Es probable que Santos para pecadores sea uno de esos libros que pasan desapercibidos. Hay tantos libros de santos y la referencia a que somos pecadores, si hace un siglo podía llamar la atención, hoy es de lo más común. Su autor, Alban Goodier, un jesuita fallecido en 1939, tampoco nos dice nada a la mayoría. Vamos, que a menos que alguien de mucha confianza y/o autoridad te anime a leerlo, lo más probable es que sea uno más de esos miles de libros que pasan por la vida sin rozarnos. Y esto sería una lástima, una gran lástima.
Confieso que lo empecé a leer casi por casualidad. Pensé que leería algunas páginas bienintencionadas pero poco más. Me equivocaba. Goodier es muy bueno y consigue que leamos con auténtica pasión estos breves relatos sobra la vida de nueve santos. A cada uno le dedica algo más de 20 y algo menos de 30 páginas, lo que hace su lectura muy ágil.
Pero no es la extensión la clave del libro, sino su enfoque. Goodier nos hace descubrir de nuevo la santidad y nos la muestra de un modo a veces incluso crudo y descarnado, sin edulcorar las vidas de sus protagonistas. Frente a tantas hagiografías edulcoradas, Goodier nos muestra la realidad de unas vidas por las que, en determinados momentos, nadie hubiese dado ni un duro. Lo cual las hace más apasionantes, más reales, y por ello mismo nos mueven mucho más que aquellas en las que el sujeto parece predestinado desde su más tierna infancia a ocupar un lugar en los altares.
Leer más... »