(Aci/InfoCatólica) Sin electricidad desde el sábado y con los teléfonos restablecidos a partir de ayer, el Obispo explica que los habitantes de la zona no sabe bien lo que ocurre en la planta nuclear de Fukushima, situada a poco más de 100 kilómetros de Sendai.
“Estamos aterrados. Solo tenemos los anuncios del gobierno y no tenemos otra fuente de información. No sabemos ni siquiera lo que ha sucedido en nuestras parroquias en las ciudades y villas junto a la costa. No tenemos manera de contactarlos. Solo espero que la gente de mi diócesis pueda estar junta y se mantenga fuerte para superar este desastre”, concluyó.
Situación apocalíptica
Fukushima se muere. La central nuclear que mantiene al mundo en vilo parece vivir sus últimas horas. Autoridades, expertos y gobiernos, incluyendo el japonés, califican la situación de “apocalíptica”, una auténtica “pesadilla” que no muestra atisbo de frenar.
Explosiones, fusiones parciales del núcleo, incendios, expulsión de partículas radiactivas a la atmósfera... Los seis reactores que configuran la central japonesa, con graves problemas desde el terremoto del viernes, siguen su camino hacia la catástrofe nuclear. Y lo que muchos intentaban controlar se empieza a ir de las manos.