(La Crónica/InfoCatólica) El obispo descalificó los argumentos en el sentido de que la mina, donde se produjo una explosión el 20 de febrero de 2006, tenía muchas bacterias, lo que impedía el rescate de los cadáveres, y refirió que una empresa realizó un video con rayos infrarrojos en el cual se demuestra que la estructura donde trabajaban está completa.
Mons. Vera realizó esas acusaciones en una entrevista con la periodista Carmen Aristegui, ante quien rechazó asimismo las afirmaciones que apuntan a que la explosión fue tan grande que destruyó los cuerpos de los 65 mineros: “esta versión no tiene fundamento”, sostuvo. El prelado comentó que la PGR archivó sin razón la averiguación previa sobre el caso, y aunque activistas lograron que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitiera una recomendación, el documento sigue cerrado.
También hizo referencia al hecho de que existe una factura en la cual se comprueba que las vigas de la mina fueron movidas para ahorrar, a pesar de que ello ponía en riesgo la vida de los mineros. Finalmente, Mons. Raúl Vera hizo una comparación entre el caso de Chile, donde los mineros quedaron atrapados a 700 metros, y Pasta de Conchos, donde los trabajadores estaban a sólo a 150 metros.