La Tradición, Sola Scriptura y la Iglesia primitiva
“Así pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta.” 2 Tesalonicenses 2,15
“Os alabo porque en todas las cosas os acordáis de mí y conserváis las tradiciones tal como os las he transmitido” 1 Corintios 11,2
“Hermanos, os mandamos en nombre del Señor Jesucristo que os apartéis de todo hermano que viva desordenadamente y no según la tradición que de nosotros recibisteis.” 2 Tesalonicenses 3,6
Uno de los pilares del protestantismo es la doctrina de la Sola Scriptura. Esta doctrina que afirma que la Biblia y solamente la Biblia, bajo la libre interpretación de cada creyente es la única regla de fe y moral, ha sido la causante de las continuas y exponenciales divisiones protestantes, cada una pretendiendo regirse solo por la Biblia, pero siendo incapaz de ponerse de acuerdo ni siquiera en las doctrinas fundamentales de la fe cristiana.
La Iglesia primitiva no era solo escriturista. Ella reconocía si la gran autoridad de la Escritura (máxima norma de fe), pero nunca pretendió que todo, absolutamente todo lo referente a doctrina tuviese que estar contenido en las Escrituras, y mucho menos que fuera un aval para no someterse a la autoridad de la Iglesia y a sus pronunciaciones dogmáticas.