento de las excomuniones estaba sobre el escritorio del Papa. Y luego, pocos días antes del 21 de enero de 2009 (fecha en la que se transmitió la entrevista), que el 24 de enero sería publicado el decreto firmado por el Pontífice. La Secretaría de Estado subestima la situación respondiendo con un gravísimo retraso a la críticas y, además, con un terrible comunicado que parece poner el “reconocimiento del holocausto” entre los nuevos dogmas del catolicismo. El Papa está ya en el centro de la atención mediática. Una atención negativa y despiadada, instigada por numerosos obispos y cardenales prontos a lanzar entrevistas y comunicados capaces de aislar al Papa y de oscurecer su acción. Benedicto XVI, también a causa de las potentes injerencias judías que pretenden de él numerosas y reiteradas condenas al holocausto (con detalles concretos como los “seis millones de judíos asesinados”), decide aclarar la cuestión del levantamiento de la excomunión con una carta. Los medios le darán poquísima importancia.
Mientras tanto, en marzo llega el viaje a Camerún y Angola. Un pasaje mal entendido de la conferencia de prensa improvisada en el avión que lleva al Papa a África vuelve a encender la exposición papal en los medios mundiales. Llueven condenas, incluso de exponentes institucionales de algunos gobiernos europeos. Es el punto de no retorno. De ahora en más, todo lo que el Papa afirme será usado en su contra. En mayo, es el momento del viaje a Tierra Santa. Cada gesto del Papa es observado con especial atención: ya no se hace más que esperar alguna palabra para instrumentalizar o alguna acción para poder retomar. El Santo Padre, en el memorial del Yad Vashem, afirma que los judíos durante el genocidio fueron “killed” Se desencadena una protesta por parte judía: el Papa debía decir “murdered” y debía añadir que los asesinos eran alemanes y que las víctimas eran seis millones…
En julio, la publicación de “Caritas in Veritate” restablece una tregua momentánea. El Papa es apreciado por varias partes, el poder laicista lo felicita por las indicaciones contenidas en la encíclica. Todos hablan bien del Papa, e incluso Barack Obama estaría por convertirse al catolicismo después del positivo encuentro con Benedicto XVI. Pero, a la sombra del Palacio Apostólico, la estrategia de la tensión no parece cesar.
El miércoles 23 de septiembre, la televisión sueca se prepara para lanzar un segundo y descarado ataque antipapal, concebido como secuela de la infausta transmisión de enero. Los protagonistas son, esta vez, explícitamente del interior de la Iglesia Católica [el autor se refiere especialmente al cardenal Walter Kasper]. El ataque está dirigido, en última instancia, al Papa.
Este año no ha terminado aún. No creo pretender ser profeta preanunciando nuevas exposiciones mediáticas del Pontífice en el 2010. Sin embargo, para quien aún no hubiese entendido, no se trata de ataques dirigidos simplemente a la persona de Joseph Ratzinger sino de un ataque a la Iglesia Católica, un ataque que nace en su interior y tal vez intenta preparar el camino para pontificados posteriores que pongan finalmente una piedra lapidaria sobre la Tradición milenaria de la Iglesia con la consecuente adhesión completa al mundo y probable absorción en él.
* Con el término “fronda”, el autor del artículo se refiere a la conspiración por la cual se intenta socavar las bases del actual Pontificado y, de este modo, adquirir un cierto poder en la Iglesia, tal como desarrolla en el último párrafo.
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Fuente: Fides et Forma
Traducción: La Buhardilla de Jerónimo
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23 comentarios
Nos sentimos impotentes, qué podemos hacer?
Despues del desgraciado incidente de Ratisbona. Hubo en un Obispado de este país una conferencia de prensa en la que participábamos el delegado de comunicación del Obispado, el delegado de dicho Obispado en la Mesa Interreligiosa provincial, un pastor protestante, un bahai, y un ortodoxo. La rueda de prensa la daba precisamente dicha Mesa Interreligiosa por un evento que organizaba. Los periodistas preguntaron como era de esperar por lo ocurrido en ratisbona. Fue vergonzoso, se callaron, se encogieron de hombros, ni tan siquiera habían leído el discurso de Benedicto XVI. Fue el ortodoxo (paradojas de la vida) que conocía bien la situación de la que había hablado el Papa y que si se había leído aquel magnífico discurso, el que defendió al Papa de Roma, mientras su sacerdotes, en un Obispado Católioc callaban con una media sonrisa estúpida en sus labios.
