(Agencias/infoCatólica) El Obispo de Roma indicó que la construcción de una sociedad humana exige fidelidad a la verdad y, en ese contexto, “ciertos fenómenos” en el ámbito de los medios de comunicación “hacen reflexionar”.
“Debido a una competencia cada vez más fuerte, los medios de comunicación piensan que están obligados a suscitar la máxima atención posible. Es el enfrentamiento el que es noticia, aunque vaya en detrimento de la verdad del hecho”, afirmó.
El Papa agregó que la situación se convierte en “particularmente problemática cuando personas con autoridad toman públicamente una posición, sin ser capaces de verificar todos los aspectos de forma adecuada”.
Defensa del matrimonio
Benedicto XVI también señaló ante el embajador alemán que la Iglesia católica no puede aceptar legislaciones que prevean nuevas formas de pareja o familia y que ve con preocupación el creciente intento de eliminar el concepto cristiano de matrimonio y familia de la consciencia de la sociedad.
Efectivamente, el Papa ha aprovechado para reiterar su rechazo a los matrimonios homosexuales, que a su juicio tratan de “eliminar el concepto cristiano de matrimonio y de familia de la conciencia de la sociedad” y “contribuyen al debilitamiento de los principios del derecho natural y por tanto, a la relativización de toda la legislación y a la confusión sobre los valores en la sociedad”.
Según el Santo Padre, “el matrimonio se manifiesta como una unión duradera de amor entre un hombre y una mujer, que siempre está abierta a la transmisión de la vida humana”. En este contexto señaló que es necesaria “una cultura de la persona”, usando una expresión de Juan Pablo II. Y, por otro lado, recordó : “El éxito del matrimonio depende de todos nosotros y de la actitud personal de cada ciudadano. En ese sentido, la Iglesia no puede aprobar las iniciativas legislativas que implican una re-evaluación de modelos alternativos de la vida conyugal y familiar”.
Defensa de la vida
Benedicto XVI no olvidó llamar a extremar la vigilancia sobre las “nuevas posibilidades de la biotecnología y la medicina” e hizo hincapié en el “deber de estudiar diligentemente en qué medida estos métodos pueden servir de ayuda a los seres humanos y cuándo se trata, por el contrario, de manipulación humana, de violación de su integridad y dignidad. No podemos rechazar esta evolución, pero debemos estar muy atentos”.
“Cuando se comienza a distinguir -y con frecuencia esto sucede ya en el vientre materno-”, alertó, “entre vida digna e indigna de ser vivida, no se salvará tampoco ninguna otra etapa de la vida, y mucho menos la enfermedad y la vejez”.