(La Nación) ”Hay que diferenciar entre esa libertad para manifestarse e insultar y herir el profundo sentimiento religioso de un pueblo. Ese tipo de manifestaciones, incitando a la violencia, demuestra de qué lado está la intolerancia. Esa no es la forma propia de ser del costarricense”, dijo Mons. Quirós.
”Estamos convencidos de que nos guiamos conforme a la verdad y la verdad no se defiende, sino que por sí misma aparece”, agregó el obispo.
El objetivo de la marcha del domingo era protestar contra la violencia sexual. Muchas personas aprovecharon para reprochar las palabras del obispo de Cartago, Francisco Ulloa, quien el 1 de agosto pidió a las mujeres vestirse “con recato” y “con pudor”.
Entre los asistentes, una persona llevó una imagen de la Virgen de los Ángeles con ropa interior y una mujer que mordía un rosario se desnudó en el parque Central. La manipulación de la imagen religiosa molestó a los católicos.
“Se les fue la mano”, opinó el obispo de Ciudad Quesada y secretario general de la Cecor, Mons. Oswaldo Brenes Álvarez.
“Eso va más allá de una reacción seria y cuerda, porque es tocar las fibras del ser costarricense. No atacan únicamente a la jerarquía de la Iglesia, sino que irrespetan al país y a todos los que creemos y veneramos la imagen de la Virgen de los Ángeles como patrona de Costa Rica”, aseguró Mons. Brenes.
”Es una falta de respeto a los valores sagrados, tomando la Virgen de los Ángeles, a la que hace unos días dos millones y medio de personas fueron a visitar. Si quieren manifestarse contra las plabras de monseñor Ulloa, perfecto. Pero, que lo hagan respetando a la mayoría y sin incitar a la violencia”, expresó el presbítero Javier Román Arias, secretario adjunto de la Conferencia Episcopal. “Piden paz y están incitando a la violencia, no puede ser”, dijo.
"Vamos a quemar la Conferencia Episcopal"
“¿Qué vamos a quemar? ¡La Conferencia Episcopal! ¡Fuera los rosarios... de nuestros ovarios! ¿Cuál es la única iglesia que ilumina? ¡La que arde!”, fueron parte de las consignas gritadas por algunas personas el domingo frente a la catedral metropolitana.