Yo estoy de acuerdo con lo que dijo el Papa respecto a los preservativos
En el post anterior reproducía un comentario del apologeta Jimmy Akin, donde se intentaba analizar en su contexto las palabras del Papa sobre el uso del preservativo en casos excepcionales. En ese momento no quise comentar nada, a pesar de que había comenzado un debate acalorado en numerosos foros y blogs acerca si lo que decía el Papa era correcto o no.
Opiniones diversas pulularon por la Web: Acusaron al Papa desde ser un impío pelagiano, imprudente y pecador, hasta retrógrado insensible, dinosaurio y troglodita (Unos porque pensaron que había llegado demasiado lejos, y otros porque lamentaron que no lo llegó tanto). Otros la tomaron contra el mensajero (el “nefasto” Lombardi decían algunos, por haber cometido el pecado mortal de atreverse a transmitir lo que decía el Papa) o contra los “incompetentes” traductores (ahora ya sabemos que las posibles imprecisiones no cambian sustancialmente lo dicho).
Y no quise opinar porque quería estudiar más a fondo el tema. Sabía que era bastante complejo, y dado que soy ingeniero y no teólogo, lo más probable es que metiera la pata, no por malicia sino por nesciencia.
Todavía ahora sería quizá prudente no opinar, y dejar que los doctores de la Iglesia sean los que arrojen luz al asunto. Sin embargo quisiera yo compartir lo que he venido pensando estos días. El padre Lombardi, vocero oficial de la Santa Sede, ha dicho que la intención del Papa es iniciar una discusión que involucra a toda la humanidad, y por supuesto, yo quiero participar.
¿Qué fue lo que dijo el Papa?
Las palabras que causaron tanto revuelo fueron estas:
“ Concentrarse sólo en el preservativo quiere decir banalizar la sexualidad y esta banalización representa precisamente el motivo por el que muchas personas ya no ven en la sexualidad la expresión de su amor, sino sólo una especie de droga, que se suministran por su cuenta. Por este motivo, también la lucha contra la banalización de la sexualidad forma parte del gran esfuerzo para que la sexualidad sea valorada positivamente y pueda ejercer su efecto positivo en el ser humano en su totalidad.
Puede haber casos justificados singulares, por ejemplo, cuando una prostituta utiliza un preservativo, y éste puede ser el primer paso hacia una moralización, un primer acto de responsabilidad para desarrollar de nuevo la conciencia sobre el hecho de que no todo está permitido y de que no se puede hacer todo lo que se quiere. Sin embargo, este no es el verdadero modo para vencer la infección del VIH. Es verdaderamente necesaria una humanización de la sexualidad”
Un repaso de conceptos básicos de teología moral
Antes de explicar por qué yo si estoy de acuerdo con lo que sostiene el Papa en su libro “Luz del mundo”, y específicamente con el párrafo que acabo de transcribir, creo que es necesario abordar brevemente unos conceptos básicos de teología moral, sobre todo para aquellos que como yo no somos eruditos en la materia.
Moralidad de los actos humanos
Se entiende por acto humano el que nace de la voluntad ilustrada por la inteligencia[1]. Como el hombre es un ser dotado de libertad, y los actos humanos son actos que hace haciendo uso de esa libertad, éste es por tanto responsable de los mismos en la medida en que estos son voluntarios[2].
El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que el objeto, la intención y las circunstancias forman las fuentes, o son los elementos constitutivos de la moralidad de los actos humanos[3]. Esto quiere decir que un acto humano será moralmente bueno o malo dependiendo en mayor o menor medida de estos tres elementos.
El objeto es un bien hacia el cual tiende deliberadamente la voluntad, la intención es un movimiento de la voluntad hacia un fin determinado y las circunstancias (que comprenden las consecuencias) son los elementos secundarios de un acto moral porque comprenden el contexto o marco en el cual se desarrolla.
Para que un acto sea moralmente bueno tiene que estar acompañado de la bondad del objeto y de la intención. Podríamos esquematizarlo de la siguiente manera:
Objeto bueno – Intención buena -> genera un acto moralmente bueno.
Objeto bueno – Intención mala -> no genera un acto moralmente bueno.
Objeto malo – Intención buena -> no genera un acto moralmente bueno.
Así, por ejemplo, si alguien hace limosna para recibir alabanzas humanas comete en un acto desordenado, pues la intención (vanagloria) ha corrompido la acción. Pero si lo hace por caridad o para gloria de Dios, su acto es moralmente bueno.
Si por el contrario alguien comete fornicación aun pensando que le mueve el amor para con la persona con la que fornica, comete un acto también desordenado[4].
Hay actos que por en sí mismos y por razón de su objeto son intrínsecamente desordenados, los cuales nunca pueden ser queridos con recta voluntad, cualesquiera sean la intención del sujeto y las circunstancias que concurran. Por ejemplo, al adulterio, nunca puede ser querido rectamente pues es un acto siempre malo por su objeto, y quererlo por tanto es siempre moralmente desordenado. Lo mismo ocurre con la blasfemia, la fornicación, la mentira, el homicidio, etc.
