El Padre Fortea reflexiona sobre el castigo divino en medio de la pandemia del Coronavirus

Padre Fortea

Como sabrán los lectores que me siguen desde hace algunos años, el tema del castigo divino es uno de los que he tratado más frecuentemente en este blog a raíz de un debate que tuve con Alejandro Bermúdez, director de EWTN y ACIPrensa, del cual salió publicado un libro que todavía se encuentra disponible gratuitamente en Amazon.

Ahora, en plena pandemia del coronavirus, el padre Forea ha vuelto a reflexionar sobre el tema del castigo divino, por lo que he querido compartirles el vídeo.  

Hay que aclarar que no es la primera vez que el padre Fortea ha abordado este tema. Cuando tuve este debate hace 6 años había escrito:

“En la Palabra de Dios está muy claro: “Tú corriges a los hombres, castigando sus culpas” (Salmos 39,12) Hay que predicar una gran penitencia. Hay que volver a escuchar a Dios en su Palabra. Se necesitan profetas santos que recorran esta Ciudad de los Hombres recordándoles que se acerca un tiempo de grandes castigos, porque así nos lo indican los signos. Lo demás es como esos familiares que le dicen al enfermo desahuciado: tranquilo, tranquilo, estás bien, te vas a poner bueno. Los Faus, los Masiá, los Küng han pagolizado a muchos en la Iglesia, los han desorientado, les han dicho que el mal ya no es mal, que la penitencia no tiene sentido, que no existe el castigo divino, como tampoco creen en la diferencia de grados de felicidad en el más allá. Han sido las zorras que han devastado la viña. Éste sería el momento de que en la Gran Nínive se proclamase una gran penitencia. Pero no se hará. Las ovejas están ciegas. No sólo no se escuchará a los profetas, sino que al revés, no está lejos el año en que las ovejas se vuelvan lobos.”

Artículo completo: Olvidémonos de los discursos correctos

En aquel momento, consultado sobre el debate, Monseñor Munilla, obispo de San Sebastian,también dejó clara la doctrina católica sobre el castigo divino:

“En primer lugar hay que distinguir entre el castigo eterno y el castigo temporal. Por el castigo eterno entendemos el castigo definitivo a los malvados recogido explícitamente en Mateo 26 en la Sagrada Escritura y no es en absoluto incompatible con que Dios es amor. Decir que Dios es amor y por tanto no puede existir el castigo eterno es contraponer los conceptos de manera infantil. En Dios la justicia y la misericordia no son dos cosas, sino que se funden y son una sola.

Respecto al castigo temporal: ¿Se puede decir que Dios no manda castigos temporales? No, No se puede decir tal cosa. En la Sagrada Escritura hay pasajes muy claros donde se habla de castigos de Dios, como cuando se habla de las plagas de Egipto, o a David que después de haber pecado Dios le pidió que eligiese entre varios castigos. No cabe decir que “Dios no castiga nunca”, sería incorrecto.

Nuestro Papa emérito Benedicto XVI en el Sínodo de los obispos en el año 2008 dijo una frase que llamó la atención a mucha gente: Dijo que: “…Dios ha tenido que recurrir con frecuencia al castigo…”

Escuche la explicación completa en el siguiente enlace:
Monseñor Munilla da su opinión respecto al debate - podcast en audio

Nota: Mi libro, que en su momento se posicionó entre los 5 libros gratuitos más descargados en Amazon de Estados Unidos en varias categorías, 6 años después al escribir esta nota todavía se mantenía de número 20 entre todos los libros gratuitos de apologética, de número 38 entre todos los libros gratuitos de catolicismo, y de número 112 entre todos los libros gratuitos de religión en español. Todavía puedes descargarlo sin costo en Amazon o descargarlo del siguiente enlace

Por su parte, en Amazon México sigue siendo el libro gratuito número 1 más descargado en Teología cristiana apologética, y número 12 de entre todos los libros de Catolicismo. 

Alejandro Bermudez, por su parte, publicó también otro libro en Amazon al que como puede verse no le ha ido tan bién, pero más lamentable que eso, es que a la fecha no se ha retractado de su error.  

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9 comentarios

  
Oscar de Caracas
Le felicito D. José por su columna, excelente y muy extensamente explicado.
Dios le bendiga por su trabajo.

