(Impacto/InfoCatólica) En su homilía con motivo del Domingo de Ramos, el jerarca católico dijo que con las decisiones, actitudes, comportamientos ante los demás se puede estar llevando nuevamente a Cristo al sufrimiento de la Cruz; “pero también podemos estar como aquel que se lava las manos, como aquel que simplemente está tomando decisiones, por debilidad, o no está tomando decisiones ante un Jesús que pasa delante de nosotros, sufriendo, perseguido, crucificado”.
El cardenal, que encabezó una procesión en la Catedral Metropolitana con motivo del Domingo de Ramos, que marca la entrada de Jesús a Jerusalén, afirmó que la Pasión de Cristo se sigue padeciendo y sufriendo en aquellos hermanos que son víctimas del hambre, que sufren persecución por la justicia, que sufren en la cárcel, como recientemente lo ha demostrado un documental llevado a la pantalla y que sufren cualquier otro “dolor” o contradicción. “Cristo sigue padeciendo, sigue padeciendo en cada uno de sus miembros”.
En ese sentido, el purpurado señaló que en la Semana Santa Cristo invita a la humanidad a que viva su pasión, “esa pasión que no es un caso cerrado ni un juicio que ya terminó. La pasión de Jesús nos tiene que llevar a enfrentarnos al dolor y al sufrimiento, acompañados por aquel que sufrió lo más profundo del dolor, que aceptó la situación más terrible que puede tener el ser humano, o como decimos `que descendió a los infiernos´. Ciertamente todos necesitamos de ese compañero de camino por eso este domingo es tan significativo”.
“Aceptemos a Cristo Jesús”, propueso el prelado, “porque él viene a ofrecerse y quiere hacerse presente nuevamente en medio de nosotros y acompañarnos en ese camino de sufrimiento; pero también aceptemos esa invitación de Cristo a tomar una actitud, una decisión ante la misión de Cristo, porque quizá somos nosotros los que lo estamos llevando nuevamente, en sus miembros, al dolor y al sufrimiento, quizá simplemente no estamos participando por debilidad, quizá solamente somos espectadores”.