Aunque en lo referente a estos actos intrínsecamente desordenados ni la intención ni las circunstancias pueden convertir el acto moral en lícito[5] si pueden atenuar a agravar la falta. Un ejemplo lo tenemos con la mentira. No es igual de grave una mentira jocosa[6], que una oficiosa[7], o que una dañosa[8]. Las primeras dos no suelen pasar de pecado venial, la dañosa en cambio puede constituir pecado mortal, por lesionar la caridad. La intención aquí no convierte el acto en lícito pero si disminuye la responsabilidad del sujeto.
Es aquí oportuno distinguir que dicha responsabilidad puede ser objetiva o subjetiva. La primera se refiere al valor moral del acto en sí mismo en cuanto bueno o malo, y por tanto a la imputabilidad de la acción; la segunda se refiere a la percepción efectiva por parte de la conciencia individual, de la bondad o malicia del acto realizado.
Entre las distintas circunstancias que pueden disminuir e incluso hacer inimputable la responsabilidad de una acción, están la ignorancia, la inadvertencia, la violencia, el temor, los hábitos, los afectos desordenados y otros factores psíquicos y sociales[9].
Distintos grados de gravedad entre pecados
Según la doctrina católica no todos los pecados tienen la misma gravedad. A este respecto explica el Catecismo: “La gravedad de los pecados es mayor o menor: un asesinato es más grave que un robo. La cualidad de las personas lesionadas cuenta también: la violencia ejercida contra los padres es más grave que la ejercida contra un extraño” [10]. Así, dos pecados distintos pueden ser a la vez pecado mortal, pero uno ser más grave que el otro.
Consencuencialismo y proporcionalismo
El consecuencialismo hace referencia a todas aquellas teorías que sostienen que los fines de una acción suponen la base de cualquier apreciación moral que se haga sobre dicha acción. Así, siguiendo esta doctrina, una acción moralmente correcta es la que conlleva buenas consecuencias[11]. El proporcionalismo es semejante pero busca suavizar esta teoría afirmando que el bien o el mal de una acción depende de la proporción entre bienes y males que son consecuencia de una acción.
Para entender por qué fallan las teorías consencuencialistas, imagine una situación en donde cuatro personas morirán si no reciben trasplantes de distintos órganos (riñon, corazón, páncreas e hígado). Bajo esta forma de juzgar los actos morales, sería lícito matar una persona sana, para extraerle los órganos y salvar a las cuatro enfermas, salvando cuatro vidas en lugar de una. Tanto el consencuencialismo como el proporcionalismo son rechazados por la Iglesia[12].
Moralidad del uso del preservativo
El uso de cualquier medida contraceptiva en el acto conyugal dentro del matrimonio es declarado por el Magisterio de la Iglesia como intrínsecamente malo:
“Sobre los actos intrínsecamente malos y refiriéndose a las prácticas contraceptivas mediante las cuales el acto conyugal es realizado intencionalmente infecundo, Pablo VI enseña: «En verdad, si es lícito alguna vez tolerar un mal menor a fin de evitar un mal mayor o de promover un bien más grande, no es lícito, ni aun por razones gravísimas, hacer el mal para conseguir el bien (cf. Rm 3, 8), es decir, hacer objeto de un acto positivo de voluntad lo que es intrínsecamente desordenado y por lo mismo indigno de la persona humana, aunque con ello se quisiese salvaguardar o promover el bien individual, familiar o social»”[13]
“En esta materia hacemos una grave declaración: la vida humana se comunica y propaga por medio de la familia, la cual se funda en el matrimonio uno e indisoluble, que para los cristianos ha sido elevado a la dignidad de sacramento. Y como la vida humana se propaga a otros hombres de una manera consciente y responsable, se sigue de aquí que esta propagación debe verificarse de acuerdo con las leyes sacrosantas, inmutables e inviolables de Dios, las cuales han de ser conocidas y respetadas por todos. Nadie, pues, puede lícitamente usar en esta materia los medidos o procedimientos que es lícito emplear en la genética de las plantas o de los animales” [14]
“Hay que excluir igualmente, como el Magisterio de la Iglesia ha declarado muchas veces, la esterilización directa, perpetua o temporal, tanto del hombre como de la mujer; queda además excluida toda acción que, o en previsión del acto conyugal, o en su realización, o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga, como fin o como medio, hacer imposible la procreación.
Tampoco se pueden invocar como razones válidas, para justificar los actos conyugales intencionalmente infecundos, el mal menor o el hecho de que tales actos constituirían un todo con los actos fecundos anteriores o que seguirán después y que por tanto compartirían la única e idéntica bondad moral. En verdad, si es lícito alguna vez tolerar un mal moral menor a fin de evitar un mal mayor o de promover un bien más grande, no es lícito, ni aun por razones gravísimas, hacer el mal para conseguir el bien, es decir, hacer objeto de un acto positivo de voluntad lo que es intrínsecamente desordenado y por lo mismo indigno de la persona humana, aunque con ello se quisiese salvaguardar o promover el bien individual, familiar o social.
