(Zenit) El reportero fue el primero de los occidentales en morir en un ritual que Emwazi ha repetido otra media docena de veces delante de las cámaras del aparato propagandístico de los terroristas.
Durante el doloroso cautiverio de su hijo, que duró casi dos años, Diane dio muestras de una fortaleza enorme al poner en marcha la fundación que lleva el nombre de James Foley y que trata de apoyar el trabajo de periodistas en zonas de conflicto.
Poco después de la muerte de Jim, como era conocido, su madre dijo qué le diría al terrorista si un día se lo encontrase cara a cara: «Lo que hacéis no es de Dios».
Apoyada en una profunda fe, Diane Foley en ninguna ocasión ha expresado odio hacia los terroristas que capturaron y ejecutaron a su hijo.