(CNA/InfoCatólica) Una parroquia rural de Oklahoma azotada esta semana por un potente tornado sufrió graves daños, especialmente en su salón parroquial. Sin embargo, entre los escombros, los cristales rotos y los vientos de hasta 175 millas por hora, el tabernáculo de la iglesia, que contiene el Cuerpo de Cristo, permaneció intacto.
El padre Emmanuel Nduka, pastor de tres iglesias locales, incluida la de Santa María, dijo a CNA que la supervivencia del tabernáculo sirvió como señal de la presencia de Dios en medio de la devastación de la pequeña ciudad de Barnsdall, en Oklahoma.
«Dios tiene el control. No hay razón para que nuestra iglesia siga en pie después de lo que ocurrió en Barnsdall el domingo por la noche», dijo el sacerdote a CNA.
Nduka vive en un pueblo vecino, a 30 minutos de Barnsdall, pero el 7 de mayo por la mañana, en cuanto se enteró de los daños sufridos por la iglesia, corrió hacia allí. No había nadie en el edificio de la iglesia en el momento del tornado; la estructura de piedra del propio edificio de la iglesia sobrevivió, mientras que el salón parroquial de al lado quedó «completamente arrasado».
La puerta de la pequeña iglesia parroquial quedó destruida, y la fuerza del viento apocalíptico destrozó las ventanas de la iglesia, continuó Nduka.
«El viento entró de verdad en la iglesia. Así que es muy, muy alucinante ver que el tabernáculo seguía en pie en el santuario, y que la luz del santuario seguía encendida», dijo Nduka.
Dijo que cuando entró en la iglesia, inmediatamente se inclinó y dio gracias a Dios por «mostrar su presencia».
El Servicio Meteorológico Nacional de Tulsa concluyó que el tornado del 6 de mayo que azotó Barnsdall fue un EF4 con vientos de entre 165 y 175 mph. Dejó un rastro de destrucción de 39 millas, causando graves daños a árboles, viviendas y empresas, incluida una refinería local que proporciona muchos puestos de trabajo. Los daños fueron tan graves que la trayectoria del tornado era visible desde el espacio.
Según las noticias locales, entre 30 y 40 casas resultaron dañadas o destruidas en Barnsdall, incluida una residencia de ancianos. Se ha confirmado la muerte de una persona y otra sigue desaparecida desde el viernes.
Nduka dijo que había decidido celebrar misa el próximo domingo en la iglesia «como signo de esperanza». La limpieza ha ido progresando y se han restablecido los servicios públicos, dijo, por lo que están preparados «en más de un 90%» para celebrar misa en la iglesia el domingo.
La Diócesis de Tulsa ha sido «muy, muy solidaria», comentó el sacerdote, añadiendo que ha hablado con el obispo, y el canciller ha salido a visitar el lugar. Dijo que la parroquia está en proceso de trabajar con su proveedor de seguros, pero es probable que se necesiten más fondos para una recuperación completa. La diócesis ha animado a las personas que deseen apoyar a la parroquia a hacer donativos al fondo parroquial de la diócesis y seleccionar «St. Mary Barnsdall» para asegurarse de que su donativo se destina a las labores de socorro.
Nduka pidió oraciones para su comunidad parroquial, diciendo que muchas personas, especialmente los hombres de la parroquia, se han unido tras el desastre para ofrecer ayuda.
«Les estoy muy agradecido, porque tenemos hombres que aman tanto a su iglesia y están dispuestos a ayudar de cualquier forma para que la iglesia siga adelante», dijo el sacerdote.
«Necesitamos la oración de la gente de buena voluntad, para tener fuerza... sabiendo que Dios tiene el control y que nos recuperaremos mejor y más fuertes».
