Benedicto XVI y los jóvenes

Frente al apego a un concepto de juventud más «estético» que «espiritual», que cae en el ridículo de pretender vivir de espaldas al devenir de la vida, el Papa enseña a los jóvenes a superar el temor a culminar la juventud en la madurez, que nos prepara para el encuentro con Dios, con quien es ¡la eterna juventud!

Para conocer el “alma pastoral” de Benedicto XVI en su relación con los jóvenes, es frecuente que recurramos a sus discursos en las Jornadas Mundiales de la Juventud. Las palabras que el próximo mes de agosto dirija a los jóvenes en Madrid, se sumarán a las de Sidney y a las de Colonia, configurando un importante magisterio de la Pastoral Juvenil.

Pero me permito en estos días previos a la JMJ de Madrid, rescatar una “perla fina” de la pastoral juvenil de nuestro querido Papa Benedicto XVI: la homilía del encuentro que tuvo con los jóvenes de Génova el 18 de mayo de 2008. En él hallamos tres claves importantes:

+ Amar a los jóvenes sin idolatrar la juventud: Benedicto XVI recordaba el idealismo que caracteriza a la juventud, y que tiende a desvanecerse con el paso de los años… Pero la cultura actual pretende idolatrar la juventud, olvidando que nuestra meta es la madurez y no una eterna adolescencia. Dice el Papa: “Hoy todos quieren ser jóvenes, permanecer jóvenes, y se disfrazan de jóvenes, aunque el tiempo de la juventud haya pasado de manera visible”. El cristiano, sin embargo, aspira a superar las etapas de la vida, sin estancarse en ellas, sin dejar por ello de conservar un corazón esperanzado e ilusionado a lo largo de toda su vida.

+ Dios es la eterna juventud: El apego a la juventud es indicativo del miedo al futuro, que se presenta como un gran vacío: “Por eso, hoy muchos quieren detener el tiempo, por miedo a un futuro en el vacío. Quieren aprovechar al máximo inmediatamente todas las bellezas de la vida. Y así el aceite en la lámpara se agota cuando la vida debería comenzar. Por eso es importante elegir las verdaderas promesas, que abren al futuro, incluso con renuncias. Quien ha elegido a Dios, incluso en la vejez tiene ante sí un futuro sin fin y sin amenazas”.

Benedicto XVI dirige a los jóvenes un mensaje eminentemente teologal (esperanza en la vida eterna), y critica el miedo que nuestra cultura tiene a llegar a la vejez. Frente al apego a un concepto de juventud más “estético” que “espiritual”, que cae en el ridículo de pretender vivir de espaldas al devenir de la vida, el Papa enseña a los jóvenes a superar el temor a culminar la juventud en la madurez, que nos prepara para el encuentro con Dios, con quien es ¡la eterna juventud!

+ Consejos sabios desde la madurez: Benedicto XVI es un anciano con corazón joven y con una gran capacidad de ejercer una especie de paternidad espiritual con los jóvenes. ¡No es cierto que haya que ser joven para evangelizar a los jóvenes! La experiencia de la vida tiene muchísimo que transmitir a las nuevas generaciones. Y no se trata de paternalismo, como algunos podrían juzgar equivocadamente, sino de paternidad. Baste leer con atención las siguientes palabras del referido discurso del Papa a los jóvenes genoveses:

Estad unidos entre vosotros, ayudaos a vivir y a crecer en la fe y en la vida cristiana, para que podáis ser testigos intrépidos del Señor. Estad unidos, pero no cerrados. Sed humildes, pero no tímidos. Sed sencillos, pero no ingenuos. Sed sensatos, pero no complicados. Entrad en diálogo con todos, pero sed vosotros mismos. Permaneced en comunión con vuestros pastores: son ministros del Evangelio, de la divina Eucaristía, del perdón de Dios. Para vosotros son padres y amigos, compañeros de camino. Los necesitáis y ellos os necesitan, todos os necesitamos”.

 

+ José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián

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7 comentarios

Gregory
Es cierto que los jovenes de todos los tiempos necesitan modelos de vida, pero no es menos cierto que necesitan madurez para la vida, exigencia y confianza en su capacidad.
9/08/11 3:11 PM
José Luis
Muy edificante la reflexión de monseñor Munilla.

No debemos idolatrar a la juventud, mejor rezar por ellos, muchos perseverarán cuando acogen a Cristo en su propia vida.

La oración de España al Sagrado Corazón de Jesús, no debe caer en el olvido. Lo recomiendo, siempre que vayamos al sagrario de visita a Jesús, en cualquier momento, pero en especial, cuando hayamos recibido a Cristo Dios en la Sagrada Comunión.

Trabajemos por la recuperación de las raíces cristianas, para que la España auténtica, sane de sus heridas y vuelva a la vida.
10/08/11 1:48 PM
Fidel
Pero Monseñor ¿qué ha hecho Vd. en Loyola a los centenares de jóvenes de Iuventutem? ¿Es que no ve que impedir la Liturgia tradicional es prolongar la crisis de la Iglesia?
14/08/11 10:29 PM
Luis Fernando
¿Qué dices, Fidel?
14/08/11 10:51 PM
Hno Alejandro María
Muchas gracias Monseñor Munilla.

Hago mías las palabras del Beato Juan Pablo II:

"La vocación del cristiano es la santidad, en todo momento de la vida. En la primavera de la juventud, en la plenitud del verano de la edad madura, y después también en el otoño y en el invierno de la vejez, y por último, en la hora de la muerte."

En cada momento de nuestra vida, debemos tener ese encuentro personal entre Dios y yo.
Yo y Dios.

De esa manera, ya no hay nada que temer, porque todo futuro viene esperanzado.

Un fuerte abrazo.
15/08/11 1:59 PM
octóvilo
Aprovecho para decirle a Monseñor Munilla que le aprecio sin conocerlo y estando a kilómetros de distancia, en San Fernando, me atrajo un día que escuchaba una conferencia suya en Radio María. Ahora veo que Dios los cría y ellos se juntan, nadie mejor que él para recoger y transmitirnos estas palabras de nuestro Santo Padre, que lo es, Benedicto.
15/08/11 7:42 PM
jftamames
Precioso: Estad unidos, pero no cerrados. Sed humildes, pero no tímidos. Sed sencillos, pero no ingenuos. Sed sensatos, pero no complicados. Entrad en diálogo con todos, pero sed vosotros mismos.
Gracias por traernos estas palabras. Es usted el padre, el compañero y el amigo que ha hecho posible esta bocanada de aíre puro al traernos esas palabras del Papa. Muchas gracias y a Dios, sobre todo, porque desde ese día nevado en que le salude en la toma de posesión, no dejo de eschuchar los aplausos que le dimos. De gratitud a Dios y también de alivio al ver que se levantan las losas pesadas de los prejuicios.
16/08/11 2:25 AM

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