(Zenit/InfoCatólica) Precisamente el cardenal Wyszynski tuvo la oportunidad, durante su estancia en el Instituto, de preparar la celebración del Milenario del Bautismo de Polonia y el histórico Mensaje de reconciliación que los obispos polacos dirigieron a los prelados alemanes, dos acontecimientos históricos para el siglo XX.
Benedicto XVI quiso recordar también la visita a este Instituto del papa Juan Pablo II, en 1980, que “subrayó su gran significado para la Iglesia y para el pueblo polaco”, y también el afecto de Pablo VI hacia esta institución.
Sacerdotes bien preparados
El Papa invitó a los sacerdotes polacos que hoy residen en el Instituto, a sentirse “parte importante de esta historia que hoy requiere también vuestra respuesta personal e incisiva, ofreciendo vuestra contribución generosa”. “La Iglesia necesita sacerdotes bien preparados, ricos de esa sabiduría que se adquiere en la amistad con el Señor Jesús, acudiendo constantemente a la Mesa eucarística y a la fuente inagotable de su Evangelio”, subrayó el Papa.
Así, invitó a los presentes a apoyarse en la Eucaristía y en la Escritura para “tomar el apoyo continuo y la inspiración necesaria para vuestra vida y vuestro ministerio, para un sincero amor a la Verdad, que hoy estáis llamados a profundizar también a través del estudio y la investigación científica”.
“La búsqueda de la Verdad, para vosotros que como sacerdotes vivís esta peculiar experiencia romana, viene estimulada y enriquecida por la cercanía a la Sede Apostólica, a la que compete un servicio específico y universal a la comunión católica en la verdad y en la caridad”.
Ligados a Pedro
Por ello, “permanecer ligados a Pedro, en el corazón de la Iglesia, significa reconocer, llenos de gratitud, que estáis dentro de una historia de salvación plurisecular y fecunda”, en la que “sois llamados a participar activamente para que, como árbol exuberante, ofrezca siempre sus preciosos frutos”. El Papa exhortó a los estudiantes del Pontificio Instituto Polaco al amor y a la devoción “a la figura de Pedro”, para “servir generosamente a la comunión de toda la Iglesia católica y de vuestras Iglesias particulares”.