(Efe) A su vez, el prelado encomienda a la Virgen, “en estos difíciles tiempos nuevos”, el inicio de la andadura de la “nueva evangelización”, sin desviarse ni desalentarse en este objetivo.
“¿Una juventud nueva? ¿Fresca y limpia corazón, generosa y sacrificada por el bien de sus hermanos? -se pregunta Rouco- ¿Con altura de miras evangélica, humana y divina al enfocar su presente y su futuro? ¡Sí! ¡Rotundamente sí!”, se responde el cardenal Rouco en referencia a los resultados de la JMJ.
El arzobispo de Madrid opina que se trata de una juventud plural en sus orígenes y perfiles humanos, sociólogos y culturales. Ésta se mostraba en la JMJ “con una tal unidad de experiencia en la búsqueda de la verdad de Cristo como de la esperanza en Él y de amor a Él, que rompía cualquier visión convencional de lo que son y de cómo conviven y cómo proyectan su vida los jóvenes de hoy”.
El purpurado, que amplía su agradecimiento a la sociedad, la organización de la JMJ, a todos los obispados, a las familias de acogida, a los voluntarios y al mismo Papa, enfatiza que la JMJ de Madrid “ha tenido alma, ha constituido un indudable e innegable acontecimiento espiritual”.