(ACI Prensa/InfoCatólica) El Pontífice habló sobre el Evangelio de la liturgia dominical, en el que Jesús comienza a predicar en Galilea. «El anuncio de Jesús es similar al de Juan, con la diferencia sustancial de que Jesús no indica más que debe venir otro: es Él mismo el cumplimiento de las promesas; es Él la buena noticia para creer, para acoger y para comunicar a los hombres y a las mujeres de todos los tiempos a fin de que también ellos confíen a Él su existencia».
El Papa enfatizó que «Jesucristo en persona es la Palabra viviente y la palabra que actúa en la historia: quien lo escucha y lo sigue entra en el Reino de Dios».
Jesús, indicó, «es el cumplimiento de las promesas divinas porque es Aquel que dona al hombre el Espíritu Santo, el 'agua viva' que calma nuestro corazón inquieto, sediento de vida, de amor de libertad, de paz: sediento de Dios».
El Santo Padre recordó a los miles de congregados en la Plaza de San Pedro, que ha sido el mismo Jesús el que lo ha revelado «a la mujer samaritana, cuando se han encontrado en el pozo de Jacob».
Y precisamente las palabras de Cristo a ella, «Dame de beber», han sido el tema de la anual Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que concluye hoy.