(Fides) Las fotografías de esta reunión, que tuvo lugar en una sala de conferencias de Qaryatayn, se publicaron a finales de agosto. En el vídeo se pueden ver en el fondo por lo menos cincuenta cristianos, todos hombres, sentados en la sala, mientras que algunos de ellos, en un primer plano, son llamados a una mesa para firmar el «contrato» delante de un militante del Estado Islámico (Daesh). Entre los presentes en la sala, se puede ver la figura del Padre Jacques Murad, secuestrado en el monasterio de Mar Elián el pasado 21 de mayo. El monasterio fue posteriormente destruido por los yihadista Estado Islámico en agosto.
En el contrato firmado por los cristianos, que también es encuadrado en el vídeo, el Daesh garantiza a los bautizados el no saquear sus bienes, ni obligarlos a cambiar su religión y «no hacer daño a ninguno de ellos». Los cristianos, por su parte, se comprometen, entre otras cosas a no exponer cruces encima de sus iglesias, a no utilizar amplificadores, a no tocar las campanas, a no conspirar contra el Estado islámico, a no realizar ceremonias y liturgias en lugares públicos y a pagar el impuesto pro cápita, que varía dependiendo de su nivel social, que puede ser pagado en dos cuotas anuales. El contrato termina advirtiendo que aquellos que violan las reglas serán tratados por el Estado Islámico de la misma manera que los enemigos de guerra.
La jizya es el impuesto que hasta el siglo XIX todos los no musulmanes estaban obligados a pagar a las autoridades islámicas como cláusula del «pacto» que garantiza la protección de las agresiones externas y la libertad de culto, dejándolos exentos del servicio militar y del pago de la Zakat, el impuesto religioso prescrito por el Corán a todo musulmán, que es uno de los «cinco pilares» del Islam