(Libertad Digital/InfoCatólica) El Ayuntamiento de Roma espera casi un millón de peregrinos, muchos de ellos provenientes de distintos países del mundo. Además, a la llegada masiva de fieles hay que añadir la de miles de autoridades que tampoco quieren perderse el acto. Habrá delegaciones de más de 70 países y jefes de Estado, como los Reyes de España o Bélgica, así como el presidente polaco.
Todo ello supone un reto para las autoridades italianas responsables de mantener la seguridad. De hecho, el director de la Policía de Roma, Antonio Manganelli, ha anunciado que se cerrará el espacio aéreo en la ciudad de Roma el día 1. Habrá francotiradores en los tejados cercanos al Vaticano y un equipo especial de buzos que explorará el Tíber. Además, quien quiera entrar a la Plaza de San Pedro deberá pasar por un detector de metales.
Tan sólo podrá sobrevolar la ciudad un helicóptero de la Policía de Estado, que velará también por la seguridad de los “casi un millón de personas”, según estimaciones del Ayuntamiento, que llegarán a Roma en ocasión de la beatificación y del llamado 'concierto del 1 de mayo' que cada año se celebra en la explanada de la Basílica de San Juan de Letrán con ocasión del Día del Trabajador.
No obstante, Manganelli ha declarado que Roma “será una ciudad segura pero no militarizada” durante este fin de semana y ha asegurado que la ciudad “tiene una gran experiencia con los grandes eventos”.
Casi 4.000 agentes de policía
Finalmente, serán más de 3.900 agentes de policía y 2.900 voluntarios sanitarios los que velarán por la seguridad de los peregrinos. Así, los efectivos de la Policía Municipal se incrementarán hasta más de 3.000, a los que se sumarán otros 900 agentes en régimen extraordinario, según han confirmado fuentes de la Inspección de Policía de Roma.
En este sentido, la Inspección de Policía ha pedido a otras provincias de Italia que aporten al menos 750 agentes más para reforzar el dispositivo de seguridad, mientras que Protección Civil cuenta ya con 2.500 voluntarios preparados para la asistencia médica de los miles de peregrinos que llegarán a Roma.