(C-Fam/InfoCatólica) Al término de la reunión, los Estados Miembros extendieron el polémico y no vinculante Plan de Acción de Maputo por cinco años más y expandieron la nueva iniciativa denominada Campaña para la Reducción Acelerada de la Mortalidad Materna en África (CARMMA, por sus siglas en inglés).
Thoraya Obaid, directora ejecutiva del Fondo de Población de la ONU (UNFPA, por sus siglas en inglés), solicitó a los delegados que se centraran en intervenciones no controvertidas para reducir las muertes maternas, como ser el personal de salud calificado para la atención del parto y la atención obstétrica de emergencia. Sin embargo, precisamente al día siguiente, durante un discurso pronunciado en la Universidad Makerere, de Kampala, Obaid se focalizó en el «aborto de riesgo», los «derechos reproductivos», los «servicios de salud reproductiva» y la «educación sexual».
La coalición de ONGs pro-abortistas dijo a la asamblea de la UA que éstas estaban «avergonzadas» por la alta mortalidad materno-infantil de África. Dichas organizaciones solicitaron a los gobiernos «el acceso garantizado a los servicios de planificación familiar», la «seguridad de los productos de salud reproductiva» y que se encare el «aborto de riesgo». La declaración de las ONG no mencionó el personal de salud calificado para la atención del parto ni la atención obstétrica de emergencia, que son tradicionalmente considerados como los remedios para subsanar este flagelo.
El Plan de Acción de Maputo encubre la promoción del aborto y la anticoncepción
Quienes propugnan el aborto anunciaron el Plan de Acción de Maputo como una victoria para su causa, ya que el documento demanda «políticas y marcos legales para reducir la incidencia de abortos de riesgo», así como «preparar e implementar planes de acción nacionales tendientes a reducir la incidencia de embarazos no deseados y abortos de riesgo». Si bien se considera, en términos generales, que el enfoque en la salud materna constituye un avance positivo, los críticos advierten que los buenos sentimientos que despierta la reducción de la mortalidad materna están siendo empleados también para promover el derecho a abortar.
Los críticos apuntan al modo furtivo en que se originó el documento de Maputo. En 2006, antes de que se aprobara el Plan de Acción, varias delegaciones de la UA objetaron las disposiciones sobre el aborto y sólo lo aceptaron con la condición de que las cláusulas sobre el mismo fueran suprimidas. Los cambios no llegaron a efectuarse y varias naciones africanas han acusado a la secretaría de la UA de «manipulación».
La decisión de la UA extenderá el Plan de Acción de Maputo (en sus orígenes pensado como un plan a corto plazo, de tres años de duración) hasta 2015, para que coincida con el término de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
Extensión a los 53 países africanos de la campaña CARMMA para mejorar la salud materna
Además de ello, los Estados Miembros de la UA se comprometieron a expandir la campaña CARMMA, iniciativa que promueve la «acción intensificada» sobre el ODM 5 (mejorar la salud materna). Desde su primer lanzamiento en mayo de 2009, esta campaña ha sido introducida en 20 países. La semana pasada, los miembros de la UA se comprometieron a asegurar que CARMMA se extenderá a los 53 países africanos antes de la próxima cumbre de la Unión.
Sumado a todo ello, los Estados Miembros de la UA se comprometieron a aumentar la financiación de la salud hasta el 15% de los presupuestos nacionales, proveyendo servicios de salud gratuitos para mujeres y niños. Asimismo, hicieron una llamada a las naciones donantes para que cumplan sus promesas.
Esta financiación constituyó una parte importante de las negociaciones de la conferencia. Mientras que los participantes elogiaron los 7,3 mil millones de dólares estadounidenses prometidos por el G-8 para la salud materna, los delegados dijeron que se necesita mucho más. Algunos propusieron que se desviara dinero del Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria, pero esto no se puso en práctica.
Para C-Fam, Samantha Singson.
Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano