(Efe/InfoCatólica) “Los mejores evangelizadores de los jóvenes alejados de la Iglesia son sus propios compañeros, que deben animar a sus amigos a venir con ellos a las jornadas”, ha afirmado el secretario general y portavoz de la CEE, Mons. Juan Antonio Martínez Camino, en conferencia de prensa.
El prelado ha explicado que los obispos han aprobado el documento titulado con el lema de la JMJ, “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe”, en el que también ponen de manifiesto la responsabilidad de los jóvenes españoles como “anfitriones” de miles de peregrinos que esos días viajarán a Madrid.
“Vuestra responsabilidad es muy grande, vosotros seréis en cierto sentido el rostro de la Iglesia joven que recibirá a los peregrinos del mundo entero”, ha leído Mons Martínez Camino, antes de animar a los jóvenes a apuntarse oficialmente y a pagar la “cuota solidaria” de la inscripción.
Postura de la Iglesia sobre diversos proyectos de ley
En la rueda de prensa, el secretario y portavoz de la CEE también ha sido preguntado por iniciativas del Gobierno como la futura ley de cuidados paliativos, sobre la que no ha querido hacer comentarios porque “no conviene hacer profecías”. No obstante, el obispo sí ha subrayado su confianza en que las nuevas leyes “sean justas y respeten los derechos de todos y, en este caso, el derecho a la vida” y ha recordado que “nadie tiene derecho a quitarle la vida a otro ser humano inocente; y si ese principio se pone en cuestión, se cuestiona todo el edificio de los Derechos Humanos”.
Sobre la ley de libertad de enseñanza, Mons. Martínez Camino ha señalado que “está pendiente” una modificación ya que la actual legislación “no respeta en su totalidad” los acuerdos entre la Iglesia y el Estado, en especial en materia de clases de religión y la libertad de los padres de elegir el tipo de educación que reciben sus hijos.
Finalmente, y a preguntas sobre el proyecto de ley de identidad de género, el portavoz de los obispos españoles ha explicado que, si bien no estaba en el orden del día, algunos obispos han expresado su preocupación por algunos aspectos de la ley, que “esperan que se mejore”.