(Efe/InfoCatólica) El presidente norteamericano recordó que “Abraham Lincoln solía decir: 'Muchas veces me he abandonado a mis rodillas por la sobrecogedora convicción de que no tenía ningún otro sitio donde ir”.
En el acto, organizado anualmente en nombre del Congreso estadounidense, Obama recordó que su inicio en la fe fue tardío, ya que su madre tenía “un cierto escepticismo hacia la religión organizada” y sólo le llevaba a misa “en Semana Santa y en Navidad... a veces”.
Sin embargo, sus inicios en el servicio público fueron en un grupo de iglesias de Chicago en las que trabajaba como voluntario social, una experiencia que le llevó “a conocer a Jesucristo por mí mismo y aceptarle como mi señor y salvador”.
Comienza cada mañana orando
Obama comienza cada mañana “con meditaciones de las escrituras” bíblicas, recibe regularmente a pastores amigos en el Despacho Oval para “rezar por el país” y cuando se encuentra en vacaciones en Camp David, agradece la sensación de “descanso y comunidad” que encuentra en su capilla. Esa “fuerza sustentadora” que ha supuesto para el líder su fe cristiana no mengua cuando su esposa, Michelle, y él, escuchan “cómo cuestionan nuestra fe de vez en cuando”.
El presidente no mencionó los rumores que afirman que en realidad es musulmán, y en los que cree uno de cada cinco estadounidenses según una encuesta de agosto de 2010. No obstante, subrayó que las dudas de otros sobre su fe le recuerdan “que lo que importa no es lo que otros digan, sino si estamos siendo fieles a nuestra conciencia y fieles a Dios”.
Pide a Dios fuerza para enfrentarse a los retos
Cuando le preguntan por qué reza, indicó Obama, él responde que muchas veces sus plegarias son generales, como pedirle a Dios que le dé fuerza “para enfrentarse a los retos del cargo”. “Otras veces son más específicos: Dios, dame paciencia mientras Malia se va a su primer baile, donde habrá chicos. Dios, haz que esa falda se haga más larga mientras viaja al baile”, bromeó.
Pero la mayoría de sus oraciones, dijo cambiando de tono, se dirigen a un tema recurrente: “rezo por mi capacidad de ayudar a los que están sufriendo”. “Hemos visto mucho sufrimiento estos dos últimos años. Y no pasa un día sin que reciba una carta o conozca a alguien que no tiene trabajo, ha perdido su casa o carece de seguro de salud”, afirmó.
Otra de sus plegarias más frecuentes es la que eleva para pedir “humildad”, una cualidad que cree necesaria para enfrentar “el debate sobre el papel del Gobierno” que enciende el Congreso y que le recuerda que “nadie tiene todas las respuestas”.
En ese sentido, indicó, su esposa Michelle le ayuda a mantener los pies sobre la tierra, cuando “me recuerda que no he hecho alguna tarea o me regaña por ver tres partidos de fútbol seguidos un domingo”. Obama ha indicado en otras ocasiones que no quiere unirse a alguna congregación protestante en Washington para que el despliegue de seguridad en torno a él no moleste a los feligreses en sus momentos de oración. La Casa Blanca asegura que asiste al culto dominical cuando pasa los fines de semana en la residencia de descanso presidencial en Camp David