(Bruno Moreno/InfoCatólica) Desde la caída del Muro de Berlín y el abandono del comunismo en el antiguo bloque soviético, Rusia, además de recuperar su antiguo nombre, ha experimentado un resurgir de la religión ortodoxa, con la construcción de miles de nuevas parroquias. El Patriarca de Moscú es, actualmente, una de las personas más influyentes del país y la Iglesia Ortodoxa, que agrupa al 65 % de los rusos, reclama un puesto preeminente en la vida pública.
Este resurgimiento religioso ha llevado a ciertas tensiones en la sociedad rusa, después de setenta años de ateísmo oficial. Estas tensiones han sido especialmente significativas en lo referente a la relación con los ortodoxos de las antiguas repúblicas soviéticas, como Ucrania, la presencia de otras religiones en Rusia y, sobre todo, en cuanto a las relaciones Iglesia - Estado. Constitucionalmente, la Iglesia y el Estado ruso están separados, pero, poco a poco, la Iglesia Ortodoxa ha ido adquiriendo una posición cuasi-oficial en Rusia.
Los trabajadores tienen que cumplir las normas morales y religiosas importantes
El jueves pasado se dio a conocer un caso particular de esta situación social aún no muy clara de la Iglesia Ortodoxa en Rusia. Una empresa rusa de lácteos llamada Russkoe Moloko anunció públicamente la entrada en vigor de nuevas normas para sus trabajadores. Desde el próximo mes de octubre, la empresa, situada cerca de Moscú, no aceptará trabajadores que incumplan algunas normas morales o religiosas especialmente importantes.
El aborto será uno de los comportamientos prohibidos para los empleados de Russkoe Moloko a partir de ahora. El dueño de la empresa, Vassili Boiko-Veliki, declaró a Radio Eco de Moscú: “Si una mujer aborta, ya no podrá seguir colaborando con esta empresa. El aborto es un asesinato y nosotros no queremos trabajar con asesinos”. El aborto es actualmente un tema candente en Rusia, donde se registran anualmente 1,7 millones de nacimientos mientras que, en el mismo tiempo, se producen 1,2 millones de abortos. En 1920, la Rusia bolchevique fue el primer país en legalizar el aborto libre y, actualmente, está en vigor una ley de plazos parecida a la española. A pesar de la oposición de la Iglesia Ortodoxa, Rusia es hoy el país del mundo con mayor número de abortos per cápita, por encima incluso de China.
En el ámbito puramente religioso, la empresa exigirá también que los empleados ortodoxos que vivan en pareja estén casados ante la Iglesia. Para el dueño de la empresa, “no es normal que una persona bautizada celebre su matrimonio en el Registro Civil pero no lo haga de forma religiosa”. Para la Iglesia Ortodoxa, el único matrimonio válido es el sacramental, celebrado por un sacerdote. Los empleados que, actualmente, estén viviendo en pareja sin haber pasado por la parroquia, tendrán hasta el 14 de octubre para casarse, si no desean ser despedidos.
Además de cumplir unas normas morales básicas y, en caso de que sean ortodoxos, también los preceptos fundamentales de la Iglesia Ortodoxa, los trabajadores de Russkoe Moloko deberán recibir formación religiosa. Con este fin, la empresa organizará cursos de “fundamentos de cultura ortodoxa”, la asistencia a los cuales será obligatoria para todos los empleados, sin importar su religión. Muchos rusos apenas saben nada sobre la religión mayoritaria en su país, ya que la enseñanza religiosa en las escuelas no ha existido hasta el año 2009.