Sobre la conciencia personal y la comunión de quienes viven en adulterio
Ampliamente conocida es la discusión que existe en el seno de la Iglesia Católica sobre el tema de la comunión de los divorciados vueltos a casar y las disitntas interpretaciones de la Amoris Laetitia.
Unos obispos la interpretan de un modo, otros obispos la interpretan de otra, y el Papa todavía no ha respondido la dubia que presentaron los cuatro cardenales sobre los puntos más controvertidos. Ya se que se ha manifestado privadamente al respeto, por ejemplo, en una carta privada a los obispos de Buenos Aires. Pero lo cierto es que todavía no hay una respuesta magisterial oficial que es lo que muchos pedimos. En un tema tan importante una carta privada difundida por algún «descuido» al más puro estilo de un «wikileaks» no resuelve la cuestión porque no es un acto de Magisterio.
En esta controversia uno de los argumentos que más ha vuelto a resurgir es el de la «conciencia personal» según la cual, una persona que aun sabiendo que está viviendo en una situación objetiva de pecado grave, considera que no se encuentra en pecado mortal por existir unas «circunstancias atenuantes» en cuyo caso estima que podría recibir la comunión eucarística.