(Fides/InfoCatólica) La comunidad católica y todos los cristianos en la diócesis de Faisalabad, de la que provenía Bhatti, han organizado ayer, 3 de marzo, una manifestación pública de oración y solidaridad en las calles de la ciudad, expresando su dolor por la pérdida de Ministro. Se celebrará también esta tarde en Islamabad una vigilia con “rezos y cánticos espirituales”.
Hoy, 4 de marzo, día que ha sido proclamado de “ayuno y oración”, el cuerpo de Bhatti será llevado a la iglesia de Nuestra Señora de Fátima, en Islamabad, donde Mons. Anthony Rufin, Arzobispo local, celebrará una misa de sufragio en presencia del Encargado de Asuntos de la Nunciatura Apostólica, Mons. José Luis Dias-Marilbanca Sánchez, ya que el nuevo Nuncio Apostólico, Mons. Edgar Peña Parra, aún no ha tomado posesión del cargo.
Sucesivamente, la comunidad cristiana se reunirá, junto con todas las personas de buena voluntad, durante la tarde de hoy en Kushphur (que significa “Ciudad de la Alegría”), el pueblo católico de la diócesis de Faisalabad, donde nació Bhatti, para la celebración del funeral; que estará presidido por Mons. Joseph Coutts, Obispo de Faisalabad, y concelebrado por todos los Obispos del Punjab. Está prevista una masiva presencia de autoridades civiles, de líderes religiosos cristianos, hindúes y musulmanes, de activistas por los derechos humanos.
Ausencia e inacción del Estado
Anteayer, después de que se propagase la noticia del asesinato, se llevaron a cabo manifestaciones espontáneas en todas las principales ciudades de Pakistán: Islamabad, Lahore, Karachi, Multan, Quetta. Grupos cristianos salieron a las calles en protesta por la “ausencia y la inacción del Estado”, en un asesinato que, como dice una fuente local de Fides, es “claramente motivada por el odio religioso”.
En una declaración conjunta enviada a la Agencia Fides, la Iglesia católica y las Iglesias protestantes de Pakistán recuerdan a Bhatti como “un estadista comprometido con la armonía interreligiosa”, afirmando que su asesinato pone de relieve “la cuestión de la protección de las minorías religiosas, de su vida y de la libertad”.
Las Iglesias cristianas instan al Gobierno a “plantear el problema” y a dar “pasos concretos para detener el extremismo en Pakistán”. Si el país se convierte en un campo de muerte de las personas democráticas y liberales, que ejercen la libertad de conciencia y de expresión”, esto legitimará a los criminales que tratan de apoderarse del país. Las Iglesias condenan el uso de la religión como un “instrumento de amenaza y de sufrimiento para el pueblo” y anuncian tres días de duelo en el que todas las escuelas y las instituciones cristianas permanecerán cerradas. Las comunidades cristianas de todas las confesiones vivirán momentos de oración y ayuno.