"Nos han informado del ataque, pero no tenemos detalles. Puede que haya víctimas, pero no hay cifras precisas todavía. Estamos esperando los detalles de nuestros hombres en la zona", aseguró Salihu.
El ataque de anoche se produjo a pesar del dispositivo de seguridad desplegado en Nigeria para prevenir ataques de este tipo durante las celebraciones navideñas.
Además, ayer el Ejército nigeriano informó de que había hallado y detonado explosivos en la ciudad norteña de Kano, supuestamente propiedad de terroristas que pretendían atentar durante las festividades navideñas.
El ataque sucede un año después de que una oleada de atentados, cuya autoría se atribuyó el grupo fundamentalista islámico Boko Haram, acabara con medio centenar de vidas en diversos puntos del norte del país.
Aunque todavía no se tiene constancia de que ningún grupo haya reivindicado el atentado, la zona (norte de Nigeria) y los objetivos (una iglesia) cuadran con los elegidos habitualmente por Boko Haram.
El nombre de este grupo significa en lenguas locales "la educación no islámica es pecado", y sus miembros luchan presuntamente por imponer la ley islámica en el país, de mayoría musulmana en el norte y preponderancia cristiana en el sur.
Desde 2009, cuando la Policía acabó con el líder de Boko Haram, Mohammed Yusuf, los radicales mantienen una sangrienta campaña que ha causado unos 1.400 muertos, según la organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW), aunque el Ejército de Nigeria asegura que las víctimas son más de 3.000.
Pero HRW, al igual que Amnistía Internacional (AI) y otras organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos, también han denunciado numerosos abusos por parte de las Fuerzas de Seguridad de Nigeria.
Con unos 170 millones de habitantes integrados en más de 200 grupos tribales, Nigeria, el país más poblado de África, sufre múltiples tensiones por sus profundas diferencias políticas, económicas, religiosas y territoriales.
(Efe) El ataque se produjo a pesar del dispositivo de seguridad desplegado en Nigeria para prevenir hechos de este tipo durante las celebraciones navideñas.
Además, ayer el Ejército nigeriano informó de que había hallado y detonado explosivos en la ciudad norteña de Kano, supuestamente propiedad de terroristas que pretendían atentar durante las festividades navideñas.
El ataque sucede un año después de que una oleada de atentados, cuya autoría se atribuyó el grupo fundamentalista islámico Boko Haram, acabara con medio centenar de vidas en diversos puntos del norte del país.
Aunque todavía no se tiene constancia de que ningún grupo haya reivindicado el atentado, la zona (norte de Nigeria) y los objetivos (una iglesia) cuadran con los elegidos habitualmente por Boko Haram.
Desde 2009, cuando la Policía acabó con el líder de Boko Haram, Mohammed Yusuf, los radicales mantienen una sangrienta campaña que ha causado unos 1.400 muertos, según la organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW), aunque el Ejército de Nigeria asegura que las víctimas son más de 3.000.