Si esto sucede a nivel local no quiero ni imaginarme lo que puede pasar a otros niveles.
Siempre es bueno, saber en qué compañía, viajamos en el camino de la vida, algunos se retratan porque se creen,¡pobres de ellos!,poderosos.Sus hechos les avalan,pero, recuerden, que una de las más frases más duras del Señor, en el Evangelio, va dirigida a quienes escandalizan;por si leen este post que la recuerden y se retracten.
Por otra parte estoy confiado,sin poder evitar sentirme algo intranquilo,porque:
"Y yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella." (Mt 16,13-19; Lc 9,18-21; Mc 8,27-30).
Maricruz
El arma más poderosa es la oración confiada por nuestro Papa.
Si es que va a resultar que lo que decían Ralph M. Wiltgen en "The Rhine Flows onto the Tiber", y Dietrich von Hildebrand en "The Trojan Horse in the City of God" y en "The Devastated Vineyard" es tan cierto como lo que decía Michael Davies en "Cramner's Godly Order", en "Pope's John Council", en "The Second Vatican Council and Religious Liberty", y en "Pope Paul's New Mass".
Si va a resultar que hasta Johannes Dörmann tiene algo de razón en su "Pope John Paul II's Theological Journey to the Prayer Meeting of Religions at Assisi" (Angelus Press, Kansas City, Missouri, USA, 4 vols. ISBN del conjunto de los cuatro vols.: 0-935952-57-8)
Part I: "From the Second Vatican Council to the Papal Elections", Vol. 1 of 1: 1994, 122 pp., ISBN: 0-935952-52-7
Part II: "The 'Trinitarian Trilogy'"
Vol. 1 of 3: "First Encyclical: Redemptor Hominis", 1996, 250 pp., ISBN: 0-935952-58-6
Vol. 2 of 3: "Second Encyclical: Dives in Misericordia", 1998, 197 pp., ISBN: 0-935952-72-1
Vol. 3 of 3: "Third Encyclical: Dominum et Vivificantem", 2003, 319 pp., ISBN: 0-892331-13-6
Si va a resultar que los que están contra la Iglesia, la Tradición, el Magisterio y el Papa son otros...
ADVENIAT REGNVM TVVM.
Tengo mucha gente católica de a pie ante quien estoy en posición de orientar e información clara es lo que necesito para hacerlo bien.
Gracias.
Benedicto XVI es un hombre inteligentísimo y conocía muy bien la curia por dentro cuando fue elegido Papa. ¿Cree el Santo Padre que puede llevar a cabo su "reforma de la reforma" sin limpiar previamente los entresijos del Vaticano?
Pero tal y como señala el comentarista que me precede, al menos cuando esto escribo, el Papa ni remueve ni sanciona ni amonesta públicamente a todos los supuestamente implicados en esta operación de acoso y derribo. Yo, sinceramente, no sé si son ustedes muy avisados y sagaces o si los demás somos un poco cortos de entendederas y no estamso preparados para la alta política vaticanista pero a mí hay cosas que no me cuadran en absoluto.
No encuentro que el autor y los comentaristas expresen que el Papa no procede de acuerdo a su autoridad.
Lo que si observo es que en este sitio, por lo regular son muy participativos y que en relación a este tema están teniendo sus reservas.
No veo que haya que medir o calcular nada, se está con el Pontífice o no, haya o no haya confabulaciones.
Para mi eso es lo único que hay que tener claro.
No me refería a ti. Disculpa que no quedó claro.
Yo solo tengo para confirmar negligencia o desatención a las directrices de Roma el que en la Curia y la Conferencia Episcopal de mi país, tras mi consulta sobre comulgar de rodillas y en la boca, se mostraron retiscentes.
Es la única prueba que poseo, pero también el único argumento que necesito para saber a quién debo obediencia.
Sin caer en ver conspiraciones por todas partes, tengo que recordarte que no ha existido época en la historia de la Iglesia en la que no haya habido ataques contra la misma (desde fuera y desde dentro).
Que la época en la que vivimos no es una excepción, lo han afirmado los últimos Papas incansablemente.
En cuanto a la mención de los ataques "desde dentro" de la Iglesia - los que te parecen más difíciles de aceptar como verídicos - quiero citarte al mismo Benedicto XVI, en la Carta que escribió a los obispos de la Iglesia después del levantamiento de las excomuniones a los obispos de la FSSPX:
"Me ha entristecido el hecho de que también los católicos, que en el fondo hubieran podido saber mejor cómo están las cosas, hayan pensado que debían herirme con una hostilidad dispuesta al ataque".