Oscar
25/03/20 10:12 AM
  
Luis López
"Dice Agustín: "Sólo la voluntad de Dios es causa primera de la salud y de la enfermedad, de los premios y castigos, de las gracias y retribuciones (De la Trinidad, Libro 3, Cap. 4)". Luego, cuando se pregunta el porqué de algún efecto natural, podemos dar como razón una causa próxima, pero hemos de reducirlo todo a la voluntad divina como causa primera"

(Santo Tomás de Aquino. Suma contra gentiles. Libro 3, Cap. 97).
25/03/20 12:42 PM
  
Néstor
Bien por el P. Fortea. En realidad, lo que Dios permite es solamente el pecado. El mal físico, simplemente considerado, lo quiere indirectamente, porque quiere bienes inseparables de esos males, como que los leones coman. Pero considerado como pena por el pecado, lo quiere directamente, porque es la pena es justa, y por tanto, buena.

El principio de fondo es indudable: Dios lo sabe todo y lo puede todo, no cae un gorrión a tierra, dice Jesús, sin que lo sepa el Padre que está en los cielos. Por tanto, no puede suceder un solo mal, una sola catástrofe natural, un solo accidente lamentable, por fuera o al margen o contra la Voluntad de Dios, no puede ser que esas cosas no formen parte del plan eterno de la Providencia divina, y es claro que algunas de ellas no pueden formar parte del mismo sin ser por ello castigo y pena por el pecado del hombre.

La naturaleza depende de Dios. Las causas segundas tienen su propia actividad y sus propias leyes, pero bajo la dependencia de la Causa Primera y con su actividad comprendida siempre dentro del plan divino providencial.

Y si miramos la historia reciente, extra e intraeclesial, no necesitamos más explicaciones.

Por ejemplo ¿alguna noticia reciente sobre el sínodo alemán?

Saludos cordiales.
25/03/20 3:55 PM
  
Daniel Argentina
Yo en esto estoy como el burro ante las dos talegas de pienso.
Por un lado, uno sabe que Dios castiga, de manera aleccionadora, como bien se ve en el AT. También sabe que el Mal entro al mundo por el Pecado Original.
Pero tambien sabe que NSJ en Mt. 5, 45 dice: "Para que seais hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos". Es mas, en Lucas 16, 25 "Pero Abraham le dijo: "Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida y Lázaro al, contrario, sus males; ahora, pues, el es aquí aconsolado y tu atormentado"
O sea, por un lado, existe ciertamente, la posibilidad de que Dios castigue en esta vida, ya sea individual o colectivamente, pero por otro, también que forme parte de la forma de proceder de Dios, permitiendo que las cosas pasen.
No se como se sabe como diferenciar una cosa de otra. Si se me ocurre que, según la situación, un pecador inconverso puede moverse a la conversión por un castigo y un santo, recordar su humildad cuando el hombre tiende a sentirse omnipotente.

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JM: No sé si entiendo exactamente cual es su duda.

El texto que dice "Mt. 5, 45: Para que seais hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos" no está diciendo que Dios castiga a justos y pecadores. Por lo que no habría en primer lugar que oponer ese texto con el hecho de que Dios castigue.

El texto "Lucas 16, 25: Pero Abraham le dijo: "Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida y Lázaro al, contrario, sus males; ahora, pues, el es aquí consolado y tu atormentado" hace referencia a que en el caso del rico, recibía el castigo por sus acciones en la otra vida ya que no lo recibió en su vida mortal. Eso, es parte de la doctrina católica de la justicia divina, que en su providencia decide castigar algunos pecados o a algunas personas en la vida presente, y a otras en la vida futura.