Es por tanto un error pensar que un acto conyugal, hecho voluntariamente infecundo, y por esto intrínsecamente deshonesto, pueda ser cohonestado por el conjunto de una vida conyugal fecunda” [15]
Sin embargo, las declaraciones del Magisterio que señalan el uso de medidas contraceptivas como intrínsecamente malas, lo hacen para referirse a aquellas empleadas en actos conyugales dentro del matrimonio.
¿Quiere decir esto que son lícitas las medidas voluntariamente contraceptivas fuera del matrimonio?. Esto también es un error, y es preciso reconocer que la fornicación onanística es de suyo, más grave que la simple fornicación, pues por incluir un acto contraceptivo y contra la naturaleza, añade otra especie de pecado. A este respecto Santo Tomás de Aquino explica:
“En efecto, las otras especies de lujuria nos hacen pasar por encima de lo que ya viene determinado por la recta razón, presupuestos, no obstante, los principios naturales. Pero es más contrario a la naturaleza el usar de los placeres venéreos no sólo en contra de la generación de la prole, sino cometiendo injusticia contra otro. Por eso la fornicación simple, en la que no hay injusticia contra otro, es la menos grave entre las especies de lujuria. Y es mayor injusticia abusar de una mujer sujeta a otro en lo que se refiere al uso de la facultad generativa que si lo está sólo en cuanto a su custodia. Por eso el adulterio es más grave que el estupro. Uno y otro se agravan si existe violencia. Por eso el rapto de una virgen es más grave que el estupro, y el rapto de una esposa es más grave que el adulterio. Todas estas especies se agravan si hay sacrilegio, tal como ya dijimos (a.10 ad 2).”[16]
Frecuentemente se ha citado muy acertadamente al padre Antonio Royo Marín, O.P., en su Teología moral para seglares, que a este respecto explica:
“La fornicación onanística, es la que se realiza de modo que sea imposible la generación. Cambia la especie del pecado, tanto si se emplean medios artificiales (preservativos, etc.) como si es por simple retracción natural. En ambos casos se comete un pecado contra la naturaleza, de suyo mucho más grave que la simple fornicación natural. En la práctica, sin embargo, cabe menor malicia subjetiva en un pecador ignorante que cree que de esa manera peca menos o hace menos daño; pero ocurriría lo contrario – o sea, aumentaría la responsabilidad de su pecado – si lo hiciera para pecar tranquilamente, sin exponerse a las cargas económicas o sociales que pueden sobrevenir de su acto. Es menos culpable ante Dios el que peca aceptando las consecuencias humanas de su pecado que el que las rechaza cómodamente para pecar con mayor facilidad” [17].
Sobre los “casos singulares justificados”
Sin embargo, el Papa ha hablado de “casos singulares justificados” y ha puesto como ejemplo puntual aquel donde un prostituto se sirve del profiláctico para no contagiar el virus del SIDA a sus clientes, como un intento de disminuir el riesgo y como un paso inicial de responsabilidad hacia una moralización mayor.
Ya se ha dejado claro que la fornicación onanística es de suyo más grave que la simple fornicación, pero sería simplista reducir la situación pensando que todo se reduce a esto. Hay que tomar en cuenta que cuando alguien consciente de ser portador del virus del SIDA, deliberada y voluntariamente tiene relaciones sexuales con otra persona, está cometiendo no solo un acto de simple fornicación, sino de suyo uno de mucho mayor gravedad ya que está atentando contra la vida e integridad física de esa persona.
Esto, dado que está consciente de que el SIDA es (y posiblemente seguirá siendo por mucho tiempo) una enfermedad incurable que desencadena casi irremediablemente (más tarde o más temprano) en la muerte de la persona infectada.
Y digo que está cometiendo un pecado es de mucha mayor gravedad que la simple fornicación, pues también “es pecado mortal todo pecado cometido directamente contra la vida del hombre” [18], y a este respecto explica Santo Tomás:
¿Es la fornicación el pecado más grave? …
“La gravedad del pecado puede medirse bajo dos aspectos: en sí mismo y por las circunstancias que lo rodean.
Considerado en sí mismo, se mide su gravedad por razón de su especie, la cual se considera por el bien al que el pecado se opone. La fornicación va contra el bien del hombre que ha de nacer, y por eso, en su especie, es un pecado más grave que los que se oponen a los bienes externos, como son el hurto y otros similares; pero menos grave que los pecados que van directamente contra Dios y que el pecado contra un hombre ya nacido, como es el homicidio” [19]
Así, desde el punto de vista objetivo, es más grave un intento de homicidio que una fornicación simple, y en este caso particular tenemos una situación en donde si tenemos que juzgar que pecado es más grave: si la fornicación onanística versus la fornicación junto con un intento de dañar la vida de otra persona, tendríamos que decir que la última es más grave. No aprobando la moralidad del primero, pero si reconociendo la mayor gravedad del segundo.
