(InfoCatólica) Marlise estana embarazada de 14 semanas y el estado de Texas prohibe al personal sanitario interrumpir la vida de una mujer encinta. Desde entonces han pasado casi dos meses y Marlise permanece conectada a las máquinas salva-vidas, mientras los médicos controlan los latidos del corazón del feto que ya llega a las veinte semanas. Para Lynne Machado, madre de Marlise, está en juego «la voluntad de nuestra hija que el Estado de Texas no tiene intención de respetar». En los Estados Unidos hay 31 Estados que limitan el poder de desconectar a mujeres encintas enfermas terminales.
Este caso recuerda al de la italiana Carolina Sepe, que ha dado a luz después de cuatro meses de coma vegetativo, después de recibir un disparo en la cabeza, y que ha fallecido el 4 de enero en el hospital Cardarelli de Nápoles. Y en América hay polémica desde hace algunos días con Jahi McMath, la niña de trece años declarada cerebralmente muerta después de una operación de amígdalas: su corazón aún late y los padres la han llevado a una clínica en la que pueda continuar siendo atendida.