(La Tribuna/InfoCatólica) Según el purpurado, con “nuestra manera de hablar, con esas palabras, hacemos referencia a situaciones en que todo parece que está en contra de nosotros, experimentamos dificultades, desánimos, a veces hasta la tristeza nos invade, entonces el viento es contrario”.
El cardenal señaló que frente a los problemas tanto de salud, de desempleo, económicos, “parece que el viento es siempre contrario y todo parece que se hace difícil, pero, a pesar de todo, necesitamos mantenernos en pie con todas nuestras fuerzas para no hundirnos”.
“Hay mucha gente que se encuentra mal de los nervios, en días pasados habían comentarios en los medios de cuántas personas están sufriendo de depresión, cuántas veces nuestros miedos se proyectan sobre la realidad y nos hacen ver fantasmas por todas partes”, indicó el primado de Honduras, aludiendo a recientes estudios sobre la degradación que sufre la salud mental de la población, afectada por la realidad nacional.