Por supuesto, no se está aquí justificando el consecuencialismo, porque éste juzga la moralidad objetiva del acto humano en base a sus consecuencias. Aquí por el contrario, se está juzgando la moralidad de los actos por su objeto y su intención, la cual en el segundo caso incluye un consentimiento de cometer un acto que dañará irremediablemente la vida de la otra persona, y cuyo objeto es también gravísimo e intrínsecamente desordenado.
No se trata pues de decir que las circunstancias o la intención hacen lícito un acto de suyo desordenado, pero si de reconocer que si pueden afectar la responsabilidad subjetiva del sujeto.
Es así donde si bien se puede concluir que ambos actos son objetivamente malos, a esto hay que sumar que la responsabilidad subjetiva del sujeto en el primer caso puede verse atenuada por su intención de evitar el contagio, mientras que en el segundo caso puede verse aumentada, por tu intención de contagiarla.
Esto también lo reconocen los moralistas, e incluso Antonio Marín ya citado previamente aclara que “En la práctica, sin embargo, cabe menor malicia subjetiva en un pecador ignorante que cree que de esa manera peca menos o hace menos daño” , el cual es exactamente el caso del que habla el Papa. Y así, sin reconocer como moralmente justificado el acto de utilizar el preservativo, pues es intrínsecamente desordenado, puede ser reconocido como “un primer paso de responsabilidad” en estas situaciones extremas. Y por supuesto que el Papa ha dejado claro que el preservativo no es la solución, pues ni siquiera desde el punto de vista sanitario se puede alegar que el riesgo de contagio se elimina completamente.
El razonamiento del Papa en este sentido me parece impecable.
ACTUALIZACION
Lo que he expuesto en este post, posteriormente fue reiterado por la Congregación para la doctrina de la fe AQUI
NOTAS
[1] El término en teología excluye aquellos actos que no se realizan libre y voluntariamente, los cuales se designan simplemente como “actos del hombre” siguiendo el criterio de Santo Tomás
[2] A este respecto dice el Catecismo de la Iglesia Católica “La libertad hace al hombre responsable de sus actos en la medida en que estos son voluntarios. El progreso en la virtud, el conocimiento del bien, y la ascesis acrecientan el dominio de la voluntad sobre los propios actos” CEC 1734.
[3] CEC 1750
[4] La razón por la que no basta la buena intención, sino que es necesaria también la recta elección de las obras, reside en el hecho de que el acto humano depende de su objeto, o sea si éste es o no es «ordenable» a Dios, a Aquel que «sólo es bueno», y así realiza la perfección de la persona. Veritatis Splendor 78
[5] Hay comportamientos concretos cuya elección es siempre errada porque ésta comporta un desorden de la voluntad, es decir, un mal moral. No está permitido hacer un mal para obtener un bien CEC 1761
[6] La mentira jocosa es aquella que es hecha simplemente por divertir, sin ofender a nadie. En esos casos se trata generalmente de una broma como. p. ej., las falsedades que el 28 de diciembre día de los Santos Inocentes se suelen decir entre amigos
[7] La mentira oficiosa es la que tiende a favorecer a una persona, una comunidad o una ideología. Los ejemplos de estas mentiras son numerosos; p. ej., los números inflados en las encuestas, determinados a influir en la opinión pública
[8] La mentira dañosa es la que va directamente a dañar la imagen de alguien
[9] CEC 1735
[10] CEC 1858
[11] http://es.wikipedia.org/wiki/Consecuencialismo
[12] Veritatis Splendor 79
[13] Veritatis Splendor, 80
[14] Mater Et Magistra, 193
[15] Humanae Vitae, 14
[16] Suma Teológica II-II (Qu. 154, a.12)
[17] Esta cita no la he podido tomar de su fuente primaria y la he reproducido tal cual se encuentra transcrita en distintos sitios webs.
[18] Suma Teológica II-II (Qu. 154, a.2)
[19] Suma Teológica II-II (Qu. 154, a.3)
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23 comentarios
Además, el original alemán no habla de justificación.
Comentario del blogger: Pienso que se deduce del contexto que hace referencia a la lucha contra el SIDA.
Respecto al uso o no de la palabra justificación, en mi opinión no hace realmente diferencia
Ahí al final A las 3:17, José Miguel. Ten mucho cuidado y mira eso bien antes de hablar de la "fornicación onanística" así como viene en determinados manuales.
Por cosas como esa, por lo que inmediatamente se deduce escandalosamente, es por lo que la Iglesia no ha asumido esos postulados así tan fácilmente.
En el Blog de Isaac hay otras cuantas cosas interesantes.
Los manuales de moral NO son Magisterio, y hay relativismo en abundancia. No por maldad, ojo, sino porque Dios no ha revelado tantas cosas como algunos se creen.
Comentario del blogger: De momento no consigo razón para suponer que lo que sostiene Santo Tomás respecto a esto, pueda no considerarse como válido (Y no soy de los que asumeno que todo lo que dice Santo Tomás puede sostenerse a la luz del Magisterio).
Por eso afirmé que no encontré definiciones magisteriales que sostuvieran que la fornicación onanística es más grave que la simple fornicación.
