(El Periódico de Aragón) La reivindicación de Fapar - también defendida por algunos partidos políticos y sindicatos de izquierda- pertenece a una serie de peticiones efectuadas por el colectivo en vísperas del comienzo de las clases. Además del ahorro, desde Fapar se advierte de que la supresión de la religión del horario aportaría otras ventajas. “A los alumnos que acuden a clase de religión se les trata con mimo y cuidado mientras que los que no, pierden el tiempo miserablemente”, expuso el presidente de la asociación aragonesa, Juan Ballarín.
El estudio de la religión es la opción preferentemente elegida por la gran mayoría de los padres para sus hijos. De hecho, el número de alumnos que acceden a ese aprendizaje en el segundo ciclo de Infantil es más del doble que el de los matriculados en Atención Educativa, la alternativa en enseñanzas obligatorias. En Primaria, el porcentaje todavía es mayor y el número de alumnos que cursan el aprendizaje de alguna doctrina religiosa triplica a los que no lo hacen.
Sin embargo, todo cambia al llegar a la ESO, donde Atención Educativa se impone sobre religión, que pierde adeptos hasta quedarse en la mitad (9.449) de los que optan por la alternativa (18.834). En Bachillerato, el número de los que no cursan doctrina alguna es seis veces mayor que los que estudian la religión católica.