(Agencias/InfoCatólica) Mons. Tempesta manifestó en un comunicado que la Arquidiócesis se une a todas aquellas personas que “pasan a través de la tribulación y el sufrimiento por las actuales incertidumbres y dificultades” que se viven en Río de Janeiro en los últimos días.
Para lograr el tan anhelado desarrollo social y el equilibrio cultural de Río de Janeiro, “es necesario hablar de paz”, resaltó Mons. Tempesta, que también señaló como apremiante volver a “buscar inspiración” en los valores “de la vida y la dignidad humana”.
El Adviento, que pronto comenzará, es un tiempo de “esperanza” pues nos anuncia el próximo nacimiento de Jesús, “el Príncipe de la Paz”, recordó el Arzobispo, a la vez que afirmó que el amor de Dios “es capaz de eliminar la tentación de la violencia y de la guerra”.
Guerra contra los narcotraficantes
La “guerra” de Río de Janeiro, como la califica el diario 'O Globo', continúa por sexto día consecutivo. El teatro de operaciones del combate entre el Gobierno y las facciones criminales se trasladó este viernes al Complexo do Alemão, un conjunto de favelas en la zona norte de la ciudad. Allí permanecen escondidos los narcotraficantes que la víspera fueron expulsados de Vila Cruzeiro, la barriada que llegó a convertirse en el símbolo de la revuelta. La Policía Militar, reforzada por 800 soldados y 300 agentes federales, ha cercado el área para preparar la incursión y evitar nuevas huidas retransmitidas en directo por televisión.
El Ejecutivo regional confirmó que los policías penetrarán en Alemão, aunque dio a entender que la prioridad aún se centra en afianzar el dominio de Vila Cruzeiro, retomada en la tarde del jueves tras una batalla callejera en la que participaron blindados de la Marina brasileña.
Desde la noche del domingo, cuando comenzaron los incidentes, la ola de violencia y la consecuente reacción oficial se ha cobrado al menos 41 víctimas mortales. Además, en ese mismo periodo han ardido casi un centenar de vehículos y las autoridades se han incautado de decenas de pistolas, fusiles, escopetas, granadas y bidones de gasolina.