El colofón del asunto es que Royo Marín bebe de unas cosas de Sto. Tomás, otras las desecha, y añade de su cuenta, pero si en su catalogación se siguen los mismos criterios de Sto. Tomás, no hay vuelta de hoja:
Sería objetivamente más grave un preservativo con la esposa o novia, que el incesto con una hija menor, o una violación o el mismo adulterio, siempre claro que estos se hagan SIN preservativo.
El sentido común no se puede perder, y es muy arriesgado como se está haciendo, ir tomando cosas de unos y otros, sobre todo cuando los puntos de partida son tan radicalmente distintos, y mezclarlas.
Es evidente además que el propio Magisterio en sus encíclicas familiares no emplea ni la terminología, ni los esquemas ni las prioridades morales que usa Sto. Tomás.
Aparte, claro está, aquí no se han visto montones de otros teólogos que no opinan así.
Hasta en el blog de Isaac se citan considerandos de Royo Marín claramente "relativistas", donde la gravedad del pecado depende de la época y las circunstancias legales (incesto por ejemplo).
Es decir, que algunos claman contra el Papa supuestamente por saltarse un Magisterio de la Iglesia, que lejos de existir, es un embrollo en sí mismo y que en algunos asuntos llegan claman bastante contra el sentido común.
Por ejemplo, que la pederastia efebofílica heterosexual sea algo menos punible que fornicar con una prostituta CON preservativo.
Se entiende que el Magisterio no tenga nada de eso asumido en sus Encíclicas.
Comentario del blogger: Por supuesto para mi en este punto todavía no hay nada claro, pero a falta de evidencia que apunte en sentido contrario, me parece que es de tomar en cuenta lo que sugiere Santo Tomás. Y no tanto a las gradaciones de pecados que expones, sino puntualmente a la fornicación simple versus la fornicación onanística.
Lo cual tiene más sentido, porque a la persona que sabe con certeza que tiene la enfermedad parece más difícil aplicarle atenuantes: él sabe perfectamente que está jugando a la ruleta rusa con sus clientes, puesto que hasta el más fanático partidario del preservativo sabe que no elimina todos los riesgos.
En cambio a la persona que, sin tener el SIDA, tiene prácticas de riesgo sí que es más fácil atribuirle esa buena intención.
En mi opinión, la única actitud ética del que tiene SIDA es, primero, decírselo a su pareja, y segundo abstenerse completamente de relaciones.
Comentario del blogger: Dado que ese fuese el caso, ya que la persona del caso en cuestión por dedicarse a la prostitución tiene una altísima probabilidad de contraer la enfermedad y a su vez de contagiarla (sobre todo en países donde la mayor parte de la población la tiene), habría en cada acto fornicario una malicia adicional subjetiva, por estar consciente de que se puede estar afectando de manera irreparable a otros.
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Cuando tengas un rato tranquilo, míralo despacio. No es que YO exponga gradaciones de pecados.
Es que es Sto. Tomás, y no hay forma de salir de ahí, quien inapelablemente te lleva a decir que fornicar con una novia CON preservativo, será siempre, bajo cualquier aspecto, un pecado mucho más grave que la violación, la pederastia(hetero), el incesto etc.
Eso es así José Miguel, SIEMPRE que quieras considerar que el preservativo cambia la especie del pecado para situarlo el lo anti-natura. Es decir, si sigues lo que has escuchado decir por aquí.
NO puedes eliminar la catalogación sin cargarte el propio pensamiento de Sto. Tomás. Es de sentido común.
Si aceptas lo uno, te quedas con lo otro.
Comentario del blogger: Lo tendré en cuenta.
Un dato interesante Hermenegildo me ha dicho en otro tema, que la Iglesia acepta usar preservativos en parejas casadas con Sida que se lo dijó un numerario del Opus
Cosa que desconocía, porque por declaraciones similares se trataba de hereje al Cardenal Martini, po rparte del integrismo
Si esto es así el argumento de que el condon impide que el acto sexual sea unitivo, carece de sentido, alguien me puede explicar si esta afirmacion es cierta?
Comentario del blogger: Es falso que la Iglesia acepta el uso de preservativos en caso de SIDA, el único recurso que reconoce como lícito para evitar el contagio es la abstinencia.
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/11/26/espana/1290780006.html
Aclarense en La Iglesia Sr.Arraiz.
el jesuita Juan Antonio Martínez Camino.(PORTAVOZ OBISPOS)
ACLARENSE
Ahora a lo mio, nunca entendi el por que de esa obsesion por la sexualidad, hasta el detalle, de la iglesia, desde el vicario de cristo hasta mi humilde persona, ignorante y quizas falto de fe.
para otros temas morales, o se pasa de puntillas o se abre el paraguas de la tradicion, la revelacion, las enciclicas, y demas cosas para cerrar bocas o guiar hacia intereses mas mundanos pero mas beneficiosos, para nosotros.
a este se le va la pinza, direis, pues si seguro que si, pero yo a lo mio
nos preocupamos por el tema del condon, cuando dentro de nuesta igleia hay temas de los cuales ni leo ni oigo cosas distintas a las de siempre, que pasa que el espiritud no sopla en nuestra epoca, jesus no se sigue revelando en todos, solo lo hace en los mismos, no podemos ni tan siquiera escuchar, meditar, interiorizar, lo que otras voces dicen, no digo cosas esenciales a la fe, al evangelio.
