(Efe/InfoCatólica) El obispo valoró los nueve meses que se cumplen hoy al frente de la diócesis de San Sebastián a donde llegó perseguido por la polémica que supuso que el 77% de los párrocos guipuzcoanos firmaran un manifiesto asegurando que “en modo alguno” Munilla era la persona “más idónea” para desempeñar este cargo y estimando que su designación era “una iniciativa destinada a variar el rumbo” de la diócesis guipuzcoana.
Mons. Munilla reconoció que la llegada fue “complicada” pero aseguró que a día de hoy está “razonablemente contento”.
El obispo explicó que él se comprometió “ante todos a abordar los problemas, a no huir de ellos, abordarlos por el camino del diálogo, y no voy a ser tan ingenuo de decir que los problemas están todos solucionados, ni mucho menos, pero sí que estoy contento porque creo que hemos acertado con los caminos elegidos para que la vida de la iglesia crezca y se consolide y crezca la comunidad interna”.
También restó importancia a la polémica surgida con la consejería de Educación por unas afirmaciones suyas sobre el fracaso escolar. Ha asegurado que ha hablado con la consejera de Educación, Isabel Celaá, y que le ha trasmitido que se refería a todo el ámbito occidental.
El prelado guipuzcoano afirmó que en el País Vasco existe el riesgo de que de cualquier cuestión se haga “inmediatamente una lectura política”. “Yo creo que también forma parte de un camino de sanación y de normalización la despolitización de esa excesiva mirada unilateral de la realidad”, indicó.
Mons. Munilla añadió que en su opinión el debate en el seno de la Iglesia vasca no es “sustancialmente distinto” al que existe en otras Iglesias dentro de España y Europa y ha opinado que el reto es la “secularización” de occidente.
Finalmente deseó lo mejor al obispo electo de Bilbao, Mons. Mario Iceta, que tomará posesión de su cargo el próximo lunes.