Algunos de los casos mencionados por Francesco Colafemmina son claros, como el del Cardenal Martini con sus últimas publicaciones.
Recientemente, en una entrevista, ha sido el mismo Cardenal Secretario de Estado quien, por medio de una dura expresión, habló de "ciertos ambientes curiales, lamentablemente poco imbuidos de verdadero amor a la Iglesia". Y el actual Sumo Pontífice, siendo Cardenal y eminente miembro de la Curia, muchas veces se refirió al "juego de poder" que desgraciadamente algunos pretenden "jugar" en la Iglesia. En el Viernes Santo de 2005, en el Vía Crucis por él preparado, escuchamos aquella expresión: "¡Cuánta suciedad en la Iglesia y entre los que, por su sacerdocio, deberían estar completamente entregados a Él! ¡Cuánta soberbia, cuánta autosuficiencia!".
Por lo tanto, el hecho de que el Papa sea atacado no sólo desde fuera sino también (y por desgracia) desde dentro, no debería asombrarnos. Es una realidad que está presente y que a veces, como en estos tiempos, se hace aún más evidente. Pero esto no significa que el Papa sea una marioneta. Todo lo contrario. La determinación y la valentía con la que el Santo Padre dice y hace todo lo que considera necesario para el bien de la Iglesia es una muestra de que realmente, como afirmó en su primera Misa como Romano Pontífice, se pone continuamente "a la escucha de la palabra y de la voluntad del Señor" y se deja conducir por Él "de tal modo que sea él mismo quien conduzca a la Iglesia en esta hora de nuestra historia".
A nosotros, católicos, nos corresponde orar fervientemente a Dios por nuestro Santo Padre para que, fortalecido con la gracia, pueda ser fiel a la misión que se le ha encomendado. Recordemos lo que nos dijo el 24 de abril de 2005: "Queridos amigos, en este momento sólo puedo decir: rogad por mí, para que aprenda a amar cada vez más al Señor. Rogad por mí, para que aprenda a querer cada vez más a su rebaño, a vosotros, a la Santa Iglesia, a cada uno de vosotros, tanto personal como comunitariamente. Rogad por mí, para que, por miedo, no huya ante los lobos. Roguemos unos por otros para que sea el Señor quien nos lleve y nosotros aprendamos a llevarnos unos a otros."
Los siento, señores, pero sin faltar el respeto a ninguno de ustedes, a quienes no niego su buena fe y las mejores intenciones, yo no lo entiendo.
Es un asunto de confianza en la guía del Espíritu Santo en primer lugar y luego, confianza en el ser humano... respeto por la conciencia, chorro de cosas más.
Así como Juan Pablo II fue testimonio en su propio cuerpo del contenido de la Salvifici doloris, Benedicto XVI lo estará siendo de Deus caritas est...
Si el Papa, cualquier Papa, empieza por no ser el primero que vive hasta el extremo lo que predica, en quién vamos a tener el ejemplo aparte de Cristo, el es su Vicario, me parece que es coherente con su misión.
Gracias a Camino Iriarte por las sugerencias.
Vaya por delante que a mí el Camino no me gusta desde el punto de vista humano, ni sus formas, ni su extramdo sentimentalismo ni tampoco el hecho de que a veces parezcan subparroquias dentro de una parroquia, pero he de reconocer que hace mucho bien a mucha gente.
Estoy de acuerdo, pero en la posición del Papa, cómo probarías quién es leal y quién no? Aparte de las posturas abiertamente desleales, claro.
Seguiré confiando que el Papa sabe lo que hace y confiaré en los hombres que le rodean y en la guía del Espíritu y en la intercesión de María y de todos los santos y en la Divina Providencia y en todo lo que confío porque no voy a permitir que nos invada la desconfianza y es que, oye, si no pa´qué creer si no confías?
Los ateos se caracterizan por ser personas desconfiadas, al extremo de la paranoia, por eso no estoy dispuesta a dejar ninguna puerta abierta a la desconfianza.
Y es que al fin y al cabo, no son estas situaciones, que mayor confianza en Dios y en los hombres, demandan de nosotros?
Si me equivoco, al menos habré pasado un buen tiempo sin amargarme la vida hundida en el mar de la desconfianza.
Entiéndelo, por favor, desconfiar es el germen de la división, no me voy a permitir cruzar ese umbral.
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