pero tradicion siempre es cosa de hombres, en muchas epocas pudo haber errores que se combierten en tradicion y son asumidos como algo inamovible que no se puede ni pensar en cabiar una coma
2.-Dice tu Jose Miguel que "es falso que la Iglesia acepte el uso del condon en caso de SIDA..." .. me guastaria si puedes, me citata algun texto doctrinal al respecto que lo haga de manera explicita, es decir, que no lo acepta en ningun caso... Y no vengan Catolicus con exegesis aquinatinas... que el sida y el condon no eran problemas planteados en los tiempos del Aquinate... Y eso de decir, que el uso del condon en una pareja de novios es mas grave que una violacion o la pederastia, es simple exageracion fanatizada y por demas ciega (que no implica la aprobacion del mismo como tal)... que se le olvida la gradualidad de consecuencias de los actos y opciones humanas como elementos a juzgar por la moral... Agrego Jose Miguel que lo que ha dicho el Papa no es nada nuevo, porque eso ya lo han dicho inmensidades de parrocos en sus parroquias... teologos catolicos y por si fuera poco, de forma mas o menos directa, cardenales de la Santa Madre Iglesia... como Martini, Tettamanzi, Lozano Barragán, Cottier... Es decir, sobre la aceptacion del condon en circunstancias espicifica como las que ha mencionado el Papa... y agunas otras... Lo nuevo de todo esto, y en ese sentido un cambio como tal, es que tal afirmacion estuviera por primera vez en la boca de un Papa....
Comentario del blogger: Norverto, para mi es irrelevante si se trata de prostituto o prostituta, pues el Papa ya aclarado que para él da lo mismo.
Si te fijas yo los textos que enseñan que es ilícita toda acción que en la cual se intenta hacer el acto conyugal infecundo los dí en el post. Hay una recopilación parcial también AQUI.
Ahora bien, yo no digo que lo que ha sostenido el Papa es "algo nuevo", mi posición es más bien distinta: y es que lo que dice está acorde con la doctrina de la Iglesia y por eso estoy de acuerdo.
Por supuesto que no es válido decir que es lícito usar preservativo en el acto conyugal para evitar contagiar la enfermedad, todo lo contrario: Aquel que sabiendo que tiene SIDA tiene relaciones con su esposa, sabiendo que el preservativo no la protege completamente, está cometiendo también un acto grave porque pone en riesgo su salud y su vida deliberadamente. La única forma de protegerla completamente es por medio de la abstinencia.
Un ejemplo: ¿Te gustaría ver a tu esposa jugando la ruleta rusa?. Eso es lo que estarías tu haciéndole hacer, al tener relaciones sexuales con ella estando infectado.
Mención a parte merece Catholicus, que lleva una semana insistiendo en una posición que la Iglesia rechaza tajantemente. Es preocupante lo de este personaje.
Un ejemplo: ¿Te gustaría ver a tu esposa jugando la ruleta rusa?. Eso es lo que estarías tu haciéndole hacer, al tener relaciones sexuales con ella estando infectado."
Bueno esa es tu opinión, pero aquí ya mencionaron a varios Cardenales que tienen una opinion distinta, existe algun documento que diga algo al respecto?
Yo encontre esto en la Humanae Vitae
"La Iglesia, en cambio, no retiene de ningún modo ilícito el uso de los medios terapéuticos
verdaderamente necesarios para curar enfermedades del organismo, a pesar de que se siguiese
un impedimento, aun previsto, para la procreación, con tal de que ese impedimento no sea, por
cualquier motivo, directamente querido (19). "
Claro que aquí no habla del condon, sino de tratamientos que dejan esteriles
Comentario del blogger: En estos casos entiendo que se refiere a aquellas medidas terapéuticas cuya finalidad principal no es la de impedir la contracepción y como como efecto colateral la causan (principio de voluntario indirecto). En estos casos de no hacer nada y abstenerse de usar esa medida la vida de la persona podría verse afectada. En que tu presentas, en caso de no hacer nada (abstinecia) la vida de la persona no se vería afectada.
Me explico con un ejemplo: Imagina que alguien pretenda ponerle un chaleco antibalas ("medida terapéutica") a una persona, porque piensa dispararle muchas veces con un arma cargada. ¿Qué es lo correcto? ¿Qué se ponga el chaleco para que la otra persona pueda dispararle?, ¿o simplemente que no se exponga a los disparos?
En mi caso, yo que tengo ya 12 años casado y amo a mi esposa, en caso de contraer la enfermedad, sería incapaz de tocarla, sabiendo que si el preservativo falla (que tarde o temprano fallará) terminaré dañando su vida irreparablemente.
