(Aci/infoCatólica) A pesar de los problemas legales y ataques personales de sus ex empleadores, Abby Johnson narra su historia completa en el libro UnPLANNED, publicado por Ignatius Press y de venta desde el 11 de enero. En el volumen, explica por qué dejó la industria del aborto para formar parte del movimiento pro-vida, rechazar la anticoncepción y abrazar la fe católica.
Johnson comenzó como voluntaria en PP y llegó a dirigir la clínica de abortos Bryan/College Station, en Texas, de la cadena Planned Parenthood (PP). Ella misma se sometió a dos abortos y sufría en silencio mientras sus empleadores le exigían alcanzar cuotas de abortos en la clínica y aceptaba sin cuestionamientos la ideología de PP sobre el falso “derecho al aborto”.
Lo que suscitó su conversión fue la experiencia de ver en un monitor de ultrasonido cómo abortaron a un no nacido de 13 semanas. Le pidieron que asistiera un aborto debido a escasez de personal en septiembre de 2009. Esos minutos cambiaron su vida para siempre. Ella pensaba que el bebé era incapaz de sentir algo con tan pocas semanas de concebido pero vio cómo se retorcía y huía del tubo que lo aspiraba.
“Luego se desplomó y comenzó a desaparecer dentro de la cánula ante mis ojos”, recuerda Johnson y agrega que lo último que vio fue “cómo su pequeña espina dorsal, perfectamente formada era succionada por el tubo, y luego ya no estaba ahí”.
Planned Parenthood la denunció
En una entrevista con ACI Prensa el 11 de enero, Johnson señaló que dejó su trabajo en la Planned Parenthood y se unió al movimiento pro-vida para ayudar a las mujeres a entender la verdad sobre el aborto y no para convertirse en una figura pública. La mutinacional abortista abrió una batalla legal contra Johnson para que no hablara de su ex trabajo y fue la organización anti-vida la que llevó su caso a la prensa. De este modo, fue PP y no la Coalición por la Vida, movimiento que la acogió, la que la llevó a publicar su historia.
“Esto no es lo que planeé para mi vida. Pero Dios lo preparó para mí y sería incorrecto alejarse de algo que Él ha querido para mi vida”, sostiene Johnson y asegura que junto a su esposo han crecido en su fe durante todo este año y se preparan para entrar en la Iglesia Católica.
Uno de los últimos obstáculos que encontró en el curso de su conversión al catolicismo, fue aceptar la enseñanza de la Iglesia sobre el control de la natalidad, pero estudiar con “mente abierta” la “Teología del Cuerpo” de Juan Pablo II y otras fuentes de enseñanza de la Iglesia, junto a una experiencia personal mientras rezaba en un iglesia, la hizo comprender la plenitud de la enseñanza de la Iglesia sobre la sexualidad.