(El Mundo/InfoCatólica) A las diez y media de la mañana, un grupo de unas 25 personas fue llegando a la puerta del complejo del Valle para intentar acceder a la basílica donde ofician una misa todos los sábados. Sin embargo, la Guardia Civil, aduciendo que se están haciendo obras y «por orden de la superioridad», les impidió el paso. El grupo estaba especialmente enfadado porque quería orar por las intenciones del viaje del Papa a España, que se estaba iniciando a esa misma hora.
Hasta la fecha los Benedictinos había mantenido silencio, pero sin embargo ayer el padre prior bajó de la hospedería para explicar a la Guardia Civil que lo único que pretendían los fieles era escuchar Misa en la basílica, que fue oficiada aunque sin esos fieles. Algunos de los presentes señalaron que ésta era una situación que no se producía en Europa desde hace muchos años. «El poder político nos impide acudir a un acto religioso, cuando ellos saben que desde la entrada no tienen ningún derecho pues según la Ley de Memoria Histórica este es un recinto sagrado en el que manda la Iglesia», dijeron.
Las negociaciones entre uno de los mandos y los católicos llegaron en un momento al esperpento. El agente les dijo que si iban a ver a los monjes podían pasar. Sin iban a misa no. La respuesta fue que ellos no iban a ver a los sacerdotes sino a la Misa. «Pues entonces no entran», dijo el agente. La discusión duró cerca de una hora hasta que todos comprendieron que la misa ya había terminado, por lo que decidieron abandonar el lugar, no sin antes anunciar una querella criminal contra el Gobierno.
La Iglesia de Madrid estaba informada y apoya a estos católicos, a los que por otra parte pidió que no se produjeran problemas de orden público durante la petición de sus derechos civiles y religiosos. Hoy domingo se puede dar la circunstancia de que los monjes benedictinos salgan al exterior de las instalaciones para celebrar la Misa al aire libre.