2.-Me permito corregirte y ser mas especifico en el lenguaje que atribuyes a los textos doctrinales. Recuerda que Pablo VI esta hablando de parejas casadas. Esta hablando de actos conyugales. Además hablas de "toda acción"... pero referido al acto conyugal. Y aquí se esta aplicando, indiscriminadamente un juicio moral dentro de una condición especifica a otra condición totalmente ajena a la especie tratada en cuestión. Y afinando un poco mas, no solo se juzgan acciones, sino fundamentalmente qué intenciones u opciones tienen las acciones. Y no por afanarte la vida con casuística: Pero que decir del recurrido caso de una atleta que esta en las Olimpiadas y toma una píldora para evitar la ovulación (para poder participar de su competencia)? O que decir, de la mujer o la joven incluso menor de edad que va camino a USA por México y que sabe que en cualquier momento puede ser violada y se inyecta un anticonceptivo de manera temporal para si sucediera tal violación no quedar embarazada? O te parece que un violador que usa un condón para no dejar rastros de semen en la víctima actúa contra la procreación en el acto unitivo (con violencia por supuesto), que como tal no es un acto conyugal. Aunque puedas comenzar a tipificar la retahíla de pecados cometidos en este ultimo caso... pero en fin, ha habido un acto sexual... José Miguel, no podemos extrapolar así por así la especificidad del objeto en cuestión que trata un documento doctrinal a situaciones que allí no se contemplan... Además, la Iglesia no puede establecer una moralidad de los actos intrínsecamente malos. Sin embargo, si puede juzgar dichos actos en base a las acciones y opciones de las partes involucradas. Si este es el caso, que aconsejar cristianamente? El vocero de los Obispos de España dijo ayer que nunca se puede aconsejar el condon... (mas, dice el Papa que “en atención de reducir el peligro de contagio, (seria) un primer paso en el camino hacia una sexualidad vivida de forma diferente, hacia una sexualidad más humana") y yo me pregunto: Ni indirectamente se puede aconsejar? Acaso eine Prostituierte que venga a confesarse y tal es su situación... que le voy y decir?... Acaso una persona de estas deja de serlo de la noche a la mañana, porque se haya confesado? Al menos las experiencias de trabajo de la misma Iglesia en este orden y la mia en particular sabemos que no. Como vez este campo se muestra siempre problemático, sobre todo cuando entramos en el tratamiento de los casos específicos.
3.-Veo aquí y en otras interacciones blogueras que se recurre mucho a St. Tomas. Me parece que hoy se presentan situaciones que el aquinate ni las soñó. Por lo que me parece que hay que ir con mas cuidado por aquello de lo anacrónico, no del pensamiento de Sto. Tomas, sino por aquello del tiempo y su contexto. Además me pregunto si es honesto citar a diestra y siniestra, como veo también en otros lados, a Tomas y otras referencias antigua. Lo digo por dos razones básicas: a.-Si asumiéramos las reflexiones de Tomas (hombre de su época) en torno a la sexualidad tendríamos que asumir el natalismo mas salvaje posible... y hoy a todas luces no es posible pensar así... aunque algunos lo promueven. b.-En consonancia con lo anterior, vale recordar que hasta hace menos de un siglo nuestra Iglesia hablaba del matrimonio de una manera tan "excelsa" que una de las mejores definiciones rezaba así: "remedio para la concupiscencia".
Prefiero, como ha hecho el Papa, poner en la palestra un tema, que no reducido a la especificidad de un preservativo y su uso, puede hacernos avanzar en las reflexiones de estos y otros temas a lo interno y externo de nuestra propia Iglesia. Hay muchos en nuestra Iglesia mas preocupado de si una afirmación esta en concordancia en forma y significado con el pasado, porque así fue y así se hizo. Prefiero el riesgo evolutivo, en su comprensión y conocimiento de las verdades reveladas (evolución del Dogma) que el estatismo paralizante de una teología manualistica o simplemente teología de encíclicas.
Salud y bendiciones
Comentario del blogger: 1. El comentario lo hago porque el Papa hizo la aclaración por medio del director de la oficina de prensa de la Santa Sede (el padre Federico Lombardi)
2. Yo no se si me has entendido bien, pues he dicho más bien que "parece que las declaraciones del Magisterio que señalan el uso de medidas contraceptivas como intrínsecamente malas, lo hacen para referirse a aquellas empleadas en actos conyugales dentro del matrimonio.. Yo no he hecho referencias a los casos que mencionas también excepcionales (protegerse de una violación, un atleta que va para una competencia que queda infecundo temporalmente por voluntario indirecto, etc.). Si quieres entender lo básicamente lo que he intentado exponer en el post te invito a leer el artículo que publicó el padre José María Iraburu titulado "Anticoncepción", pues yo estoy de acuerdo con él.
3. Respecto a este punto he citado a Santo Tomás porque no he encontrado nada en la enseñanza de la Iglesia hasta el momento que haya corregido esta enseñanza, sino que por el contrario la veo factor común entre teólogos y moralistas. Pero tampoco soy de quienes piensan que hay que canonizar cada doctrina expuesta por el doctor.
