(ArchiSevilla) Según relata en la citada carta, el ISCR fue una de sus prioridades desde que llegó a Sevilla, consciente de las dificultades que su erección entrañaría: «Os confieso que asumí este reto como una verdadera prioridad. Hablo de reto porque era totalmente consciente de las dificultades que ello entrañaría. Unos meses antes de mi toma de posesión, la Congregación para la Educación Católica había publicado una Instrucción sobre los Institutos Superiores de Ciencias Religiosas, en la que se endurecían las condiciones que debían cumplir los institutos ya erigidos, cerrando prácticamente las puertas a la creación de otros nuevos».
El arzobispo destaca el trabajo realizado por el director, Antonio Bueno, desde la creación del ISCR, y califica la confirmación del decreto de erección canónica como «un respaldo de todo el trabajo que hemos realizado en estos tres años. Significa además un refrendo y una garantía de que el Instituto está cumpliendo escrupulosamente lo que exige la Congregación y que -añade- estamos impartiendo una formación filosófica y teológica de calidad».
Destaca también que el Instituto vertebre y coordine la formación del laicado, «tarea imponente en la que están colaborando de forma destacada muchas delegaciones diocesanas, movimientos y asociaciones». «Todo ello, con un claro objetivo: la formación desde la comunión, pues ambas realidades tienen que ir de la mano», concluye.