(Fides) En conversación telefónica con la Agencia CISA, el obispo de Lodwar expresó su tristeza por el ataque que los pastores Turkana han sufrido, además de tener que hacer frente a las dramáticas consecuencias de la sequía y la hambruna. Sólo la sequía ha provocado un aumento en el robo de ganado y violentas disputas por la posesión de los recursos hídricos disponibles y algunos pastos.
En un ataque similar al ocurrido en mayo de 2011 en la misma área, murieron cuarenta personas. Incluso en este caso, los bandidos provenían de Etiopía. Mons. Kimengich concluyó afirmando que ahora es el momento de encontrar una solución duradera al problema de la inseguridad en la zona.