Yo me abstengo de usar el término "evolución" del dogma porque el concepto de evolución es incompatible con la fe cristiana pues cuando algo evoluciona es inicialmente otra cosa y termina siendo otra de naturaleza distinta. La doctrina cristiana en este sentido no evoluciona, sino que se desarrolla, lo cual es sustancialmente distinto. (Este tema lo traté AQUI)
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Jejeje.. por eso en vez de documentos vienen todos a dar la tabarra personal con ad hominem`s.
Carlos Q, puede parecer que yo defienda una "posición", pero es solo que lo parece.
Lo único que yo he defendido hasta ahora es lo mismo que acaba de refrendar el P. Iraburu, este blogger y Daniel Iglesias entre otros por aquí. Desde Roma, indirecta o más directamente, ya lo han recordado varios voceros:
La anticoncepción solo está aplicada magisterialmente en el ámbito conyugal. Fuera de él, hay silencio completo.
Dejad de dar coces al aguijón y sigamos con esa verdad asumida, que no todo se acaba ahí, sigue habiendo muuucho campo.
Es "el mundo", los políticos, los colegios y los medios los empeñados en pasarse 24 horas al día hablando y mostrando sexo, de todos los colores, preservativos, adulterios etc, etc, etc.
La Iglesia habla de amor, de fidelidad, de entrega, de compromiso, de vida, de honestidad, de no ser cabras locas.
Seamos honestos, y no te dejes engañar.
Comentario del blogger: Yo me refiero a la doctrina cristiana, en la cual no cabe el concepto de evolución. Las verdades fundamentales de la fe cristiana serán las mismas hoy i siempre, aunque el entendimiento y comprensión que de ellas tenga la Iglesia aumente a medida que el pueblo de Dios reflexiona sobre el depósito de la fe. Esta es mi posición al respecto y profundizaría más en ella, pero sería desviar el hilo del post, lo cual evito hacer por respecto a los lectores.
Y lo peor de todo es que muchos católicos, intentan justificar esas declaraciones e incluso decir barbaridades, como por ejemplo decir que eso lo ha mantenido siempre la doctrina católica. ¿Desde cuándo?
Si mañana el Papa dice que la masturbación en caso de necesidad fisiológica es aceptable por la doctrina católica, seguro que también todos intentan decir que si, que por supuesto, que eso siempre ha mantenido la DSI.
Verdaderamente estoy consternado con unos y con otro, además de perjudicado.
Comentario del blogger: Por tu comentario da la impresión de que no entendiste que dijo el Papa, pero de cualquier modo eres libre en no estar de acuerdo.
Yo comparto la opinión de que sería mucho mas sensato abstenerse de relaciones sexuales, si uno de los conyuges tiene el Virus del Sida, pero la pregunta es, hay algun texto al respecto que diga que esa es la unica opción, o es como dice el padre Ramiro del Opus Dei, y que es profesor de TEología Moral
"
Este es un caso más delicado.
Mi opinión es:
1. En el caso de un cónyuge contagiado aún usando el condón el contagio al otro se produce en el plazo de un año (eso dicen las estadísticas)
2. Aún con dudas, me parece que no sería éticamente malo utilizarlo, porque propiamente no estamos ante un acto voluntariamente hecho anticonceptivo, sino que lo voluntario es el no contagio.
3. No me parece muy clara la aplicación del mal menor, sino la explicación que doy en 2 "
Comentario del blogger: En mi opinión no es que es mucho más sensato la abstinencia, sino que es la única opción válida, a menos que la persona no valore la vida de su pareja y no la ame de verdad.
Que bueno que señales que es tu opinión, porque el Magisterio no esta claro al respecto, tan no esta claro, que la teoría sostenida por el Sacerdote del Opus Dei que menciono, ha sido sostenida por varios Cardenales romanos, entre ellos Lozano Barragan, el cardenal Cottier, el fallecido Lustiger, ninguno de los tres "sospechosos" de "progresismo"
Comentario del blogger: En mi opinión también el Magisterio está bastante claro a este respecto y sostiene lo que te he dicho.
Pero para mi aunque el Magisterio no me lo hubiera dicho, es cuestión de sentido común. Yo no tengo que esperar una declaración dogmática para saber que no debo cometer actos que pongan en peligro la vida de mi esposa. Esto está en los mandamientos y lo sabemos por la Ley Moral que está inscrita en nuestras conciencias
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Carlos Q,
En Infocatólica, blog de Bruno, posición sostenida por un sacerdote muy humilde y nada sospechoso de progresismo, lo que le enseñaron sus profesores bien ortodoxos. Pontificio Instituto Juan Pablo II, de estudios sobre el matrimonio y la familia:
"La intención creadora de Dios va ligada al acto conyugal, y por lo tanto al matrimonio. Forma parte de la ley natural, es decir que corresponde al matrimonio natural. El matrimonio canónico y sacramental sigue siendo un matrimonio natural, pero elevado por la gracia a sacramento entre los bautizados... *****Fuera de el acto conyugal no puede haber voluntad creadora de Dios, porque entonces Dios se contradiría a sí mismo al expresar una voluntad positiva como consecuencia de un acto que Dios no puede ni concebir, pues va contra su voluntad."*****
No confundir con actos conyugales.
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