(AsiaNews/InfoCatólica) La Comisión Justicia y Paz de la Conferencia episcopal de Bangladesh (EC-JP) condena decididamente la nueva ley sobre los matrimonios de menores, aprobada por el gobierno de Dacca el 27 de febrero. Su presidente, Mons Gervas Rozario, obispo de Rajshahi, explicó a AsiaNews que el Parlamento «cometió un grave error la ley, manteniendo inalterada la previsión de la ‘circunstancias especiales’».
El obispo hace referencia a la norma más rechazada de la ley, que permite los matrimonios en algunos casos específicos, por ejemplo los «embarazos accidentales o ilegales», de modo que se pueda «salvar el honor de la muchacha». «Me esperaba -agrega Mons. Rozario- que el gobierno anulase del todo los matrimonios de menores en Bangladesh. En cambio ahora, con la cláusula de las ‘circunstancias especiales’, el número de las uniones entre niños aumentarán».
Las disposiciones de la norma establecen que la edad legal para contraer matrimonio es de 21 años para los varones y 18 para las mujeres. Para los activistas, en realidad la cláusula legalizada a todos los efectos las bodas celebradas para reparar embarazos fruto de violencia sexual, muy difundidos en el país. La opinión es compartida por el obispo de Rajshahi, que declara: «Bangladesh es un país corrupto, ahora muchos tutores podrán organizar matrimonios entre menores. La policía y los activistas no podrán hacer más nada para impedirlos».
Algunas cifras
Datos oficiales demuestran que Bangladesh es el país asiático con la tasa más elevada de esposos y esposas niños. El 52% de las esposas tiene menos de 18 años y el 18% menos de 15 años.
Rechazo de la nueva ley
«Nosotros en cuanto Iglesia Católica- dice Mons. Rozario- no nos atendremos a la nueva ley, sino que continuaremos considerando los límites de los 18 años para las mujeres y los 21 para los hombres».
Ayesha Khanom, presidente de la organización femenina Bangladesh Mahila Parishad, afirma: «Es una verdadera vergüenza y una tristeza para todas nosotras”. Kazi Reazul Hoque, presidente de la Comisión nacional por los derechos humanos, concluye: «Hemos probado en todos los modos tratar de cancelar las “especiales circunstancias” pero al final las dejaron en el texto. La ley no ayudará a detener los matrimonios entre niños».