(AztecaNoticias/InfoCatólica) El estatuto, primero en Estados Unidos orientado a prohibir que se practique un aborto por motivo racial o de sexo, fue promulgado esta semana. Establece que las mujeres que se vayan a practicar un aborto deberán firmar una declaración por la que aseguran que no se están sometiendo al procedimiento presionado por motivos de la raza o sexo de su futuro hijo.
Los médicos deberán archivar esas declaraciones y aquel profesional de la salud que viole la nueva legislación incurrirá en un delito grave con penas de hasta tres años y medio de prisión.
También autoriza al padre del niño por nacer, si está casado con la mujer que tiene el aborto, a demandar al médico por daños y perjuicios.
Steve Montenegro, representante estatal republicano quien diseñó la legislación, señaló que la medida es necesaria y representa una importante declaración a favor de la vida y en contra de la discriminación.
Sin embargo, organismos como Planned Parenthood, criticaron la promulgación de la ley al señalar que no existen evidencias de que se cometan abortos selectivos en Arizona.
La organización proabortista reprochó a la gobernadora Brewer apoyar lo que calificó como una legislación específicamente diseñada por opositores al aborto y destinada a polarizar la opinión pública.