(Zenit) El vicario episcopal de Kaliningrado, monseñor Jerzy Steckiewicz, ha explicado que, en la actualidad, la promoción de la familia es el reto más importante que afronta la Iglesia en Rusia.
Según ha señalado a la asociación católica internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada, la debilitación de la institución familiar es perjudicial para toda la sociedad, razón por la que una de las tareas más importantes de la Iglesia es apoyar a las familias.
"Necesitamos familias felices que den testimonio de la fe", ha subrayado. Dado el alto índice de divorcios, la Iglesia rusa concede especial importancia a una buena preparación para el matrimonio. El prelado recalca que la familia debe ser verdadero hogar de amor, porque ello revierte en el futuro del país.
Informa que la Iglesia católica dirige en Kaliningrado un "centro de ayuda a las familias", donde se organizan ponencias y cursos de expertos sobre educación infantil, planificación familiar, pastoral matrimonial, etc.
Además, la Iglesia católica contribuye con numerosas actividades al "Año de la Familia", declarado, para toda Rusia, por el ahora ex presidente Vladimir Putin, y también invita a clérigos ortodoxos a sus actos.
A monseñor Steckiewicz le satisface el hecho de que en Rusia se haya abierto un debate sobre el aborto. La Iglesia católica y la Iglesia Ortodoxa Rusa se esfuerzan por igual en concienciar a la gente del valor de la vida, porque en los tiempos comunistas el aborto era una forma de planificación familiar prácticamente normal.
El vicario episcopal explica que, en estos momentos, está naciendo la conciencia de que se trata de algo "grave y perjudicial", circunstancia que resulta esperanzadora, pues es importante que los cristianos católicos y ortodoxos defiendan conjuntamente el valor de la vida.
También señala que el contacto con la Iglesia Ruso-Ortodoxa es siempre muy positivo, y añade que es triste que los cristianos ortodoxos de su región dispongan de tan pocas iglesias. Según él, un importante elemento unificador de las Iglesias Ortodoxa Rusa y Católica reside en "asumir una responsabilidad sociocaritativa en los diferentes niveles de la sociedad desde un trasfondo de valores cristianos compartidos".
En Kaliningrado, que con un cinco por ciento de católicos es la zona con más representación católica de Rusia, se registran cada vez más bodas y bautizos católicos, informa el vicario episcopal.
En la ciudad y la región del mismo nombre, que hasta el fin de la II Guerra Mundial pertenecieron a Alemania, para después pasar a ser un enclave ruso con acceso al Mar Báltico ubicado entre Polonia y Lituania, estuvieron prohibidas todas las parroquias cristianas durante el comunismo. Hasta 1985 no se volvió a fundar una parroquia ortodoxa, y en 1991 surgieron una católica y una protestante. Actualmente, la región cuenta con 23 parroquias católicas.
El prelado señala que bodas, entierros y bautizos son una forma importante de volver a conducir a la fe a personas con antepasados católicos, porque aunque muchos sólo asistan a estas ceremonias por tratarse de familiares o amigos, la participación despierta en algunos el interés por la religión y el recuerdo de la fe que profesaron sus abuelos. Para transmitir la belleza de la fe, los sacerdotes se esfuerzan por organizar unas celebraciones hermosas y dignas.
A menudo, también los jóvenes que se bautizan hacen de multiplicadores, pues les hablan a amigos y familiares de sus experiencias, llegando así a personas con las que normalmente los sacerdotes no entrarían en contacto. El vicario general también recalca la importancia de la catequesis infantil, que frecuentemente reconduce también a los padres hacia la Iglesia.
A la pregunta sobre el número exacto de católicos en Kaliningrado, el vicario general, oriundo de Szczecin (noroeste de Polonia), responde con un guiño: "A eso les puedo contestar de forma muy precisa: ¡Cada vez son más!".
Sin embargo, también añade que faltan vocaciones nativas, y que la mayoría de los sacerdotes siguen siendo extranjeros.
El prelado precisa que, de momento, sólo hay tres sacerdotes oriundos de Kaliningrado, además de tres seminaristas y tres religiosas, y señala que también en el ámbito de la promoción de las vocaciones religiosas la Iglesia apuesta por la familia.