(MeetingRimini2010/InfoCatólica) “Para muchos, la Iglesia se identifica con la ayuda a personas en situación de necesidad y miseria, por lo que debemos salvaguardar su verdadera identidad y las razones que la animan a hacer el bien”, ha dicho el cardenal Cordes. Para ello, ha destacado algunas citas de la encíclica Deus Caritas est del Papa Benedicto XVI.
“Al comenzar la encíclica con la afirmación fundamental Dios es amor, el Papa afirma la prioridad absoluta de Aquél que nos amó primero y corrige así un grave malentendido que oscurece la naturaleza de la Iglesia”. El cardenal se ha referido también a dos de las exposiciones del Meeting de Rimini, la de los frescos de Siena y la del Ulises de Dante. “También se llega a Dios mediante las obras del hombre, pero es necesario mirar más allá”. Cordes ha señalado que Jesucristo unió los dos mandamientos hebreos del amor a Dios y al prójimo en uno solo. “En sus milagros, Él siempre subrayaba que curaba al enfermo, sí, pero que su verdadera necesidad era ser salvado. Este vínculo indisoluble del amor a Dios y al prójimo es la indicación más pertinente para las obras de caridad de la Iglesia”.
Christoph Böhr, de la Unión Cristiano Demócrata alemana
Junto a él ha participado Christoph Böhr, director de la Comisión de Valores de la CDU (Unión Cristiano Demócrata alemana). “Uno de los cambios de la sociedad actual es que no hay nadie dispuesto a escuchar a la autoridad” y sin autoridad se cae en el relativismo. Böhr ha señalado que si antes el lugar del debate público eran el parlamento, las iglesias y las asociaciones, “hoy es Internet donde se produce un intercambio de opiniones que muchas veces forman la opinión pública, a la que incluso la política obedece”.
En su opinión, es necesaria una sociedad que respete la dignidad del hombre, en la que cada uno pueda construir con su trabajo, “que no es alienación, como dice el dogma marxista, sino que, como decía el Papa Juan Pablo II, da dignidad al hombre”. Y esto requiere nuevas políticas económicas basadas en el capital sino en la valoración del trabajo. “La crisis ha demostrado que la economía ha perdido el punto de equilibro entre capital y trabajo, nosotros cristianos estamos llamados a pensar una nueva forma de hacer economía”.
Buttiglione: "Los cristianos no están representados"
Rocco Buttiglione, vicepresidente de la Cámara de Diputados italiana, ha lamentado que el movimiento cristiano-demócrata haya perdido su ideal original. “En Europa, aunque nadie lo dice, el número de cristianos está creciendo, pero no están representados. Ahora, los nuevos puentes entre la sociedad y la política son las fundaciones”.
“La crisis no es sólo técnica, sino antropológica”, ha concluido Giorgio Vittadini, presidente de la Fundación para la Subsidiariedad. “Es consecuencia de la concepción del hombre como homo homini lupus, por la que el Estado debe ser quien lo controle todo, porque según esta concepción, la iniciativa privada es malvada y egoísta”. Pero la realidad dice lo contrario y tanto la crisis de 1929 como la actual así lo demuestran.
Para construir una nueva economía y una nueva sociedad, hay que partir del concepto de que el hombre es un sujeto relacional (“creado a la imagen trinitaria de Dios”), que construye el bien común en relación con Dios y con los demás. “La crisis es una crisis de confianza, que no nace del egoísmo sino de una relación. Estamos al comienzo de una revolución histórica, con una nueva antropología que indica el regreso del hombre cristiano, el que, según el magisterio del Papa y de Giussani, construye de forma equilibrada”.
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