Hay que recordar por otro lado, que decir que Dios castiga, no quiere decir que Dios castiga SIEMPRE. Hay que recordar que también es doctrina católica que Dios es misericordioso y perdona al pecador arrepentido, en cuyo caso puede puede persistir una pena temporal (reato de la pena) o puede condonarla. A este respecto se explica en el Manual de Teología Dogmática de Ott:

El castigo que Dios impone al pecador no es tan sólo un medio correctivo o intimidatorio, como enseñaron B. Stattler (1797) y J. Hermes (f 1831), sino que ante todo persigue la expiación de la ofensa inferida a Dios y la restauración del orden moral perturbado por el pecado: Deuteronomio 32,41: «Yo retribuiré con mi venganza a mis enemigos, y daré su merecido a los que me aborrecen»; Romanos 12, 19: «Escrito está: “A mí la venganza, yo haré justicia, dice el Señor“». La pena del infierno, por su duración eterna, sólo puede tener carácter vindicativo para los condenados (Mt 25, 41 y 46). Por otra parte, no hay que exagerar de tal forma el carácter vindicativo de los castigos divinos, como si Dios se viera obligado por su justicia a no perdonar el pecado hasta exigir una satisfacción completa, como enseñaron, siguiendo el ejemplo de San Anselmo de Cantorbery (1109), H Tournely (1729) y Fr. X. Dieringer (1876). Como Dios, por ser soberano y señor universal, no tiene que dar cuenta a ningún poder superior, tiene derecho a ser clemente, y esto significa que es libre para perdonar a los pecadores arrepentidos sin que ellos ofrezcan una satisfacción congrua o sin satisfacción alguna.
Ludwig Ott, Manual de Teología Dogmática, Editorial Herder, Barcelona 1966, p. 41
26/03/20 9:22 PM
  
Daniel Argentina
Acabo de leer "No sin grave daño" de este portal. No comprendo nada :D, pero me parece vislumbrar que las dos cosas que menciono ultimas son posibles y a la vez.
De todas maneras, necesito una respuesta que requiera menos formación teológica de mi parte. ;)
26/03/20 9:47 PM
  
Daniel Argentina
Con esta frase me alcanzó:
"Hay que recordar por otro lado, que decir que Dios castiga, no quiere decir que Dios castiga SIEMPRE."
Gracias!
26/03/20 10:50 PM
  
Gregory
En lo personal creo que falta predicar sobre el temor de Dios, la necesidad de revisar nuestras vidas como vivimos? Esto implica quien es Dios para mi que significa ser su hijo. La Cuaresma es tiempo propicio para ello y está lo es más. Por cierto tengan precaución el convc 19 no respeta a nadie.
30/03/20 5:01 PM
  
Daniel Sanabria
Siempre me han parecido muy acertadas sus reflexiones hermano José. Tengo su libro Compendio de Apologética Católica y oro porque siga nutriendo la fe de la Iglesia con sus disertaciones y escritos. No deje de hacerlo, por favor de caridad cristiana. Antes bien, me gustaría ser su discípulo.
13/04/20 9:30 AM
  
Gaston
Hace poco ví un comentario, en Debate Católico vs protestantes y agnosticos o ateos, en el que se decía:
La religión no sirve para nada, ha quedado demostrado con esta pandemia. Tanta convocatoria a rezar, incluso por el mismo Papá y no ha pasado nada.
Me pregunto, a veces, porque no actúa Dios a través de su Iglesia y no hace desaparecer este contagio a través de un milagro, para que el mundo reconozca la grandeza de Dios, a través de su Iglesia.
O es que este mundo y sus hombres y mujeres que componen la Iglesia no son lo suficientemente merecedores de ser oídos por nuestro Señor.
Ya, entiendo que existe el libre albedrío y que la fe se demuestra siempre. Pero, Jesús y sus apóstoles, principalmente Pedro hicieron muchos milagros, por qué no ocurre hoy?

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JM: Un concepto básico de nuestra fe es que el propósito de la vida es conocer, amar y servir a Dios. Servir a Dios, no servirnos de Dios.

Quien use el argumento de que la religión no sirve para nada solo porque no tiene a un Dios sirviente haciéndole milagros y resolviendo los problemas, es que tiene fe o la tiene deformada porque vive en egolatría.

Precisamente por esto en tiempos pasados también preguntaban a Jesús los fariseos por qué no les daba una señal, y recibieron la señal que no esperaban ni querían.

Respecto la pregunta de "si este mundo y sus hombres y mujeres que componen la Iglesia no son lo suficientemente merecedores de ser oídos por nuestro Señor" la respuesta es no. No se trata de merecer, comenzando porque la salvación la hemos recibido no por merecerla, sino por gracia.

Dios hace milagros cuando es su voluntad hacerlos, no cuando el hombre los exija o los pida para creer.

27/09/20 1:29 PM

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